Capítulo 8: Investigaciones

47 9 4
                                    

Recaída.

Ese el término que utilizaba para describir precisamente lo que estaba haciendo en este momento a altas horas de madrugada mientras mi familia dormía en las habitaciones del pasillo.

Los besos de Alaric eran exigentes, demandantes y posesivos. De hecho, soy consciente de la hinchazón que deben estar experimentando mis labios. ¿Cómo demonios iba a explicar mi aspecto salvaje mañana? ¡Ni puta idea!

Lo único que sé es que no podía detener al chico de rizos negros que me besaba como si no hubiera un mañana. Ambos entramos a tropezones a mi habitación, una vez dentro de la alcoba él me lanzó al colchón en un arranque de deseo incontrolable, para proceder a arrodillarse frente a mí.

- ¿Qué haces...? – Pregunté con la frente sudorosa y la voz en un susurro.

- Saboreando cada parte que me perdí de ti en estos últimos seis meses – Dice él con voz ronca a causa de la excitación.

- Espera, Alaric...

- No – La determinación en su voz me toma desprevenida – Ya he esperado mucho – Habla con la respiración entrecortada.

- ¿Y qué fue lo que acordamos? – Trato de sonar firme en mi pregunta, pero mi cuerpo me delata.

- Se puede ir a la mierda ese acuerdo, Yuni. He intentado alejarme de ti todo este tiempo, realmente me he esforzado. Pero el día que vuelvo a verte tú decides vestirte de esa forma tan tentadora... Dios, pasé toda la cena con la verga dura por tu culpa – Me acusa con ojos brillosos, él lame sus labios y mis pupilas siguen el movimiento de su lengua – Así que prepárate... Voy a descargar todas estas ganas que tengo de ti – Advierte deslizando mis bragas hacia abajo.

Dije que esto se acabaría.

Dije que no iba a ocurrir más.

¿Dónde está mi maldita lógica justo cuando la necesito?

Sin embargo, esa mirada tan profunda que me proporciona Alaric me incita a morderme el labio mientras que no me pierdo ni un segundo de la imagen donde él hunde la cabeza entre mis piernas.

¡Santísima mierda!

Inclino mi cuello hacia atrás al mismo tiempo que su lengua se desliza por los bordes de mi vulva. Luego direcciona sus movimientos hacia el centro de ésta rozando mi clítoris y a su vez saborea mis jugos vaginales. Sujeto a Alaric del cabello haciendo un gran esfuerzo para reprimir mis gemidos.

<<¿Qué pensaría mi padre al descubrirnos en una situación como ésta?>>.

Aunque trate de plantearme esas interrogantes con la intención de hacerme entrar en razón, mis intentos de razonamientos son en vano debido a las maravillas que está haciendo Alaric Price con su lengua en medio de mis piernas.

- Deliciosa – Murmura entre dientes al separarse de mí.

Estoy muy atontada como para articular palabra, por ende, sólo veo que él se desabrocha el pantalón en un parpadeo, dejando a la vista la polla endurecida que masajea entre manos.

- ¿Quieres esto dentro de ti? – Pregunta con malicia y asiento.

- Oh, sí... Sí, lo quiero – Respondo con voz excitada.

Jalo a Alaric por los brazos obligándolo a que se tumbe encima de mí, él obedece sin ningún tipo de resistencia, al contrario se dispone a besarme el cuello encendiendo aún más las ganas de que se hunda en mi interior. Él no contribuye a la abstinencia.

¿Por Qué Siempre Él?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora