único.

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Escribo esto para ver si se me quita el bloqueo y puedo seguir con Alioth.
También es mi intento de ser graciosa, pero Je, no soy graciosa ^^'

Harry estaba disfrutando de ese día, uno de los pocos soleados de las tierras altas de Escocia. Sentarse bajo el sauce boxeador era genial, si Harry le acariciaba las raíces cerca el árbol no le golpeaba y mantenía a los demás estudiantes alejados, una relación simbiótica y perfecta.

Había decidido que este sería su año, sin piedras filosofales, cámaras secretas o prisioneros de Azkaban, solo él disfrutando de un año tranquilo. Quizá termine de leer la saga del señor de los anillos que le robó a su primo Dudley. Hubiera sido mejor si no hubieran cancelado el quidditch, la competencia hacia que su mente siempre inquieta se calmara, pero estaba seguro que podría robar momentos en la cancha de quidditch, después de todo nadie necesita entrenar este año.

Por otro lado, estaba preocupado por el profesor Moody, ese señor espeluznante le daba malas vibraciones de alguna manera. Quizá sea el que este año intente matarlo... Oh, bueno, lo resolverá cuando llegue.

— ¡Harry! ¡Levántate, llegaremos tarde a recibir las escuelas! — le gritó Hermione, estaba lejos del alcance del árbol, pero el sauce movió las ramas de manera amenazante.

Harry dió un suspiro exagerado, acariciando el tronco antes de levantarse y sacudirse la túnica sin preocuparse demasiado.

— Como sigas siendo así de estirada, se te van a romper las bragas — dió dos palmaditas al sauce y sonrió al ver que le movía una rama —. Hasta luego, Rocky.

Caminó con las manos en los bolsillos hasta Hermione, sin molestarse en ir rápido. Era casi tan fácil como divertido molestarla. Más ahora que le importaba un bledo su opinión.

— ¿Tienes que ser tan malhablado, Harry James…?

— ¿Oíste eso? Son tus bragas rompiéndose, cállate y vamos a lo que sea que querías. Chop, chop.

(•)

Harry cree que si le importara más la imagen de esta despreciable escuela, se sentiría avergonzado de ver que tras el número de mariposas y el número de fuego de las escuelas invitadas, lo único que hicieran ellos fuera cantar de forma desafinada la canción de la escuela, la cual ni siquiera era buena.

Pero como este año podrían todos ellos prenderle fuego a sus túnicas, que él no piensa mover un dedo.

Tomó una de las copas, la llenó con zumo de calabaza sin molestarse en disimular y simplemente lo bebió, ignorando las miradas molestas de los profesores.

Ah, este sería un buen año.

(•)

— ¡HARRY POTTER! — gritó el profesor Dumbledore por décima cuarta vez consecutiva, intentando que el niño que vivió se levantara y pasara con los campeones.

Harry, por otro lado, se llevó otro puñado de palomitas de maíz a la boca. Hermione al final se hartó de que sus empujoncitos al costado de Harry no sirvieran para nada (¡Sí sirvieron para algo, Hermione, me hiciste moratones en todo el costado!) y lo puso de pie con un empujón fuerte hacia el escenario improvisado.

Él se encogió de hombros y caminó hacia el centro de la habitación, a dos pasos de Dumbledore que lo veía con el ceño fruncido detrás de sus gafas. Con otro puñado de palomitas en su mano dijo: — Nop, no voy a participar. Por si no os habéis dado cuenta, querido Hogwarts, estoy de huelga.

Querida Hogwarts, estoy de huelga.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora