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Un pequeño Baekhyun de cinco años sujetó mejor a su oso de peluche contra su pecho, sus cortos pasitos apenas y podían seguir los pasos apresurados de su madre. Todavía los vestigios del sueño que no habían desaparecido por completo hacían que sus pasos fueran torpes y por lo que constantemente le eran dedicadas muecas molestas por parte de su progenitora.

No fue hasta que llegaron a una parada de autobuses que su madre soltó su mano y se alejó para poder comprar un boleto, volvió con él e igual que en la mañana lo arrastró hasta subir a unos de esos grandes autos que asustaban al pequeño Baekhyun. Cuando este preguntó su destino el cuerpo entero de su madre se estremeció, así como su respiración se volvió irregular.

Faltaba poco para que el autobús partiera a su destino, ella miró al guardia que anunciaba que saldrían en unos pocos minutos más, después su mirada se clavó en la de su pequeño niño, quien inclinaba su cabecita con expectativa.

—¿Papá no viene con nosotros?

Inocente, no se dio cuenta del rostro sucumbido en terror de su madre, así que tomó la mano de la mujer que sin importar la estación siempre se mantenía cálida, después de todo, Baekhyun le temía a los viajes y el ruido del motor siendo encendido por supuesto que lograba asustarlo. Balanceó sus pies al no poder siquiera tocar el suelo.

Y cuando las puertas estuvieron a punto de cerrarse, con brusquedad fue levantado de su lugar y poco después solo observó como aquella cosa enorme se alejaba hasta perderse de su vista, lo que alivió de sobre manera al pequeño Baekhyun.

—¿Regresaremos a casa, mami?

Preguntó mientras como a un inicio no podía seguir los pasos de su madre, ella se detuvo y por un largo momento se dedicó a mirarlo. Se acuclilló a su altura, tomó sus pequeñas manos entre las suyas y besó con mucha ternura el dorso de ellas.

—¿Puedes esperar por mí aquí? Yo, regresare enseguida y voy a traerte muchos caramelos

Con la punta de su pequeña nariz enrojecida escondió la mitad de su rostro en su oso, asintió repetidas veces, emocionado. Sin embargo, la temperatura descendía cada vez más y su madre lo había sacado de su casa todavía con la pijama puesta, apenas con un chalequito con figuras de ositos.

Esperó por mucho tiempo por esos caramelos que nunca llegaron.

Esperó por mucho tiempo por esos caramelos que nunca llegaron

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Nota: 

Holaa a la personitas que llegaron a esta historia, que apenas es la introducción del fic, espero les haya gustado esta pequeña parte y puedan acompañarme por el resto del camino.   

Sueño Azul [Chanbaek]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora