Capítulo 21

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-De vuelta a Minnesota-

Observo la nieve caer desde la ventana del auto y siento la gran necesidad de acostarme en ella y hacer ángeles de nieve. Tal vez, lo haga más tarde. El clima de Texas me gusto, sin embargo, ya necesitaba mi clima. Dibujo una carita feliz en el vidrio. Los bosques con nieve hacen una bonita combinación. El papá de Thomas nos fue a buscar al aeropuerto y hemos permanecido callados en todo el camino Así, que observar el mundo natural a través de la ventana ha sido la única forma de no aburrirme y dejar de pensar un rato en lo que dijo ayer Edward.

Una palabra de la lengua quechua ilumina mi mente Tupananchiskama: hasta que la vida nos vuelva a encontrar. El collar de la estrella tiene un significado parecido a ese y eso me hace recordar el hecho de que Thomas solo estará por un año aquí, luego volverá a Inglaterra. La idea de que se vaya me entristece mucho, pero si él tiene que irse, debo iniciar a aceptarlo. Lo miro por unos segundos. Tiene la mirada perdida por la ventana. Devuelvo mi mirada hacia la ventana. No debo pensar en eso ahora, si el momento llega; llegará. Borro la carita y dibujo flores en las otras partes del vidrio.
El papá de Thomas estaciona en frente de mi casa.

—Gracias, señor…

—Puedes llamarme Robert—interrumpe. Voltea hacia el asiento trasero.

—Oh, está bien Señor Ste…Robert, gracias.

—El que debería agradecer soy yo, por haberme hecho entrar en razón. Gracias Evangeline—Sonríe.

—Solo me gusta ayudar—Sonrío y bajo del auto. Thomas se baja a ayudarme con mi maleta y nos despedimos.

No he puesto ni un solo pies dentro de la casa cuando mi abuela y Jack corren hacia mí. Mi abuela me abraza y Jack mueve su colita felizmente, veo que ya está mejor. Cuando me fui estaba muy decaído.

—¿Estás bien, mi niña?

—Estoy bien, abuela. No te preocupes, aunque tengo muchas cosas por contarte.

—También yo, mi niña. Pero ahora debes entrar. Hace mucho frío no quiero que pilles una gripe.

Tomamos una taza de chocolate juntas y le cuento todo lo que pasó, incluso lo que dijo Edward. Ella se queda pensativa e intenta evitarme con la excusa de que va a sacar unas galletas al horno. Se demora un buen rato. Por mientras acaricio a Jack y lo abrazo, ya nadie me volverá a separar de papá. Aunque su alma este dentro del cuerpo de un perro, no me importa en lo absoluto. Lo que realmente importa es que; él es está aquí y ha cumplido su promesa de agarrarme de la mano para cruzar la calle. Lo acuesto en el sofá y acaricio su cabecita.

La abuela vuelve y trae las galletas con pasas, de las cuales en toda mi existencia nunca me he aburrido de comerlas. Agarro algunas cuantas y las degusto.

—Bien, ahora es mi turno e intentaré ir al grano…En la tarde, después de que te fuiste, tuve que ir a la comisaría, ya que unos oficiales llamaron para informarme que…que han encontrado al asesino de tu padre, pero ese hombre testifico que; él no estuvo por mera casualidad allí, sino que alguien le pagó para asesinar a tu padre, incluso la señora a la que supuestamente le iba a robar, era parte de ese plan…—Jack levanta la cabeza y se queda viendo a mi abuela, como si supiera de lo que está hablando.

—¿Revelo el nombre de quien era?

—No, no lo hizo. Solo dijo algo como que: “La venganza pronto llegará a su fin”

—¿Qué significa?—Frunzo el ceño.

—No lo sé, mi niña.

☆▪︎•°☆°•▪︎☆

No pude pegar el ojo en toda la noche debido a las preguntas que rondaban por mi mente. No es la primera vez que sucede y tampoco va a ser la última, aunque eso trae repercusiones muy horribles como; estar durmiéndome en la clase de matemáticas.

—Estrellita, ya ha terminado la clase—susurra Thomas en mi oído. Doy un respingo. Le había pedido que me despertara al final de la clase, pero no de esa manera. Le lanzo una mirada de esas que matan personas y el solo sonríe coquetamente—Perdón. Debí recurrir a otra manera de despertar a una Damisela.

—¡Deja de verme así!—lo regaño, mientras recojo mis cosas.

—Lo siento, pero no puedo evitarlo. Por cierto, vamos tarde a la clase de filosofía.

—¡Qué! Hasta ahora lo dices.

Caminamos por los pasillos apresurados y con las manos agarradas, bueno eso lo hacemos sin pensar, es rutinario.

—No dormiste ¿verdad?

—¿Tengo cara de haber dormido?—ironizo.

—No, no y no. Aunque he descubierto que no dormir te puede poner un poco…—duda en terminar.

—Irritable, lo sé y discúlpame. También debe ser porque estoy estresada—termino.

—Podría hacerte cosquillas en tu planta del pie derecho o…

—Ni se te ocurra—lo interrumpo parándome en seco. Él sonríe de una forma pervertida y mira mis labios.

—O podría besarte.

—¿Desde cuándo te volviste tan coqueto y pervertido?—El rubor sube a mis mejillas e intento esconder las ganas que tengo de besarlo, también.

—Amm…no lo sé…—se sonroja.

De repente, abren la puerta del salón de filosofía. No me había dado cuenta que nos habíamos detenido en frente.

—Chicos, los estábamos esperando para celebrar el hecho de que; quedamos de segundo lugar en el concurso. Entren, entren—dice el profesor.

Entramos dentro y el salón lo han arreglado con banderolas en el techo de colores. Oliver sostiene una pancarta junto con sus amigos que dice: La hipótesis de la existencia. “Un pequeño paso para el hombre, un gran salto para la humanidad.” Sonrío ante eso. Luck tiene una mirada cálida mientras sostiene un pastel de chocolate en sus manos y Susan simplemente está ahí parada derramando felicidad.

—Bueno, fueron los únicos que quisieron celebrarlo. Los demás…

—No importa profesor, con ellos es suficiente—digo sonriendo.

—¡Tienen que partir el pastel!—exclama Susan emocionada.

—Apresúrense, llevo media hora sosteniendo esto—habla Luck.

—Tranquilo, Luck. Lo haremos—dice Thomas.

Brilla como las estrellas [YA EN FÍSICO]✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora