Capítulo 15

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Violeta.

Hoy me encuentro ensayando con la orquesta.

—Muy bien chicos, continúen así -nos motiva nuestro director

Dentro de un mes tendremos una presentación en un festival que se celebrará aquí en la ciudad, estás cuatro semanas de preparación son cruciales para nosotros.

—Bueno nos vemos mañana, espero que asistían con el mismo entusiasmo de hoy —el Director nos informa que hemos terminado—Señorita Cortés —me llama.

—¿Necesita algo Director?.

—Primero qué nada permítame felicitarla por su desempeño de hoy, aunque la note un poco distraída hizo un muy buen trabajo.

—Gracias profesor y disculpe, tengo… algunos inconvenientes personales —le informo.

—Espero que pueda solucionar pronto esos inconvenientes, el favor que quiero pedirle tiene que ver con la nueva estudiante.

—¿Nueva estudiante?

—Por lo visto estaba más distraída de lo que pensé —me avergüenzo un poco—ella se unió hoy a la orquesta —el profesor me informa—, señorita Meyer —él llama a quien asumo es la nueva estudiante.

Es una chica como de mi edad. Su cabello es rubio con reflejos rosa, me gusta mucho, es de tez blanca y sus ojos son negros. A hora me doy cuenta de lo distraída que estaba, no noté la presencia de está chica hasta ahora.

—Ella es la señorita Meyer, desde hoy se unirá a nosotros.

—Es un placer —extiendo mi mano para saludarla— soy Violeta Cortés, es un gusto conocerte.

—H-hola —responde mi saludo un poco nerviosa—, me llamo Sharon.

«Sharon Meyer, que lindo nombre»

—Ok, ahora que ya se conocen procederemos con el favor que necesito de su parte, señorita Cortés.

—Lo escucho.

—Desde hoy quiero que ayudes a la señorita Meyer a integrarse en el grupo y la instruyas en el manejo del clarinete.

—¿Eh? —no puedo disimilar mi asombro, ¿A qué se refiere con instruir?.

—Ósea que ¿Ella será mi profesora y no usted?—Sharon hace esa pregunta.

—Exacto, la señorita Cortés tiene todo lo que se necesita para enseñarte.

«¿Por qué me pide esto a mí?»

—Violeta, se que estás ocupada con los ensayos para la presentación pero entre todos eres la mejor preparada y quiero que lo demuestres enseñándole a Sharon, —coloca su mano sobré mi hombro—confió en ti.

—De acuerdo, —acepto, aunque aún tengo mis dudas— no lo defraudaré.

«Espero»

—Lo sé —afirma con una sonrisa.

El profesor se retira y comienzo una conversación con Sharon.

—Bueno, ¿Qué tal si nos ponemos al día?— le pregunto

—Yo… Pues… Esta bien —ella acepta.

—¿Sucede algo? ¿es que te notó nerviosa?

—No, pará nada, —ella me responde—Profesora.

—Por favor dime Violeta, no se si estoy echa para ese título todavía—me río un poco.

—Ok. —me responde casi susurrando.

Están adorable, no entiendo porque está tan nerviosa… ¿Acaso doy miedo? Es una sensación muy entraña.

¿Te parece bien si mañana iniciamos las clases?—Le propongo.

—No hay problema.

—Genial nos vemos mañana.

Al llegar a casa fui recibida por Nana, quién me informo que mi madre me esperaba en el estudio de papá.

«Es algo extraño»

Entro al estudio y observo a mi madre sentada en la silla del escritorio.

—Hola hija te estaba esperando. —sus palabras, me causan un escalofrío.

—Hola mamá, ¿Cómo estás?

—Bien querida ¿Y tú?

—Muy bien. —Respondo nerviosa.

«Me siento muy incómoda»

—Hoy sucedió algo muy curioso, —Me comenta— me reuní con Ana en el club…

«Ana… Es la madre de Camilo, ¿Cuándo regreso de España?»

Mi madre continúa su relato.—Y para mi sorpresa se disculpo profundamente conmigo, ya que su hijo decidió terminar la relación que ustedes tenían.

—Mamá… Yo…

—¡No me interrumpas! No he terminado. —Guardo silencio.—Fue muy difícil para mí fingir que entendía la situación y no hacer el papel de ignorante ¡Fue tan vergonzoso! Quiero que me expliques que paso.

Las lágrimas empiezan a acumularse en mis ojos, pero de nada sirve llorar ahora.

—Camilo… Él… Quería que nosotros diéramos un paso para el que yo no estaba lista — le confieso.

—Y encontró a otra que sí lo estaba ¿Cierto?

—Si, él me engaño con Rebeca. —le confieso ese último detalle y bajo la cabeza.

Mi madre se levanta y camina hacia mi hasta que estamos frente a frente, seca mis lágrimas y toca levemente mi mentón, haciendo que levante la mirada.

—Mi pequeña… —Ella me abraza y mí rostro se hunde en su pecho, hace tanto tiempo que no sentía esto ¿Acaso es calor de madre?—Siempre supe que esa chica era más astuta que tú.

«¿Qué?»

Nos separamos y no se como reaccionar después de oír eso.

—Escucha Violeta, una mujer debe aprovechar las oportunidades que se le presentan en la vida. Tenías a ese chico servido en bandeja de plata desde pequeña y dejaste que la primera oportunista se lo llevará, por no hacer algo tan simple como abrir las piernas. Sinceramente me decepcionas.

«¿Qué es todo esto? No puedo creer lo que escucho».

—Crees que si yo hubiera sido tan tonta, tu estuvieras aquí. Tu padre no hubiera duda en irse igual que Camilo, —mi madre se aleja con dirección a la salida—busca a Camilo y arregla las cosas, no quiero que esto afecte los negocios que tenemos con su familia ¿Esta claro?

—Si, madre. —Le respondo.

Entre Dos Corazones Rotos (En Proceso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora