Capítulo 5: amor y tristeza

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La vista de quien era Ash realmente estremeció ligeramente al ruso, quien pese a estar determinado a cumplir con su palabra de no abandonar a su amigo, no pude evitar sorprenderse.

Realmente, bajo la armadura, Ash era un desastre de cortes, quemaduras y viejas cicatrices. La piel curtida y dañada, con una expresión un tanto agresiva incluso considerando como era normalmente.

El pelo oscuro muy mal cortado y no peinado en mucho tiempo, le caía ligeramente por la nuca, tapando varias cicatrices que había allí. La quemadura en la frente y parpados, era la razón de que su expresión fuera generalmente dura y un tanto inexpresiva cuando tenía puesta la armadura (además es medio difícil ser muy expresivo cuando solo se te ven los ojos y la boca)

Realmente Grom no esperaba eso, pero había algo en todo eso que realmente le llamaba la atención. No sabía si era pena o quizá compasión, pero ver a su amigo asi realmente logró entristecerlo.

-Pues bien... q' te parece? Me veo bien al men's?-Dijo con una risa un tanto triste mientras se quitaba con dificultad el resto de la armadura- ya se, no es lo q' 'sperabas eh?

Cuando finalmente se quitó el resto de la armadura, dejando a las pesadas piezas de esta en el suelo, Grom pudo ver como sus ropas estaban sucias y algo dañadas, como estaba de flaco en contraste con el tamaño del tacho de basura que usaba como armadura, y como sin esta parecía aún más bajo de lo que ya era (1.59 para referencia ta tikito >_<)

Extendiendo una mano, el ruso sujetó fuertemente la mano algo temblorosa de Ash, para intentar confortar a su amigo. Primero la confesión y después revelarse? Realmente admiraba como Ash había sobrevivido posiblemente al infierno mismo y seguía fuerte.

Fuera de la torre, la nevada que había empezado, caía suavemente sobre las calles, aunque el escocés no se preocupó por su trabajo esta vez. Los sentimientos eran un tanto abrumadores, no se había sentido tan expuesto en años... y sin embargo, tan seguro, agarrando la mano de Grom con fuerza, aferrándose a ella como si su vida dependiera de ello.

Permanecieron así durante un rato, Grom observando con detenimiento los cansados y dañados rasgos faciales del escocés, sus ojos yendo de Ash hacia su armadura que estaba en el piso, y de vuelta a Ash momentos después, quien se encontraba entre tranquilo y algo trastornado, con la mirada fija en su reflejo en la algo sucia ventana.

-Wow...-dijo Ash rompiendo el silencio- s'toy aun peor de lo q' recordaba, heh...

Momentos después, pasada la sorpresa inicial y la ansiedad del momento, Grom jaló a Ash hacia su pecho, cubriéndolo con sus brazos en un abrazo que el miserable recolector de basura no había recibido en años.

Envolviéndolo en un abrazo de oso que sorprendió a Ash, como si estuviera protegiéndolo. Realmente bajo la armadura. Ash era muy frágil física y emocionalmente, bajo su fachada y sus problemas de ira, causados por la tortura casi inhumana que soportó, así que se dejo envolver por los brazos del ruso como un niño desesperado por afecto.

Asi permanecieron unos segundos, tras los cuales Ash se separó ligeramente, mirando directo a los ojos de Grom. Esos ojos de ardilla, grandes y generalmente asustados, casi siempre cubiertos por esa capucha roja que tenía, realmente había algo en los ojos del ruso que atraía a Ash a un nivel más profundo que una mera amistad.

Y no parecía que Grom hubiera cambiado su opinión respecto a él.

-AH, MALDITA SEA-

Y en un momento dado, sin dudar ya ni avergonzarse de quien era actualmente, lo acercó hacia el otra vez, con más fuerza de la que parecía tener, para fundirse en un beso largo y profundo que meses atrás ninguno habría imaginado, sus labios tocándose el uno con el otro con fuerza.

Ash no quería dejarlo ir, ya se había resignado a que amaba a aquel extraño ruso sin importar el sexo o sus diferencias, diablos, realmente estaba disfrutando el momento, ya toda su vergüenza dejada atrás. Grom tampoco podía negarlo, se sentía bien, muy bien en esa rara situación.

Lentamente, Ash, ya sin un ápice de la vergüenza previa, rodeo con sus brazos el cuello de Grom, como para mantenerlo cerca suyo, mientras lentamente se reclinaban entre las cosas de la no-muy-acomodada cama del cuarto, el pequeño y maltrecho escocés ya sobre Grom completamente, antes de finalmente dejarlo ir, mirándolo directo a los ojos.

-Eh, q' dices? Tan mal no estuvo, heh. Demonios, deberíam's hacerlo de vuelt'.

Ambos jadeaban ligeramente, y aunque Grom se podría haber sacudido a ash de encima como si fuera una mera rata, se sentía cómodo y feliz, apreciado como no lo había estado desde que empezó su trabajo como profesor años atrás.

Ese fue el inicio de un muy extraño romance, de un amor extraño y dulce para ambos, para los dos deshechos de la sociedad, atrapados en ese parque infernal pero a su vez tan tranquilo.

Realmente la ira y el temor se pueden diluir en amor.

AshxGrom:ira y miedoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora