Let me take care of you

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Ya llevaba tres años de relación con Hira, en ese tiempo Hira había conseguido trabajo, lo que no le gustaba es que trabajaba por la noche, pero se acabó acostumbrando.

Hira normalmente llegaría a las ocho y media, pero ahora son las diez y cuarto y Hira no aparece. No hay llamadas, mensajes, nada, no sabía dónde está su pareja.

Salió del cuarto para ver si había alguna señal de Hira, pero solo encontró que estaba lloviendo.

Pasaron veinte minutos más y Hira entró a casa. Kiyoi lo miró y inmediatamente sintió malestar.
Hira estaba completamente empapado, con la nariz y ojos rojos, señal de que había llorado, tenía suciedad en la cara, parecía que se había caído.

Cuando Hira lo vió despierto inmediatamente soltó sus cosas y fue a abrazar a su pareja, Kiyoi sabía que le había pasado algo por la forma en que lo abraza, poco le importó que se estuviera mojando, abrazó a Hira de vuelta y le acarició la espalda, tratando de calmarlo, pero no parecía funcionar ya que Hira empezó a sollozar, abrazando más fuerte a Kiyoi.

Kiyoi nunca había visto a Hira llorar, aún cuando en secundaria lo usaron como señora de los recados nunca lloró. Kiyoi ante ese pensamiento solo pudo abrazar más fuerte a Hira, quería que sintiera que estaba ahí con él.






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Cuando Hira se calmó, Kiyoi le propuso que se diera una ducha, lo que menos quería ahora es que Hira se resfriara, mientras Kiyoi se dió a la tarea de hacer la cena, en esos años ya había aprendido a cocinar, algo básico, aún le quedaba mucho para igualar a Hira, pero sabía hacer algo básico, como no quería que Hira estuviera mal optó por hacer sopa miso.

Siguió la receta que le dió Hira al pie de la letra para asegurarse de que lo estaba haciendo bien, al acabar, puso la mesa para que todo estuviera listo para cuando Hira acabara.

Hira salió de baño dos minutos después, con su pijama y una toalla mientras se secaba el pelo con esta, los dos comieron a gusto, en un silencio cómodo, hasta que Kiyoi decidió romperlo.

-Me quieres contar que a pasado? - Preguntó Kiyoi calmado y con una sonrisa para no exaltar a Hira.

-N-n-nada. - Contestó como pudo.

Kiyoi sabía sobre los problemas de su novio, en ese tiempo Hira se los había ido contando poco a poco y sabía que se preocupaba por la más mínima cosa, por eso siguío son expresión calmada.
Kiyoi admitía que no tenía paciencia, pero con Hira simplemente no podía desesperarse o gritarle, mucho menos cuando sus ojos se estaban volviendo a poner rojos y empezaban a cristalizarse.

-Y-y- yo no s-soy capaz d-d-de hacer algo bien.-Comenzó a decir Hira mientras sus ojos se llenaban de lágrimas.

-Me han d-d-despedido. -Dijó con un hilo de voz para después echarse a llorar.

A Kiyoi se le partía el corazón ver cómo le preocupaba tanto una cosa que era completamente normal.
En el paso del tiempo Kiyoi entendió porque Hira se callaba tantas cosas cuando estaba claro que quería decir lo que se guardaba, Hira le explicó a Kiyoi que antes le daba tanto miedo estar solo que al final se acostumbró y cuando encontró a Kiyoi sentía que si decía o hacía algo mal volvería al vacío dónde había estado toda su vida, Hira le tenía miedo al abandono, como el.
Kiyoi comprendía lo que era porque también lo padecía

Kiyoi se levantó de la mesa para abrazar a Hira y hacerle recordar que el seguía ahí, con él.

-Conseguiras otro trabajo pronto, no te preocupes. - Le dijó Kiyoi restándole importancia.

-P-p-pero nunca logro hacer algo bien, siempre acabo como el fracaso que soy. -Dijo Hira mientra se aferraba a Kiyoi para seguir llorando.

Kiyoi sentía como cada vez se le estrujaba más el corazón, Hira era alguien súper talentoso pero era incapaz de verlo por si mismo.

-No vuelvas a llamar a mi hombre fracasado, responde si lo has entendido. - Hira sonrió ante las palabras de Kiyoi, el realmente era afortunado de tener a alguien como el.

Kiyoi agarro del mentón a Hira, haciendo que le mirase, aún había algunas lágrimas en los ojos de Hira, Kiyoi las limpió con su pulgar para luego dejar un beso en la frente de Hira.

Cuando Hira pudo componerse, recogieron la mesa para poderse ir a dormir, Hira aún seguía un poco aturdido pero Kiyoi no dudó en abrazarlo y rápidamente cayó en brazos de Morfeo.


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Normalmente cuando Kiyoi se despertaba ya no había nadie en la cama más que él, pues Hira siempre se despertaba antes para hacer el desayuno y arreglar un poco el desorden del día pasado, pero ahora Hira seguía dormido a su lado pero no se veía muy bien.

Estaba sudado, con la respiración acelerada y parecía bastante incómodo.
Pasó una mano por debajo de su flequillo para medirle la temperatura, como era de esperarse, estaba ardiendo.

Empezó a acariciar su cabeza, con un suave toque, al que Hira abrió sus ojos a los pocos segundos, tenía la mirada perdida, parecía un poco aturdido.

-Ki-kiyoi. -Le llamó, a lo que emitió un sonido dando a entender que lo estaba escuchando.

-Me duele todo, me siento mareado, me duele mucho la cabeza. -Dijo con un hilo de voz con un tono casi de súplica.

Kiyoi le regaló una sonrisa, cosa que hizo que Hira se sintiera seguro, por instinto, abrazó a Kiyoi, escondiéndose en la curvatura de su cuello, Kiyoi le devolvió el abrazo riendo por la repentina acción.

-Tienes fiebre, hoy no irás a la universidad y yo tampoco iré al trabajo.

-Pero..

-Pero nada, tienes fiebre y no puedes quedarte aquí solo.

Hira acabo aceptando a regañadientes porque sabía que no le podía ganar al instinto de madre de Kiyoi.

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Hira fué a lavarse mientras que Kiyoi preparaba algo para desayunar y también aprovechó para ir a comprar algo de medicamento para Hira.

El resto del día Hira lo pasó en cama, no porque el quisiera, sino porque había una madre que tenía como novio que no se lo permitía. Pero tenía que agradecérselo porque se sentía mucho mejor.

La noche cayó, Kiyoi cocinaba y Hira dormía. Kiyoi se sentía raro, nunca había estado tanto tiempo en ese sitio, solo entraba para beber su Ginger Ale y para robarle comida a Hira.
Estaba muy cansado, había sido un día muy largo, pero ver a Hira dormido abrazándose a si mismo por el frío le recuperaba tota la energía.
Tocó la frente de Hira para comprobar su temperatura, aún tenía fiebre pero había bajado bastante.

Dejó un fugaz beso en la coronilla de Hira para luego seguir poniendo la mesa para cenar.

Cenaron y Kiyoi le dijo a Hira que fuera a darse un baño mientras el recogía la mesa, a lo que aceptó de mala gana pues quería seguir durmiendo.

Cuando Hira salió se estaba secando el pelo con la toalla como de costumbre.
Kiyoy al verlo se le ocurrió algo, tenía ganas de mimar a su Hira.

Hira se sentó en el suelo y Kiyoi en el sofá, se puso un aceite de almendra en las manos para luego masajear la cabeza de Hira, se sintió orgulloso cuando a Hira se le caía la cabeza porque se estaba quedando dormido.

Eso le sacó una sonrisa.

Agarró el secador y con el aire tibio empezó a secar el cabello de Hira, de raíz a puntas, para ese momento Hira ya se había quedado dormido con su cabeza apoyada en la pierna de Kiyoi.
Cuando terminó, despertó a Hira y lo subió al sofa, Hira cayó en brazos de Morfeo segundos después, sobre el regazo de Kiyoi, mientras este le aportaba caricias cortas en su pelo, sonriendo ante la imagen, Kiyoi encendió la tele poniendo una serie.

Kiyoi, ese chico que era frío con todo el mundo ahora estaba sonriendo como un idiota enamorado, amaba esa sensación, amaba a Hira Kazunari, su hombre hermoso.

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⏰ Última actualización: Jul 11, 2023 ⏰

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