El alfa que seguía al omega con olor a dorayakis

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Cómo alfa, debía ser fuerte, de buen porte, que con su sola presencia logrará hacerse de la atención de las masas y, por supuesto...

Un hombre viril.

Y desde ahí empezaron mal, por una simple y muy pequeña razón.

Tenía un problema con el de abajo.

No entendía el porqué de ello, suponía que no lo había al inicio, pero después de su primer celo que le presentó como alfa, no había vuelto a tener una erección en su vida y si que había intentado hacer que el pequeño Ryuhei se alzará.

Había intentado acostarse con las hermosas mujeres de cualquiera de las tres castas, también varios omegas macho que eran agradables a la vista y que habían caído en sus encantos; pero sin importar quien fuera, ninguno lograba causar alguna reacción en su cuerpo más allá del rechazo absoluto a sus caricias, como si su solo toque le hiciera sentir asqueado y no entendía porque no podía ser un jodido alfa común y corriente.

Se atrevió a tomar tratamientos médicos a espaldas de sus padres con la esperanza de hallar una cura a su problema, pero los médicos no tenían una solución para el terrible problema que le aquejaba.

Es solo una pubertad tardía, decían luego de ver sus exámenes.

¡¿Pubertad tardía?!, ya estaba desarrollado por completo; su voz, su cuerpo, su estatura, ¡todo en él ya estaba desarrollado!, ¡¿cómo podían decir que se estaba tardando la pubertad con él?!

Tal vez (y sólo tal vez) fueron sus constantes cambios de humor lo que causaron que fuera transferido a otro instituto luego de haberle roto la nariz al favorito de los maestros, el cuatro ojos de Eugene; no era su culpa, el bastardo se había burlado de sus problemas allá abajo (¿cómo sabía de su situación médica?, no lo sabía, cosas de gente molesta y rica debía suponer).

Así fue como llegó al Instituto Jaewon.

Una institución educativa que blablabla herramientas para alumnos blablabla carrera técnica blablabla ídolos blablabla y más blablabla, no había prestado demasiada atención al director cuando dio su discurso, simplemente quería salir de su jodida oficina y comer algo.

En fin, todo se resumía a que había sido mandado al departamento de belleza.

En el departamento de belleza sólo había dos hombres.

El primero un alfa llamado Eli Jang con el cual apenas cruzó miradas supo que no le caía bien, (no lo culpen, siempre ha sentido rechazo hacia los sujetos que sonríen mucho, le dan escalofríos).

Y el segundo, por supuesto, era él.

Dos alfas atractivos en un departamento lleno de chicas de las tres castas.

Debería haber tenido alguna chica pegada a él, sin embargo, todas, absolutamente todas, estaban pegadas a Eli Jang.

¡¿CÓMO DEMONIOS ES QUE LE OCURRÍA ESO A ÉL?!

Terminó siendo el relegado de su aula, sin amigos, sin nadie con quién hablar (no es como que tuviera amigos en su otro instituto a decir verdad, pero al menos las chicas se le acercaban), sus días se volvieron aburridos en el instituto Jaewon... bueno, sólo llevaba una semana ahí, ¡pero era como si hubieran pasado meses!

Entonces su vida decidió dar un giro al puro estilo de un kdrama donde conocería finalmente al amor de su vida con un tropezón en alguna calle, se iban a odiar al inicio pero luego serían amigos y su interés amoroso le compraría una isla privada con tal de que se quedará a su lado y comerían pescado toda su vida.

Omitan todo eso, terminó cayendo sobre un chico regordete cuando pisó una cáscara de plátano que dejó el sujeto con bigote.

— Auch.

El omega que olía a dorayakis (Ryuhei x Hyung Suk)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora