Llegó aquel martes, estaba afuera de una sala esperando a los demás. Me dijeron que era una clase, pero esta tenía la puerta cerrada, no había nadie ahí, no pude venir con Orion y ahora me encontraba ahí dando vueltas. La puerta no abría y nadie aparecía. Quizás cambiaron de sala o simplemente lo cancelaron. De pronto escuche unas voces al otro lado de la puerta. Al poner la oreja para escuchar si había alguien, la puerta se abrió. Me tropecé con alguien donde casi termino encima de esa persona pero recupere el equilibrio.
Era Selene. Sus ojos marrones se posaron en mí, colocó un mechón de su cabello detrás de la oreja, esta vez lo traía suelto.
—O-oh Hola —saludé tímidamente.
—¡Benjamín! Pensé que no ibas a venir.
—Lo siento, es que estuve aquí esperando a ver si aparecía alguien.
—Oh lo lamento, habíamos entrado unos minutos antes así no perdemos tiempo ¿Cuánto tiempo llevas ahí esperando?
—Cómo unos ¿20 minutos? —respondí—. Pero no te preocupes, fue mi culpa porque desde un inicio yo no toque la puerta.
—¡Benja!¿Dónde estabas amigo? —Orion estaba sentado en una silla de madera al fondo de una mesa larga.
—Lamento la demora —me disculpé.
—Bien, mira aquí tienes la obra completa, tú eres Cassian, el protagonista.
Mi estómago se encogió de felicidad al escuchar esa palabra, "protagonista"
—Ahí te entrego tu parte, en unos minutos nos pondremos a leerlo todo por primera vez para que sepáis de qué va —dijo Selene mientras me entregaba unos papeles grapados.
Observe a Selene, traía un abanico en sus manos, el país del abanico tenía un estampado de flores, Selene jugueteaba con el abriéndolo y cerrándolo.
—Un momento... se supone que debería de estar leyendo mis diálogos —me dije a mi mismo. ¿Qué hacía yo mirando el abanico de la señorita Bechtel?
—Yo sé que esta obra será un trabajo laborioso, pero que sepáis que si todo sale bien, la actuarán en el Teatro Massimo.
Al escuchar eso muchos de los que estábamos ahí comenzaron a gritar y a hablar de la emoción, yo solo me limité a ver a Orion ¿Qué clase de oportunidad era esa?¿Un milagro? Selene continuó hablando.
—Les agradezco a ustedes y a los que nos van a ayudar, por darle una oportunidad a mi obra para llevarla a cabo en los escenarios, es como un sueño para mi —dijo ella con una sonrisa. Una bella sonrisa.
Comenzamos a aplaudirle y nos pusimos a leer la obra, Selene nos explicaba el mensaje que quería llegar con su obra, un mensaje que tenía que ver con la competencia y la rivalidad en el mundo del arte. Selene leía las acotaciones y nosotros tratábamos de poner el tono adecuado a la voz dependiendo de lo que indicarán las acotaciones.
—Benja —me llamó Orion susurrando—. Amigo, en esta obra somos rivales, será complicado para mí actuar como si te odiara.
Le sonreí.
—Seguro que nos sale bien... es más, imagínate que soy alguien que de verdad te caiga mal...
—¡Cristo! —Exclamó Orion—. Te llego a imaginar cómo Paolo o Maxon y ya me dan ganas de golpearte.
Nos reímos los dos.
Seguimos así todo el día, los profesores de literatura de ambas escuelas nos ayudaban a mejorar nuestras entonaciones, a Selene se le notaba la felicidad y la emoción de que más y más gente llegara a conocer su obra, la cual era demasiado interesante, los temas de amistad y rivalidad eran muy bien tratados, se entendía a la perfección y encima tenía bastantes mensajes indirectos bastante bonitos. No era una obra clásica que creíamos que interpretaríamos, pero merecía serlo dentro de unos años. Mientras hablábamos sobre la obra, Selene me miró y dijo.
—Ah, Benjamín una cosa más.
La miré, no pude mantener el contacto visual con ella por muchos segundos, simplemente su mirada era mucho para mi.
—¿Si? Dime señorita Bechtel...—Respondí.
—En mitad de la obra, tu personaje tendrá una relación amorosa con el personaje de Grazia... —Dijo apuntando hacia una muchacha pelinegra.
Yo solo me limite a asentir con la cabeza.
—Así que a la hora de actuar tendréis que tener un contacto específico, pero no se preocupen solo en una ocasión os tendréis que besar —Selene soltó una risilla—. Si os molesta la idea solo decírmelo.
—A mi no me importa la verdad —dijo Grazia.
Me ardían las orejas ¿Besar...a una chica? Jamás pensé que llegaría a hacer eso, y menos en una obra. Todo el mundo me miraba esperando a que dijera algo... qué vergüenza.
—Está bien...—Tartamudee.
Se escuchaba como Orion trataba de controlar sus risas, lo miré con un poco de odio, él no pudo más y estalló en carcajadas.
—Amigo, será solo un beso ¿Por qué esa cara? —Él seguía riéndose mientras yo me frotaba la cara. Mire a Grazia, ella me guiño un ojo y comenzó a reírse también... dios... eso no ayudaba en nada.
Mi cara ardía por lo roja que estaba, Selene sonrió.
—Cualquier cosa avísenme —dijo ella—, me encanta el ambiente que tiene este equipo, de seguro saldrá algo maravilloso de aquí.
La sesión terminó, todos acordamos unos días en específicos para que los profesores nos llevaran esos días a practicar la obra.
—Que cabrón, tienes suerte eh —me dijo Orion mientras caminábamos a nuestros dormitorios.
—Cierra la boca.
—Con lo buena que está la Grazia esa, yo si fuera tu estaría saltando de la alegría...
—Basta Orion, es solo por la obra, ella no me gusta ni llegara a hacerlo.
Orion sonrió juguetonamente.
—¿Seguro?Eso dices ahora —dijo él—, luego ya verás que te gustara al punto de que querrás besarla unas ochocientas veces más.
Orion no paraba de tocarme el hombro, Orion era insoportable cuando se trataba de chicas pero aun así era un amigo especial para mi.
Tenía que soportar sus bromas, le sonreí.
Trate de cambiar de tema y seguimos conversando.
Ha sido un gran día... pero seguro vienen mejores.
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El día sin estrellas que admirar
Storie d'amore¿Qué sucede cuando un sol y una luna coinciden en un mismo cielo y se enamoran?