4. La piscina

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Dejar a mamá sabiendo que empieza la quimioterapia el próximo martes me deja el corazón hecho añicos así que cuando llego a casa de los Dankworth voy directa a mi habitación, me pongo el uniforme y cabizbaja y sin mediar palabra alguna ayudo a Rosie con la cena.

Rosie me pregunta si me ocurre algo pero al ver que no contesta sigue cocinando y contándome el nuevo cotilleo de la casa. En esta semana he descubierto que Rosie es la reina de los cotilleos. Vive por y para ellos y esta mujer podría ser yo perfectamente.

—Llegó acompañado a la hora del desayuno—continua—Y con dos chicas—exclama—He de admitir que el señorito no es feo. Es agradable a la vista aunque su comportamiento deje que desear pero,¿dos chicas? ¿Quizás es capaz de aguantar eso?—ríe burlándose de Ezra—Quizás no sepa qué hacer con una imagina con dos.

Rosie está contandome lo ocurrido esta mañana en casa. Ezra llego borracho y acompañado de dos chicas con intenciones claras. Cuando su madre los vio echo a las chicas de casa y comenzó una discusión con Ezra que terminó en gritos y reproches por partes de ambos. Ezra lleva encerrado en su habitación desde esta mañana y no ha salido en todo el día. Ha pedido que se le lleve la cena a la habitación y su madre lleva todo el día fuera de casa. Aviso de que cenaria aquí junto a su marido que por cierto, deben estar a punto de llegar.

—¿Se lo acercas tú?—Rosie señala la cena de Ezra y emito un gruñido en respuesta. Rose me fulmina con la mirada y yo ruedo los ojos. Ella odia a Ezra y no es algo que intente disimular así que todo lo que tiene que ver con él me lo manda a mi.

Pongo la cena en la bandeja y subo en ascensor hasta la última planta. Este lugar parece un mini hotel con tantas escaleras, plantas y el pequeño ascensor. Camino hacia la habitación de Ezra y para mi sorpresa la puerta esta medio abierta. Un rayo de luz baña el oscuro pasillo antes de encender el interruptor de la luz.

—Pasa—dice Ezra cuando toco la puerta. Su habitación es un completo desastre y lo insulto internamente por qué todo este desastre debo recogerlo yo mañana. Hay varias botellas a medio beber por todo el lugar y ropa esparragal por el suelo. Parece que por su habitación ha pasado un huracán.

—¿Dónde lo dejo?

Señala el escritorio cercano a la ventana y elevo una ceja. El escritorio está hasta arriba de ropa. Ezra resopla, empuja la ropa hasta hacerla caer al suelo.

—¿Contenta?—está enfadado y quiere discutir conmigo. Siempre he sido una presa fácil para las discusiones pero hoy no voy a caer. No con él—¿Mi polla te ha dejado sin palabras?—se burla pero no contesto—Parece que no era tan pequeña como decías.

—Que aproveches—contestó ignorando su comentario y salgo de la habitación pero antes de hacerlo una mano atrapa mi muñeca y me hace girar bruscamente.

—Estoy hablando contigo.

—Debo volver al trabajo.

—No he dicho que puedas irte—chasquea la lengua. Su agarre se afirma más sobre mi muñeca comenzando a hacerme daño.

—Siempre estás deseando que lo hagas. ¿Qué quieres de mi?

—Que te vayas de mi casa. No tienes derecho a interrumpir mi vida de esta manera.

—Aunque te parezca imposible el mundo no gira a tu alrededor Ezra Dankworth. Estoy aquí porque necesito el dinero. Creeme cuando te digo que mi verano ideal no es pasármelo trabajando para tu familia. Preferiría estar en la Toscana, en Bali o en el caribe pero sorpresa no todos tenemos el mismo nivel adquisitivo. ¿Necesitas una breve introducción a las clases sociales o eres lo suficientemente autosuficiente para descubrirlo por ti mismo?

Qué nos queda después del verano [Libro #3 SAGA DESTINOS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora