Quinta vez

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En sus mejillas se marcaban sus pómulos más que antes, la habitación estaba pobremente alumbrada por la lámpara de noche.

— Hola, Jiminie— agitó su mano frente a la cámara, la manga de su suéter cubría hasta casi todo su pulgar, dejando ver los extremos de sus dedos—. Hice lo mismo... Otra vez... Te dejé varias días sin esto, lo siento, yo quería dejarte varios recuerdos de esto pero... Parece que no, sólo espero que entiendas que todo esto me quita fuerzas...

Miró a sus pies, sintiéndose mal.

— Hoy te fuiste enojado porque no quise hacerlo contigo, y por eso... Estoy solo esta noche— suspiró pesadamente—. No es mi culpa estar enfermo, Jimin, no es mi culpa sentirme mal, no es mi culpa que no tenga energía para nada... Estoy cansado, un cansancio por una enfermedad que no le deseo a nadie.

>> Y no puedo hacer mucho, menos sólo... No puedo salir porque si hace frío eso podría terminar de matarme, y tampoco puedo ir a hacer las cosas que antes hacia... No puedo jugar al baloncesto con los chicos y contigo, no puedo hacer largas caminatas... Estoy exhausto y... No puedo, y en realidad, emocionalmente tampoco estoy mejor y tampoco tengo fuerza mental ni como sea que se diga.

>> Sé que es cansador, sé que no te gusta, Jiminie, pero ¿Podrías cuidarme? Necesito que me cuides.

Sus ojitos miraban a la cámara, como si fuera su novio realmente.

— Igual te amo, Jimin.

— Igual te amo, Jimin

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hasta la última vez › kookmin. (terminado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora