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•Sara•

—Hola Aiden.

—Estas hermosa…

—Muchas gracias. —sonrío mirando su atuendo.

Lleva una camisa blanca con un jean y zapatillas junto con una campera de jean negra.

Todo de negro menos su camisa.

—Tú también estás muy lindo. —murmuro.

Está extremadamente sexy y lindo.

—Más que tú no creo.

Ambos nos reímos.

— ¿Vamos? —pregunta señalando su auto.

—Sí.

Aiden me abre la puerta del copiloto y entro dándole las gracias.

Él rodea el auto y se sube para darle marcha.

— ¿Eres de tomar? —me pregunta pacifico mientras observa la calle.

—Sí, a veces me mido y otras no. —me río recordando a Jasper cargando conmigo toda borracha. — ¿Y tú?

—Sí, también a veces o básicamente los fines de semanas y algún que otro día en la semana.

— ¿Qué tomas?

—Cerveza, vodka, tequilas, un poco de todo. —suspira. — ¿Tú qué tomas?

—Lo mismo, menos Bloody Mary y el ponche de huevo, ese si es asqueroso. —hago una mueca y Aiden sonríe.

—Opino lo mismo del ponche de huevo.

—Obvio que sí. —me río.

— ¿Cuéntame que es lo más loco que hiciste borracha? —pregunta.

—Mmm…—pienso. —Mi mejor amigo que es el que siempre se encargó de las pocas veces que estuve borracha, me contó que hice pis en su cesta de ropa sucia. —me río y me tapo el rostro por la vergüenza.

Aiden se ríe negando con la cabeza.

—Lo mío es peor…le vomite en la cara a un amigo.

— ¡No! —me carcajeo. —Que feo por dios.

—Sí, quiso matarme después.

—Eso es seguro.

—Llegamos anuncia girando el volante para estacionar.

Por dios. No

—Puta madre. —murmuro al ver el bar.

—¿Pasa algo?

Dudo en decirle que pasa pero lo hago.

—Aquí trabaja mi hermano y justo está en un turno.

—Podemos irnos a otro bar si quieres.

—No, no, yo no tengo problemas pero viste como es mi hermano, celoso.

—Sí, pero estas segura… ¿Qué no quieres ir a otro bar?

—Sí, vamos, que se joda si le molesta.

Él asiente con una sonrisa y ambos abrimos las puertas para bajar.

Bajamos y Aiden le pone alarma al auto para comenzar a caminar a la puerta del bar la cual se extiende hasta media cuadra de gente esperando para entrar.

—Está muy lleno. —murmuro para enganchar mi brazo al suyo.

—Sí, pero no te preocupes por eso.

Aiden se para enfrente de los guardias de seguridad y se saludan con familiaridad.

—Pasen chicos. —murmura uno de ellos abriendo la cuerda roja.

Oscura obsesión [+21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora