2- Confianza

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Fueron a un café que estaba frente al hotel. James estaba nervioso, como la primera vez que la vio.

Ambos se sentaron en una pequeña mesa.
-Que vas a querer?

Crista puso su mochila en el respaldo y lo miró.
-Un cafe normal y una dona.

James asintió, se levantó y fue a la caja a pedir.

Mientras lo hacía Crista puso su celular en silencio. James volvió a los minutos y la joven dejó su celular sobre la mesa.
-Ten.

James dejó frente a ella la taza de cafe con una dona y él se sirvió lo mismo.
-Gracias.

Crista empezó a comer y James la miraba embobado, no podía creer que la tenía frente suyo.
-Asique te llamas Crista, es un nombre raro, no es común.

La joven sonrió.
-Si, mi madre me dijo que lo había soñado mientras estaba embarazada. Es lo único que tengo de ella.

James frunció el seño.
-Como?

Crista se aclaró la garganta y bebió un poco de café.
-Mis padres murieron cuando tenía 13 años, fui adoptada por una mujer que igual murió, ahora vivo con... su nieto.

La joven volvió a beber de su café.
-Pero no pasa nada, la muerte es parte de la vida.

Le sonrió, era la misma sonrisa que Crista tenía cuando quería que los demás no se preocuparan.
James suspiró.
-Lo lamento...

Cirsta miró al techo tratando de aguantar las lagrimas, James sintió el olor a tristesa en su sangre, deseó abrazarla y decirle que todo estaba bien, apretó sus puños y se contuvo.
-Y usted está de visita en la ciudad o trabaja en el hotel?

-No, am... el hotel es mío.

Crista se impresionó, ese hotel era el más costoso y prestigioso de la ciudad.
-Que?

James rio por la expresión de aquella chica.
-Si, es herencia familiar.

Crista se quedó sin palabras, estaba tomando café con alguien importante y de seguro era millonario. Pestañeo varias veces para tratar de disimular un poco su asombro.
-Bien, ahora no me siento tan mal por aceptar el café.

Susurró para sí pero James la escuchó. Sintió el corazón de a chica acelerar, estaba nerviosa y trató de cambiar la conversación, después de todo, quería saber más de ella.
-Y tu, estudias, trabajas...?

-Estudio diseño grafico, recién entre a la carrera este año.

Dijo orgullosa. James sonrió, definitivamente era Crista, su Crista.
Antes de que dijera algo, la joven se levantó.
-Disculpe, necesito ir al baño.

James asintió y ella se retiró.
Mientras la esperaba pensaba en todo lo que habia vivido con ella y en las cosas que lo llevaron a toparse con ella. Será que Dios le habia perdonado sus pecados?

Cuando pensó esto, el teléfono de Crista se encendió, por mera curiosidad, lo miró, le estaba llamando un tal "NC".
Cuando escuchó que ella regresaba, se apartó del aparato.
-Disculpa, estuve en la universidad todo el día, no había podido ir al baño.

James sonrió para sí, ella se avergonzó, recién lo había conocido y ya le tenía esas confianzas.
Se sentó y lo miró fijo.
-No se ve como alguien que pudiese ser dueño de ese hotel... no se, me imaginaba al dueño distinto.

-Distinto?...

James se inclinó en la mesa curioso.
-Si... ya sabe, mas viejo, con el pelo corto y un bigote de esos antiguos.

El joven levantó las cejas, apretó los labios conteniendo la risa.
-Te lo imaginas así por el estilo del hotel verdad?

Crista asintió con la cabeza.
-Nunca he entrado pero me han dicho que mantiene un diseño de los años 20, que es como regresar en el tiempo.

-Si, es la marca del hotel Cortez.

Crista sonrió, miró su telefono para saber la hora, cuando vio una llamada perdida, frunció el seño y al mirar el contacto, se puso pálida.
Le empezó a doler el estomago, gotas de sudor helado le corrieron la espalda.

James sintió un cambio brusco en el olor de su sangre, no era miedo, era terror, la invadió por completo solo al ver que alguien la había llamado.
Se levantó del asiento, guardó su celular en el bolsillo y sacó la mochila del respaldo.
-Me debo ir, muchas gracias por todo.

Estaba tan nerviosa que con su mochila dio vuelta lo que quedaba en su taza.
-Te acompaño...

-NO!

Crista temblaba.
-No... gracias. Adios.

Antes de hacer cualquier cosa Crista salió por la puerta. James recogió sus cosas y la siguió pero ella ya no estaba, era como si se hubiese convertido en humo.

Suspiró, miró al cielo y por un momento pensó que estaba soñando.
Puso las manos en sus bolsillos y sintió el reloj, lo sacó y lo miró.

-Crista Brinn... te buscaré amor.

 te buscaré amor

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Our Present  (James Patrick March)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora