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Tn no podía creerlo, sentada en el sofá de su sala, dos apuestos la acariciaban, halagaban y deseaban darle mucho más.
Todo había iniciado pocos días antes, cuando Raian ,el amigo de su infancia, de porte siempre serio y formal, le propuso hacer un trío. Al inicio Tn lo tomó a broma, pero cuando Ohma también sacó el tema, ella lo pensó seriamente y al final accedió esperando no dañar los sentimientos de su novio.
Ahora veía que era todo lo contrario.
-Tn, eres muy hermosa -murmuró su novio mientras la tomaba del mentón y la veía a los ojos con un gran afecto y deseo-. Espero disfrutes mucho el placer que vamos a darte los dos.
Las mejillas de ella estaban al rojo vivo, soltó un nervioso pero agradable suspiro al sentir las caricias que Raian le proporcionaba en su talle y piernas, luego ohma la besó, un beso lento, largo y amoroso. Y mientras su novio la besaba de esa forma tan agradable, Raian le desabotonaba la blusa y dejaba al descubierto su sostén y su vientre.
-Tienes una figura muy atractiva Tn, ohma tiene mucha suerte de tenerte-pronunció Raian con una voz profunda pero tranquila.
Ella es toda una belleza-contestó ohma cortando el beso, le mostró una cariñosa sonrisa y después volvió a besarla, pero esta vez en el cuello, dejandole pequeños y rápidos besos a lo largo de este.
Tn cerró los ojos y suspiró con su faz aun más roja, no sabía muy bien cómo reaccionar ante esa situación, era un poco incómodo recibir al mismo tiempo halagos y actos de los dos hermanos, pero también, y bien su cuerpo se lo confirmaba, era una experiencia excitante, placentera, e incluso linda.
con besos, con calma y dulzura, hasta besar su clavícula, quitandole la blusa abierta desde su lado mientras Raian también se la despojaba del otro.
Soltó un agudo jadeo pues de pronto sintió la fuerte mano de Raian apretando su pecho con una grata destreza. Esperó que tal sonido lujurioso no hiciera sentir mal a su novio, pero Ohma detuvo sus besos, la miró a los ojos y dijo:
Amo tus exclamaciones, quiero darte la noche más placentera de tu vida. no contengas ningún sonido, quiero oír cuanto disfrutas esto y dicho eso Ohma la volvió a besar en los labios. luego le dejó una traviesa mordida en el cuello, otra en la clavícula, una más en el vientre, y una última mordida, más larga y fuerte que las anteriores, en el muslo.
