•01•

39 1 0
                                    

Irina

La vida y mi trabajo me llevo por muchos países, culturas, situaciones e incluso muchos nombres.

Pero no estaba preparada para esto, de todos los entrenamientos que tuve nunca creí que esto me pasaría.

—Bien, su pasaporte y papeles están en orden bienvenida a Londres, esperamos que tenga hermosa estadía señorita Harrison.—el inspector de inmigración me devolvió mis papeles.

—Muchas gracias—respondí. “Harrison”. Un apellido al que debo acostumbrarme, no es que eso no sea nuevo en mi vida. Pero esta vez, sería permanente, nunca más volvería a ver un papel o documento con mi apellido real.

Salí del aeropuerto, mi taxi estaba ahí. Todo estaba organizado. Mi casa, mi trabajo, todo acordé a la nueva vida que me espera.

Me gustaba mi vida real, realmente amaba mi trabajo sin importar las cosas que tenia que hacer o las malas experiencias, daba mi vida por el. Pero alto salió mal, cometí un error, uno muy grave. Y ya no hay vuelta atrás. Por eso, y por mi seguridad, me encuentro en Londres, en busca de un nuevo comienzo.

La noche cae rápido. Todo mi departamento está en orden, mi ropa y lo que necesito.

Preparo las cosas para el trabajo, además de mi trabajo antigüo, soy contadora aunque llevo años sin ejercerlo, es algo que me gusta y ahora será parte de mi vida nuevamente. Conseguí trabajo una empresa importante de Inglaterra, un buen salario, y mantener el perfil bajo es lo que necesito. 

Ceno algo sencillo, una pasta con queso. Me doy un baño y me acuesto, tratando de conciliar el sueño. Algo que se torna muy difícil últimamente.

Mi alarma suena 6:30. Me arreglo, desayuno y me dispongo a ir al trabajo.

El frío crudo de Londres me golpea. Estamos a principios de diciembre, y ya empezaron las nevadas.

Subo a mi auto, como dije. Se encargaron de que todo esté en orden.  Y conecto el GPS, conduzco con mucho cuidado.

De vez en cuando miro el retrovisor, no voy a mentir. Tengo miedo y me siento acechada.

Llego a la gran empresa, entrego mi carnet en la entrada y me asignan mi número de estacionamiento.

Tomo coraje y cruzo la puerta de cristal. Me parece tan ridículo como me siento, hice tantas cosas en esta vida, cosas que nadie imagina, pero me encuentro tomando coraje para entrar a esta empresa y empezar el día.

—Buenos días, ¿En qué te puedo ayudar?—me frena una rubia de mala manera cuando me ve por tomar el ascensor.

—Buen día, en nada. Gracias—veo que no le gustó mi respuesta, y antes que me diga algo más me adelanto.—Soy la nueva contadora del señor Shepard, ya se donde se encuentra mi oficina.

La puerta del ascensor se abrí, y me introdujo en el. Marco el piso 14. La empresa en total, tiene 20 pisos. Cada uno destinado a un labor específico.

—¡Hola!—me saluda una colorada efusivamente—Estoy segura de que eres Irina. Soy Samantha, voy a ser tu guía hoy.

—Hola, sí.—le sonrió. Es la primera vez desde que llegué que alguien me recibe de buena manera, y me gusta como se ve Samantha, parece buena—Un gusto, creo que mi oficina era la 26, ¿Puede ser?.

—Correcto Irina, la mía es la 27. Somos vecinas—me comenta mientras avanzamos por el pasillo. Eso me alivia un poco.— Te daré un mini recorrido y te dejare en tu oficina para que te instales.

Pasamos un rato por las instalaciones del piso. Luego, me dirijo a mi oficina. Ya sabía que debía hacer hoy, tuve una llamada con el señor Shepard hace unos días, los documentos estaban en mi escritorio así que me dispuse a trabajar.

Nuevo comienzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora