Feliz Cumpleaños Bunny Chiba.

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Bunny miro su reloj, ella tenía media hora antes de que Armando la esperara en casa

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Bunny miro su reloj, ella tenía media hora antes de que Armando la esperara en casa. Quizás ella debería ir a casa más temprano. No… Hazlo esperar. Sonrió ampliamente, saco al azar un manuscrito de entre un montón de papeles, y empezó a leer.

Fue su lengua lo que primero capto su atención

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Fue su lengua lo que primero capto su atención. Era pequeña y rosada, estaba lamiendo desesperadamente mientras el helado derretido goteaba hacia abajo y por el cucurucho del cono, como un riachuelo. Intento hacerlo con delicados y pequeños lametones,
moviendo rápidamente su lengua por y entre sus dedos.
Joder. Su cuerpo se tenso inesperadamente. El frunció el seño y se removió incomodo sobre su asiento. Intento mirar hacia otro lugar, miro hacia abajo a su café tibio. Pero el placer infantil en la cara de ella, sus brillantes ojos azul cielo, y la forma en la que la brisa
de la tarde veraniega peino su larga melena rubia hizo que
instantáneamente volviera a mirarla a través de la ventana de la cafetería.

Los ojos de ella recorrieron el embarcadero para comprobar que nadie estaba mirándola. Era una agradable tarde de junio; un viernes, y no había demasiada gente alrededor. Mordió la punta inferior del cono, envolvió sus labios alrededor del final del
cucurucho y succiono. Absorbía fuerte, y la vainilla desapareció por el pequeño agujero que ella creo.

El mundo de él se congelo. Los pocos turistas desaparecieron, y al igual que el helado él fue absorbido por el agujero, bajo su hechizo. Su cuerpo se revolvió una vez mas.

Ella levanto la mirada, de repente consiente que alguien estaba mirándola, y los ojos de ambos se encontraron a través del cristal; azul mar contra azul cielo. Ella ladeo su cabeza hacia un lado y siguió mirándolo fija y valientemente. Él quiso mirar a otro lado, pero estaba atrapado, mirándola embobado, como un adolescente hambriento. Si. Eso era lo que él estaba haciendo. Mirar embobado a esta chica.

-¿Disfrutando del espectáculo? –le grito ella.

Él no podía decir si ella estaba enfadada, contenta o grosera. Quiso devolverle el grito: “Mucho mientras tu estas disfrutando de ese helado”, pero no lo hizo. Había una pareja mayor junto a él, disfrutando de un tranquilo te cremoso de media-tarde, y no quería molestarles. Y, claro, él era
tímido.

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