Bang Chan se comprometió con el amor de su vida, Lee Yongseok. Él es su alma gemela, su corazón late sólo por él, es por esa misma razón que Yongbok, gemelo de Yongseok, no quiere destruir las esperanzas del pobre chico diciéndole que su hermano huy...
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Yongbok deslizó los lentes RayBan Clubmaster por el puente de su nariz y observó detenidamente al hombre esperándole en el aeropuerto. Su hermano gemelo, Yongseok estaba demasiado feliz y eso no era raro si no molesto. A su lado, prestó atención a una pequeña chica con un vestido flotando de color celeste, linda y agradable a la vista.
ㅡ¡Qué bueno verte, Yongbok!ㅡFrunció la boca un poco incómodo.
ㅡSabes, Seok. Te patearía las bolas si no estuviera tan cansado por el vuelo que me hiciste tomar. Quiero ir a mi suite y dormir. Mas tarde, quizá, te saludaré y a tu pequeña... amiga.ㅡAsintió hacía la chica que intercambió una dudosa mirada con su hermano. Yongseok rodó los ojos y tomó su maleta de mano de diseñador.
ㅡHermano, por una vez en tu vida, sé amable y no pienses en molestar a Chaewonㅡle advirtióㅡ. Te invito a beber un café en el hotel, donde te hospedas. ㅡYongbok acrecentó una sonrisa maléfica por su rostro y Yongseok bufó.
ㅡ¿Te gusta la niña? ¡Oh, amigo!ㅡexclamó cubriendo su boca aparentando estar impactado.ㅡTú, Yongseok, vicepresidente de Lee Confection, recto de corazón y alma. Egresado con honores... ¿Está enamorado?
ㅡSoy humanoㅡfue la simplona respuesta. Yongbok no reaccionó a eso. Sabe perfectamente todo de su hermano, suspirando, vuelve a colocarse los lentes echando rápidas miradas hacia los hombres y mujeres que cruzan con su camino.
Haber viajado de Inglaterra hasta Corea lo jodió de distintas formas, lo único que pudo hacer su viaje ameno fue el lindo aeromozo inglés que supo satisfacer sus necesidades en el pequeño baño después de eso todo fue una completa mierda.
Yongbok observó a la mujer que abrazaba el brazo de su hermano. Ellos sonreían y reían con cualquier tontería que decían. Él nunca fue fanático por las relaciones serias, le gusta su libertad, el sexo y la diversión. Las fiestas son su fuerte, la moda su amiga y la lujuria su pasión.
Yongbok está enamorado de todos y a la vez de nadie.
Las relaciones son esposas, ataduras.
Arrugó la nariz, disgustado. En su viaje por Europa conoció a muchas mujeres hermosas y hombres calientes, ninguno provocó ningún estremecimiento o despertó las mariposas en su estómago.
Tal vez esas mariposas seguían siendo orugas dentro de sus capullos. Rió y Yongseok apartó su atención de Chaewon.
ㅡ¿Qué es tan simpático?ㅡpreguntó con su elegancia.
ㅡNada.
Cuando Yongbok subió al auto pudo descansar su irritada espalda. Su hermano se empalagó con Chaewon y seguían farfullando y parloteando como si mañana no pudieran volver a hablar. «Dios, qué frustrantes.»
Sus ojos cafés se enfocaron en sus uñas. Ah, debería buscarse un chico y follar. No había estado en Corea desde hace ocho años. Su madre y padre decidieron divorciarse, bien por ellos, ya que eran gemelos su madre tuvo la brillante idea de llevar a Yongbok con ella a Inglaterra mientras que Yongseok se quedó al lado de su padre.
