Capitulo 1

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- No me vas a atrapar – grité con todas mis fuerzas mis pies se hundían en la arena, pero seguía corriendo sin mirar atrás, aunque era difícil ver ya que solo la luna nos estaba iluminando, por ratos escuchaba risas entonces corría más rápido y de repente él ya me tenía cargada como una princesa siendo rescatada no pude evitar reírme esconderme en su peco de la vergüenza.

- Ya bájame...porfa – entre risas le grité, lo mire a los ojos como una niña chiquita siempre que lo miraba así lograba que el hiciera lo que yo le pedía sin embargo esta vez no funciono lo único que logre es que se acercara más a mi si eso era posible, haciéndome cociente de la cercanía que teníamos en esta posición esto hizo que mi corazón latiera más rápido de lo normal y esos ojos verdes hipnotizantes que tenía no podía dejar de mirarlos hasta que el hablo logre reaccionar.

- Esta vez no funcionara niña chiquita- empecé a mover mis piernas para que me soltara hasta que me enoje por no poder lograr lo que quería termine rindiéndome y el no paraba de reírse.

- Tonto...ya lograste lo que querías ahora bájame- se me quedo viendo por unos minutos siempre que hacía eso no podía evitar sentir como si mi corazón se salía de mi pecho después de un tiempo volteo a ver el mar y al fin rompió el silencio.

- ¿En serio creíste que solo te quería atrapar? – en cuestión de segundos estábamos en el mar, el agua estaba helada pero al parecer eso no le molestaba a él, al momento de entrar al mar cambio de posición como me tenía cargada enrede mis piernas en su cintura y puse mis brazos alrededor de su cuello para terminar acomodándome en su hombro cerrando mis ojos mientras el silencio me permitía escuchar nuestras respiraciones mezcladas y los latidos de nuestros corazones que parecían querer salir de su lugar para poder estar más cerca, después de un tiempo alce la cabeza para verlo la luz de la luz de la luna lo iluminaba resaltando esos ojos verdes con toques de amarillo que me hipnotizaban siempre y sin darme cuenta y sin darme cuenta baje la mirada para quedarme viendo sus labios que desde hace años me tentaba a probarlos, voltee mi cabeza para no cometer un error que ya no tendría retorno decidí romper el silencio con un susurro mientras me quedaba viendo como las olas se movían a lo lejos– Tengo frio – apoyo su cabeza en la mía y susurro – ¿Me puedes mirar a los ojos de nuevo? – no dije nada no tardo en poner su mano en mi mejilla y hacer que me voltee para mirarlo, bajo su mirada viendo mis labios ya era tarde nuestros labios ya estaban juntos encajaban perfectamente necesitábamos más mis manos se aferraron a su pelo queriendo hacer el beso más profundo en algún momento sus manos bajaron a mi trasero alzándome uniendo más el beso nada puede saciar lo que dos enamorados de años han ocultado, sabíamos que esto podría acabar mal pero lo deseábamos tanto que esos pensamientos desaparecieron.

Desperté acostada viendo las plantas moverse desde mi ventana y los pájaros cantar como todas las mañanas, pero como últimamente me ha pasado en estos meses mi cara y almohada estaban llenas de lágrimas nuevamente no lo puedo evitar siempre que tengo esos sueños tan reales que me han estado atormentando desde que mi mama me mando esa carta en San Valentín sobre mi primer amor Rafael, no he hablado con mis padres desde entonces sigo sin creer lo que me ocultaron todo este tiempo, sentí un tirón en mi sabana era mi gatita negra llamada Elena mi compañera estos 10 años me la encontré en la playa esa noche y a escondidas la metimos a mi casa el y yo, me senté en la cama y la cargue para acariciarla ella siempre me hacía sentir mejor.

- Ya estoy mejor Elena tenemos que empezar nuestro día- La deje en el pido y me dispuse a empezar mi mañana vivo en un departamento chico al final solo soy yo y mi gatita estamos acá, voy a la cocina a prepárame un café y le sirvo su desayuno a Elena, me apoyo en la isla que separa mi cocina y la sala mientras tomo mi café cierro mis ojos y no puedo evitar pensar en el en cómo se me quedaba mirando siempre que hablaba de mis libros favoritos, en su risa contagiosa y en como hacía que mi día fuera aún mejor con su presencia, mi gatita hermosa hizo que saliera de mis pensamientos pasando entre mis piernas al abrir los ojos no pude evitar mirar hacia la mesa de la sala y ver la carta que mi madre me mando el 14 de Febrero si tan solo me hubiera dicho la verdad desde el inicio todo sería tan distinto ahora pero tengo que seguir con mi vida no puedo dejar que todo el tiempo me retenga el pasada es hora de soltarlo camino hacia la mesa con mi café en mano dispuesta a leer la carta una última vez antes de desaparecerla de mi vida.

"Feliz San Valentín mi niña:

Espero que estes bien ya han pasado diez años desde que te vi enamorada de tu primer y último amor Rafael no olvido tus llantos y gritos todas las noches después de esa horrible noche, lo siento tanto mi niña pero es hora de decirte la verdad él no te dejo por voluntad propia él te amaba tanto que fue capaz de renunciar a ti por tu felicidad...tu padre los vio en el mar besándose esa noche se puso tan furioso que cuando te fuiste a dormir él fue a su casa a buscarlo y lo amenazo que si él no se alejaba de ti te llevaría a un internado para que no lo volvieras a ver el sabia lo infeliz que serias en ese lugar y acepto no volver a hablarte cuando tu padre se fue solo escuche un sollozos del otro lado de la puerta él te amaba mi niña tu no hiciste nada mal...espero logres perdonarme.

Te quiere mama"

Lagrimas caían en la carta no podía evitar sollozar todos estos años pensando que era mi culpa me destrozo por completo mi alma e corazón y ellos lo sabían pero decidieron seguir viendo como sufría sin hacer nada, me limpie mis lagrimas con mi brazo y tire la carta a la basura tenía que dejarlo ir ya no sé nada de el ya lo busque en todas partes es como si se lo hubiera tragado la tierra de repente empecé a escuchar unos golpecitos en mi puerta Elena no tardo en ir corriendo cuando llego empezó a raspar la puerta ya quienes eran y yo igual.

- Buenos días niños, ¿Qué los trae por aquí? – eran mis ahijados y vecinos Andrés de 4 años y Ailén de 6 años su madre es mi mejor amiga Jena Mendoza es una vecina muy querida por todos en el edificio, me agaché a su altura y extendí mis brazos para poder abrazarlos y darles unos besos tronados.

- Pregunta nuestra mama que si quieres desayunar con nosotros madrina – dijo Ailén mientras le llenaba de besos su carita adoro a estos niños desde que nacieron, me levante y los tome de las manos para ir a su casa.

- Con mucho gusto mis niños vamos con su mama – les dije sonriendo, dio un brinquito Andrés emocionado y Elena nos siguió.

- Yei...la mañina viene a comel – grito Andrés mientras caminábamos, al llegar me encontré con Jena en la puerta esperándonos se le veía cansada como si no hubiera dormido toda la noche, pero como siempre hacia cuando algo estaba mal y los niños estaban ahí sonreía y decía:

- Niños vayan a comer ya está la comida en un rato vamos su madrina y yo – la abrace fuerte no quería que se derrumbara enfrente de los niños, ella es madre soltera su novio la abandono cuando se enteró de Andrés ha tenido unos años difíciles, pero ahí he estado con ella y sus hermosos hijos que cuido como si fueran míos, le empiezo a acariciar el pelo para que se calme.

- ¿Qué pasa? Sabes que me puedes contar – dije en un susurro, se apoyó en mi hombre mirando el piso.

- Me despidieron, estuve toda la noche buscando trabajo estoy muy cansada...puedes cuidar a los niños hoy mientras busco trabajo – Me miro a los ojos mientras me decía todo esto se le veía realmente cansada y con una sonrisa me hice a un lado para ir a la mesa a comer con los niños.

- Adivinen quien los cuidara hoy y nos divertiremos mucho – Ambos niños sonrieron y se pararon en sus asientos para gritar:

- La madrina – Andrés al fin lo dijo bien y le di un mini chocalas, estos niños definitivamente hacen que mi corazón se sienta mejor.

- Niños no se paren en la silla y pórtense bien con su madrina – Grito mi amiga ambos asintieron rápidamente mientras mi amiga se acercaba y se puso en medio de ambos.

- Los amo niños hermosos – Les dijo mientras les daba besitos Jena era increíble madre y persona, ojala estos momentos duraran para siempre...minutos después de que se vaya Jena los niños se quedaron viendo la televisión mientras terminaba unos documentos de mi trabajo hasta que sonó el timbre eso nos llamó la atención a los tres me pare a ver quién era con los niños acechando desde la cocina al parecer era un repartidor de pizzas no se le llegaba a ver la cara estaba mirando el piso pero no hemos pedido nada abrí la puerta para decirle que se equivocó al abrir la puerta alzo la mirada y al ver su mirada esos ojos que se aparecían tanto en mis sueños que me hipnotizan hasta ahora sin importar el tiempo...mi corazón nuevamente latía como si quisiera salir de mi pecho y estar con él sin nada que pueda separarnos.

- Rafael... - susurre antes de desmayarme lo último que escuche fueron los gritos de los niños.

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⏰ Última actualización: May 18, 2023 ⏰

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