" Nunca he sentido lo que siento por el, pero el parece no sentir nada."
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
No es verdad, nunca te he salvado la vida como tal, tu también me salvaste las vida cuando estábamos en la azotea en el 10 de corazones. -
Ah, es verdad, cuando Niragi te apuñaló. - Decía Chisiya mientras se reía.
Pero yo le apuñale primero. - A Jin le salió una sonrisa tonta. - Por que le apuñalé primero? - De verdad que ella no lo sabía, tan solo se acordaba de las acciones, no del porque.
Me acuerdo perfectamente. Estabais los dos tirados en el suelo, y Niragi... -
Ah! Es verdad! - Niragi la había intentado violar ya dos veces , las dos a la fuerza, una de esas veces fue ese día, por eso mismo le había apuñalado. - Me acuerdo, estaba tirada en el suelo con Niragi encima, y creía que me ibas a dejar ahí sola. -
En ese momento yo si que no sabía lo que hacer, no te podía dejar pero si salía estropearía el plan que tanto me había costado. -
No importa, luego apareciste, y eso es lo único que importa. -
Cuando Jin se quiso dar cuenta, ya habían llegado al hotel.
Chisya fue más rápido que ella y entró primero a la recepción. Cuando entraron, se encontraron con todos los muebles agujereados por lo que parecían agujeros de balas, y un par de cadáveres por el suelo.
Parece que hicimos bien en salir. - Dijo el rubio mientras metía las manos en los bolsillos y se paseaba por la sala.
Vámonos arriba, ya. - A Jin no le gustaba estar ahí, el único lugar que sentía que era seguro y lo habían estropeado, pero le sirvió para abrir los ojos, en Borderland nunca se estaba seguro, aunque las cosas estuviesen calmadas.
Jin llamó al ascensor, se abrieron las puertas y entró lo más rápido que pudo, pero Chisiya seguía fuera.
Chisiya vámonos! -
Voy! - Veía a Chisiya por el hueco del ascensor, estaba caminando hacía ahí, pero se paró a recoger la revista que estaba leyendo antes de salir.
Entró en el ascensor con una sonrisa en la cara, una revista y unos caramelos en las manos.
Donde los has encontrado!?- Chisiya tenía bastantes caramelos, le dió más o menos la mitad.
Estaban en uno de los cadáveres. -
Quién los habrá matado? - Preguntó Jin mientras se comía un caramelo.
Seguramente el rey de picas, pero quién sabe...- Dijo su amigo con un tono misterioso, burlándose de ella.
El ascensor hizo un sonidito dándoles a entender que ya habían llegado a su piso.
Jin dejó los caramelos en su habitación, y luego fue a la ventana a asomarse.
Voy a dormir un rato, estoy cansado. - Dijo Chisiya mientras entraba a su habitación.
Vale, luego nos vemos.- Chisiya cerró la puerta.
Jin se quedó un momento mirando por la ventana, cuando se quiso dar cuenta ya había anochecido, y ella aún no se había movido, seguía ahí mirando al infinito.
Entre la oscuridad de la noche se veían unas luces que alumbraban al dirigible de la reina de picas, una idea llegó a la cabeza de Jin, una idea muy, pero que muy estúpida.
Se levantó de el suelo y se fue corriendo a buscar un rotulador o algo para escribir, se encontró el típico rotulador permanente negro, luego fue a por la revista que había estado leyendo Chisiya hace unas horas.
Se sentó encima del sofá y escribió en la portada de las revista con el rotulador, "He salido, mañana nos vemos, supongo.", para que su amigo lo entendiese mejor también dibujó un dibujo de la carta de la reina de corazones, dejó la revista en una mesa que había nada más entrar en el piso.
Luego salió a la calle y se fue al juego, tenía ganas de hacerlo, de sentir emoción y adrenalina. Seguramente esta era una de las peores decisiones que había tomado desde que había llegado ahí, estaba segura de que se iba a arrepentir, pero algo en su cabeza le decía que fuese allí, que se arriesgase la vida sin sentido, y ella lo iba a hacer, no pasaba nada si moría allí, al menos a ella no le importaba ni lo más mínimo.
Usagi:
Iba caminando por los pasillos llenos de botones y engranajes, no iba sola, el niño que se había encontrado hace un par de días iba con ella. El niño se paró de repente dejando a Usagi caminando sola, cuando se dio cuenta se paró y se quedó mirando a aquel niño.
No voy a ir. - Dijo con una voz dulce, pero a la vez el miedo se notaba en ella.
Quieres morir? - El niño negó rápidamente con la cabeza. - Entonces, ganemos juntos.-
Que pasa si ganamos? - Usagi resopló mientras se agachaba a la altura del niño.
Si ganamos todos los juegos, quizás... podamos volver a casa. -
Pero mis papas... Ya no están ahí. - El niño parecía triste, naturalmente, había perdido a sus padres.
Que crees que querrían tus papas para ti? -
Querrían que regrese. -
Exacto.- Usagi y el niño se dieron la vuelta y empezaron a caminar otra vez, al final de aquel pasillo había a un ascensor, se metieron en el y subieron a un piso igual que los pasillos por donde se habían paseado, lleno de engranajes, botones y tuberías. Las personas presentes se les quedaron mirando. Un señor se acercó al niño y se agachó junto a el como había hecho Usagi hace unos minutos.
Que lindo.. Cuantos años tienes? -
10 años! -
Perfecto! - Luego el señor se levantó y miró a Usagi seriamente. - Es un juego de picas, no vamos a ganar con el, no me importa que sea un niño, si estorba... no me culpes.- El señor se fue.
Se que puedes hacerlo.- El corazón de Usagi se paró durante un momento, reconocía esa voz. Se giró y vio a Arisu al fondo, no estaba muerto.
Arisu...-
Usagi...- EL chico comenzó a caminar hacía ella, y Usagi caminaba hacía el, hasta quedar a menos de un metro de distancia, mirándose fijamente a los ojos.
Sabía que estabas vivo...-
Yo también.-
Como me encontraste?-
Lo tuyo son los juegos físicos, y si no era el rey de espadas...- Arisu miraba a su alrededor.-Era la reina.- Usagi se lanzó a los brazos de Arisu y se dieron un largo abrazo, se quedaron así durante un tiempo hasta que Arisu levantó la vista.
