Un pollito llamado Park Jimin [Y.M][#2] [✓]

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Jimin miraba a la comadreja, la cual tomaba su taza de té tranquila, aunque podía notar un poco de nerviosismo en su actitud sabía que algo planeaba y que mejor manera que jugar con su mente como si lo supiera.

—Sabes Layla. —hablo Jimin. —alguien no está feliz con mi embarazo.

—¿Por qué lo dices? —le pregunto.

—El día de la fiesta de mi embarazo alguien le puso algo a mi vaso. —respondió. —fue muy notorio por el color del agua, además de pequeños trozos de algo flotaban en el agua.

—¿Yoongi lo sabe? —pregunto curiosa.

—Él está encargándose de buscar al responsable de ello para hacerlo pagar. —la vio. —debes cuidarte Layla.

—Perdón. —trago saliva.

—Este mundo está rodeado de personas falsas e hipócritas. —la vio a los ojos. —sería una tragedia si algo te pasara.

—No entiendo lo que me dices. —se limpió la boca con su servilleta.

—Las personas con las que puedes hacer tratos a veces solo te utilizan como marioneta para salvarse de la culpa. —hizo su cabeza de lado. —¿Ahora entiendes?

La comadreja solo vio como el pollito le sonreía mientras la observaba de manera silenciosa, ella solo desvió la mirada, era imposible que el pollo supiera sus movimientos ¿Y si ya sabia lo otro que planeaba hacer? Ella asustada tiro la taza al suelo llamando la atención de las demás personas, Jimin sonrió de lado al ver su cometido, la mente podrida de la comadreja era tan fácil de destruir.

—Layla. —la llamó. —¿Estás bien? Te notó pálida.

—Yo debo irme. —se levantó nerviosa. —cargue todo a mi cuenta. —se dirigió a un camarero.

Jimin solo la vio irse y se levantó para salir del lugar y ver como la omega se subía rápido a su auto para irse del lugar lo más pronto posible, Jimin abrió la puerta de su auto y entró.

—Vamos a casa. —le dijo al chofer.

—Como diga joven Min. —habló.

—También quiero que me ayudes a investigar sobre alguien. —le dijo.

—¿A quién? —pregunto.

—Ese es el problema. —contestó. —no sé a quién buscar.

—Joven Jimin. —le dijo.

—Es a un primo. —contestó. —por parte de la familia serpiente de mi bisabuelo. —comentó. —no sé nada de él y me gustaría conocerlo.

—Veré si encuentro algo. —dijo. —¿Puedo preguntar por qué de su interés por esa persona?

—Por lo que he escuchado y visto la familia omega, se encargó de dejar en la calle a mi familia serpiente. —miro a la ventana. —lo que demostró que mi familia serpiente no era codiciosa. —miro al frente. —pensé que cuando él aparezca le daré parte de la fortuna, ya que tiene derecho a ella.

—¿Y si él no la desea? —pregunto.

—Insistiré. —sonrió. —puesto que él sufrió como yo.