El hombre más fuerte del mundo - Ryoku Kurikara Origins

El Hombre Más Fuerte del Mundo - 1

El nombre de la pandilla "Nanmin" tiene un significado que es cultura popular a día de hoy en Japón, "Los Refugiados".

Con números exageradamente elevados de miembros, se le pueden llegar a considerar casi un movimiento más que una pandilla, sus números superan los cuatro millones hablando únicamente de los menos capacitados para luchar, quiénes ostentan el título de "migrantes".

Los principales puntos de concentración de estos miembros se encuentran en "Hiroshima" y "Nagasaki", las dos provincias que fueron víctimas de los ataques nucleares de Estados Unidos al final de la segunda guerra mundial, prácticamente son dueños de ellos y la ley está sometida a sus mandatos.

En el resto de Japón su control es mucho más limitado, aunque aún tienen influencias, en especial por la manera tan productiva de dividirse en rangos cuál jerarquía.

Al inicio de la investigación los curiosos siempre se niegan a creer esa posibilidad, ya que es imposible controlar y tener la total fidelidad de tal cantidad de gente, ningún hombre podría hacer dicha tarea, ningún hombre... Con excepción de él.

Ryoku Kurikara, el líder de los Nanmin, la fuerza definitiva, padre de todos los refugiados, ídolo de los cabecillas y temor de todo aquél que se cruce en su camino.

Su carisma, fortaleza, valores y recorrido inspiraron a millones de personas, un hombre que ha salvado y brindado a refugio a una infinidad de personas, mismas que decidieron seguirlo cómo muestra de gratitud por ello, viéndolo cómo la luz entre los tiempos oscuros que se vivían.

Pero no todo fue siempre así... Cómo todas las historias, siempre hay un inicio, Ryoku Kurikara no siempre fue un hombre fuerte, confiable y carismático.

???: U-ugh... -Se escuchó un gemido de dolor-

Un niño de 13 años de edad se encontraba en los rincones de aquella cabaña incómoda que ni futón tenía, de su boca salía algo de sangre que goteó el frío suelo sobre el que reposaban sus pies descalzos y sucios

???: Se me cayó el diente... -Dijo el niño de cabello negro desarreglado-

No muy lejos de el, habían varios niños e incluso adultos más en su misma posición, desnutridos y sin nada de energía, ¿Cuánto tiempo más seguirían comiendo y bebiendo una vez al día?

Definitivamente la suerte no les sonreía, haber nacido en la época posterior a la segunda guerra mundial les dejaba en una situación complicada, el agua estaba contaminada, la comida sólo provenía de unas vías de tren que pasaba una vez al mes y eso, sólo cuándo se alcanzaba a robar algo, esa era la realidad del barrio en el que vivían, "Asaminami", el futuro corazón de los Nanmin.

Por no hablar de que todo estaba vuelto trizas y manchas negras con siluetas de personas se veían por doquier, era similar a un apocalipsis, ese era el día a día de estos niños, estos "refugiados".

Jefe: He vuelto familia... Traigo algo para ustedes...

Todos rápidamente se arrastraron para ir hasta el recién llegado hombre, un musculoso atleta que empezó a repartir algunos suministros, específicamente comida, bebida y algo de medicina

Hombre 1: Jefe, esos son suministros, no debería hacer eso, si usted no tiene fuerzas para pelear, entonces obtener suministros será imposible, esto es contraproducente

Jefe: Ya comí bien, estoy lleno, y para echarla a perder mejor se las doy a ellos.

Hombre 1: Pero si no comió casi nada...