Náuseas

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Días después de hacerse la prueba, una examen de sangre completo concluyó lo inevitable, Sanji estaba en la espera de un bebé.

La noticia del embarazo comenzó una nueva revolución en el departamento, los cocineros mayores comenzaron con una serie de tratos indirectamente más amables.

Al principio esto alegro un poco a Sanji, los mayores se había tomado la molestia de encontrar y cocinar comida ligera para evitar las náuseas, sin embargo con el tiempo este nuevo trato empezó a desagradar al cocinero, las constantes peleas en forma de burlas y bromas se había acabado y aunque odiase admitirlo esas cosas le gustaban era una forma de desahogo dentro de esa casa.

Muchas veces o casi siempre era el rubio era quien comenzaba con los insultos y los mayores contestaban con más, ahora cada ves que lo hacía los demás solo pasaban de el.

El estaba siendo ignorado de alguna manera y eso no le agradaba en lo más mínimo.

Las cenas en el departamento siempre eran llenadas de charla más que nada del restaurante, los planes que tenían para este o el progreso y esa noche no era la excepción excepto que el rubio se mantenía callado.

Era lógico después de toda una semana y media sin ir a trabajar Sanji estaba muy atrasado en cuanto al tema y los mayores aunque contarán las cosas en la mesa, nunca se tomaban el tiempo de explicarle.

En ese momento Sanji se sentía ignorado, de alguna manera solo y también inútil, se había ido de casa, había discutido con Zoro, tenido una muy larga charla para poder ponerse deacuerdo y por último una candente cesion de reconciliación; todo eso solo para venir a aquí para trabajar y ayudar a su padre.

Pero el no estaba haciendo ni una ni la otra.

De verdad era un inútil que no podía ayudar a su padre, cuando este había echo mucho por el, de verdad era un inútil de mierda que solo estropeaba todo.

De esto se llenaba la cabeza rubio, de insultos autodirigidos, de pensamientos erróneos y de tristeza, de una sensación melancólica, se sentía basura en su mundo.

Las ganas de llorar emanaron de Sanji, cristalizando sus ojos con finas gotas que intento con todas sus fuerzas contener pero no lo logro por mucho.

Las gotas de agua salada comenzaron a caer en en la taza de té casi llena, sus manos temblorosas se aferraban a esta como un niño a su oso de peluche cuando está asustado.

Una mano en su hombro lo saco de su pesadilla personal, giro un poco la cabeza encontrándose con la mirada preocupada de Patty, desvió la mirada hallando más preocupación de Carne y su padre.

La vergüenza se apoderó del joven, estaba haciendo preocupar a los demás por sus estupideces, sus ojos volvieron a llenarse y a drenar lágrimas.

Se paró rápidamente sin pensar en sus síntomas, su respiración se aceleró, la habitación comenzó a dar vueltas, su cuerpo comenzó a pesar, todo empezó a sentirse mal.

Intento dar un un paso pero una fuerte punzada en la parte baja de su abdomen lo obligó doblarse y tomar su barriga, emitió un quejido de dolor.

Los mayores se levantaron tan rápido como fueron a socorrer a Sanji.

__ Berenjena que sucede?__ pregunto Jeff, su tono de voz alterado, ver a su único hijo así, llorando, encorvado, gruñendo de dolor, podría volverse loco.

__ duele__ respondió el joven ahora llorando desesperado.

__ Patty llama a una ambulancia__ grito el mayor mientras sostenía a su hijo de los brazos.

Patty iso lo que se le ordenó mientras que Jeff y Carne ayudaban a Sanji a sentarse en el sillón de la sala cerca de la cocina-comedor.

Al cabo de unos 10 minutos la ambulancia llegó, los paramédicos atendieron a Sanji que hacía sus esfuerzos para no gemir de dolor, lo subieron en la ambulancia con Jeff ya que no se permitía más de un acompañante, y lo asistieron para calmar su dolor.

Tres Vidas Para Un Cocinero Y Un Espadachín (ZoSan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora