El Rut

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Uno pensaría que nacer en un mundo lleno de guerra, hambre y pobreza, sería el peor de los castigos, pero nada de eso se comparaba al verdadero infierno de las castas.

Las grandes naciones ninjas eran regidas por aquellos humanos que simplemente habían tenido suerte de nacer como alfas. Seres terriblemente fuertes y saludables, que aprovecharon sus capacidades extraordinarias para someter al resto de la humanidad.

Los segundos al mando eran los betas, personas simples y ordinarias, pero con una clara ventaja, eran inmunes a los "encantos" de los alfas, y por ende se les dio un gran trato entre la sociedad.

Y por último, estaban los omegas, catalogados por todos como simples objetos, cuya única función era quedarse callados, lucir bien y estar al servicios de sus superiores para lograr engendrar a las siguientes generaciones.

Por varias décadas las cosas se manejaron de ese modo, hasta que los pertenecientes a la casta más baja, decidieron iniciar una guerra demostrando una gran capacidad en batalla, que logró liberarlos por así decirlos de una sofocante esclavitud.

Actualmente las personas trabajan día a día para ignorar las diferencias, aunque continúa siendo un reto para muchos, ya que los instintos y la naturaleza dominante de los alfas, es algo difícil de controlar.

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En lo profundo de una oscura cueva, dos jóvenes corrían desesperados, tirando a su paso todo lo que podían, con tal de alcanzar la salida.

Una vez que el aire fresco del bosque golpeó sus rostros, los menores se tiraron al suelo, sintiendo que por fin eran capaces de

respirar.

-Qué...puto...asco- dijo el jashinista con dificultad.

-¿Y dicen que nuestro celo es insoportable?, el de ellos es 100 veces peor, hm- comentó el artista de larga cabellera mientras trataba de pararse pero le fue imposible.

Del cielo descendió una mujer que portaba una enormes alas que a primera vista parecían ser de un verdadero ángel.

-¿¡Se encuentran bien!?- preguntó Konan que de inmediato se apresuró a atender a sus compañeros.

Una vez que estuvo a centímetros de ellos, noto como estos se retorcían como si estuvieran sintiendo un gran dolor. Con calma analizo las cosas hasta que se percató del problema.

De forma tosca, le arrebató las capas a los omegas, para arrojarlas lo más lejos posible.

-¿Acaso no se dieron cuenta de que sus uniformes estaban plagados de feromonas?- preguntó la kunoichi con el ceño fruncido.

Y a los pocos segundos, los menores dejaron de temblar, sintiendo que un peso se les quitaba de encima.

-¿¡E-Era eso!?, ¡carajo, esos malditos perros de mierda, me las van a pagar!- gritó Hidan con las mejillas rojas.

-Para tu drama tarado, ellos no lo hicieron a propósito, ya sabes que el Rut es bastante impredecible, hm- dijo el artista tratando de ignorar el calor que su cuerpo producía gracias al aroma de los alfas.

Konan sonrió un poco al ver que los omegas estaban estables, pero debían limpiar el resto de la esencia de sus cuerpos o de lo contrario podrían activar sus celos.

La mujer se elevo un poco tratando de encontrar algún río que estuviera cerca, cuando de repente vio como un hombre alto y de máscara anaranjada, salía de la guarida sosteniendo dos enormes cubetas.

-¡Tobi al rescate!- gritó el buen chico para luego lanzarles agua a sus queridos sempais.

Y en un abrir y cerrar de ojos los omegas estaban empapados, ahora todo lo que pasaba por sus cabezas era asesinar al enmascarado.

-¡Tú, maldito estúpido hijo de perra!- y de un salto los menores se le fueron encima con la intención de estrangularlo.

La chica del origami ahora presenciaba la divertida pelea, en donde Tobi agitaba los brazos en busca de ayuda, mientras que Deidara y Hidan lo sujetaban fuerte del cuello.

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Mientras tanto, en lo más recóndito de aquella construcción, en un lugar donde sólo los líderes tenían permitido entrar.

Tres alfas se encontraban prisioneros en reducidas pero fuertes jaulas.

Pain los observaba desde una distancia prudente, acompañado del joven Uchiha, que en su mano derecha reposaban una caja con medicamentos.

-No puedo creer que su ciclo comenzará al mismo tiempo- dijo Itachi tratando de enfocar la vista en su compañero de equipo.

-Debemos investigar qué fue lo que detonó esto, pero antes debemos tranquilizarlos- una vez terminada aquella oración, un fuerte golpe hizo que los presentes se pusieran en guardia.

Se trataba de Kakuzu, que ya no traía consigo su máscara y tampoco su pesado gorro. El pobre se golpeaba contra los barrotes en un intento de calmar ese deseo que lo estaba devorando por dentro. Todo en él era un desastre, desde sus jadeos hasta sus ojos que ya no tenían ese color esmeralda, ahora estaban teñidos con un intenso brillo dorado.

Al otro extremo de la habitación, Sasori se sujetaba la cabeza como tratando de controlar sus pensamientos, su cuerpo se sacudía de forma involuntaria, llevándolo a un estado de absoluto estrés.

Por último tenían al hombre tiburón, también conocido como Hoshigaki Kisame, un hombre que ahora luchaba con todas sus fuerzas para reprimir su instinto, tanto así, que comenzó a morderse los brazos, dejando paso unas profundas marcas, que desbordaba líneas y líneas de sangre.

En medio de toda esa conmoción apareció Zetsu, el cual se asomaba por una de las paredes.

-Les dijimos que era una terrible idea que permitirán omegas en la organización- habló Kuro con mucha seguridad.

-Mirenlos, ahora son solo animales- dijo Shiro con un tono burlón que enfureció al Uchiha.

-Esto no tiene nada que ver con ellos, desde antes de que llegarán los alfas batallamos con nuestro ciclo- aclaró Pain.

-Por favor, recuerdo muy bien que tus subordinados solían calmarse con tan solo unas cuantas píldoras y ahora deben de estar cautivos, es claro que la presencia de esos mocosos es peligrosa- señaló Zetsu, ya que para ellos era lo mismo que poner a un oso hambriento al lado de un pedazo de carne.

El portador del rinnegan rodó sus ojos, cansado de los comentarios de aquel sujeto que se veía más bien como una planta.

-Lárgate de aquí, a menos que quieras quedar en medio de estos carnívoros- dijo Pain sacandole un escalofrío al espía.

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Y así empezamos esta historia, ✨️❤️✨️❤️✨️❤️✨️❤️✨️❤️✨️❤️✨️❤️✨️❤️✨️❤️✨️❤️✨️❤️✨️❤️✨️❤️✨️❤️✨️espero les guste.

Dato: El Rut es el celo de los alfas, por lo general se da una vez al mes. Aunque se dice que la presencia de los omegas pueden detonarlo.

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