CAPÍTULO 4- Vagabundos. Parte 1.

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CAPÍTULO 4- Vagabundos. Parte 1.

Ah, mi primer día en una ciudad humana en este mundo. ¿Y qué puedo decir al respecto? Me agrada este lugar. Sin exagerar, ¡pero todos aquí son extremadamente hermosos! ¡Me sentí miserable cuando los vi! E-espero poder encontrar a una mujer que se interese en mis hermosos sentimientos y que no le importe mi apariencia promedio, ¡porque no soy feo, soy promedio! ¡No es mi culpa que todos aquí sean hermosos!

La belleza es una característica de este mundo, lamentablemente eso es todo lo que sé hasta ahora, no pude seguir investigando. ¿Por qué? ¡¡Porque me quieren matar!!

—¡¡No dejen que se escape!!

—¡¡Detente, plebeyo de mierda!!

—¡¡Lo quiero vivo!! ¡¡Pagarás por lo que me hiciste!!

¡¡Yo solo quería preguntarte la hora!! ¡¡Ahhhhhhhh!!

¡Un adinerado de la ciudad, junto con sus matones, me quieren matar! ¡Debo escapar de la ciudad o soy hombre muerto!

—¡Amo, por favor, permíteme matarlos!

—¡No lo hagas, por favor!

—¡Claro que lo haremos! ¡Te meteremos este palo por el culo!- Gritó el hombre detrás de mí, pensando que le hablaba a él, pero yo le estaba hablando a... Kevs...

¿A-acaso escuché bien? ¡Ahhhhhhhh! ¡Mi culo está en peligro!

¡¿Por qué me pasó esto?! ¡Kevs, debes controlar tu temperamento!

(Media hora antes.)

—Entonces, ¿planea abrir un restaurante? ¿Cómo lo llamó?

—Taquería, señor guardia. Es un lugar en donde se venden "tacos".

Para entrar en la Capital, me pidieron documentos y dinero. El dinero lo conseguí vendiendo los monstruos de rango A que Kevs mató anoche, pero no tengo documentos. Para poder entrar, tengo que dar información sobre mi vida, para confirmar que soy un humano común y corriente, para nada peligroso y no un demonio.

Me preguntaron sobre de dónde vengo y sobre lo que planeo hacer en la Capital. Les dije la verdad a medias sobre mi lugar de origen, refiriéndome a mi país como "aldea", y que me fui de mi aldea para poder cumplir mi sueño.

No hace falta mentir sobre lo demás, como mi nombre, edad, estatus social y sentimental, bla, bla, bla.

Ahora estamos en la parte final de la entrevista, sobre mis planes en la Capital.

—Tacos, ¿eh?

Me miró con duda y juzgándome, como si le estuviera diciendo algo raro o extraño.

Sí, ah, debí suponer que no existen los tacos en este mundo, ¡pero no me preocupo, lo tengo solucionado!

—Es un platillo típico de mi aldea, señor guardia. ¿Le gustaría probarlos?

—Tal vez después. Los permisos de los restaurantes son entregados en el gremio de comerciantes, así que eso no depende de mí. No dijo ninguna mentira y todo parece estar en orden. Su documentación se le será entregada en una o dos horas después de pagar. Bienvenido a la Capital.

—¡Muchísimas gracias, señor guardia!

—¡Guau, guau!

¡Oficialmente seré un ciudadano de este país! ¡Un paso más para lograr mi sueño!

—Por cierto, tenga mucho cuidado, señor. No sé cómo lo trataban en su aldea, pero aquí, las personas con nada o poco poder mágico, son consideradas de nivel 1. Solo podrá transitar la calle principal y la zona roja de la Capital. ¿Entendido?

Un taquero en otro mundo.- ¡¿Mi perro es el poderoso, no yo?!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora