『֍』❝No te culpes, Kiara. Piensa que fueron contigo porque querían protegerte. Si no hubieran ido contigo, tú probablemente estarías muerta.❞
❝¡HUBIERA SIDO MEJOR! S-si no fuera por mi... Todos ellos estarían bien... mis padres, Reggie, Harry, los ge...
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Narrador Omniscente Kiara Potter amaba escaparse de su casa y pasear por Godric’s Hollow. Obviamente no podía ir sola, pero a ella no le gustaba ir con adultos. Prefería pasear sola. Y eso era peligroso. Bastante peligroso. Especialmente cuando hay una gran posibilidad de ser secuestrada por Tom Riddle. Así que Fleamont y Euphemia no tuvieron más opción que contratar unos aurores como guardias. Al principio solo era uno, pero Kiara igual lograba escaparse. Hasta que por fin terminaron contratando a tres guardias, ya que Kiara era demasiado astuta.
Como ya no podía salir tanto de casa, empezó a buscar formas de cómo divertirse sin salir de la casa. Así fue como desarrolló su amor por las bromas. Como Kiara no podía ir al pueblo, la única solución lógica sería hacerle bromas a todo adulto que se cruzara en su camino. James y Harrison rápidamente se dieron cuenta de este hábito de Kiara, y enseguida se le unieron para no terminar siendo víctimas. De esta forma, fue que el «legendario trío Potter» fue creado.
Entre 1967 y 1969, la mansión Potter fue la base de operaciones del trío Potter. Específicamente el salón vacío que estaba entre las habitaciones de James y Harrison. Aquel salón estaba lleno de libros, dulces, y viejos pergaminos que los tres Potters habían usado para planear la mayoría de sus bromas épicas.
—Bueno, esta será nuestra última broma por los próximos once meses —dijo Harrison mientras entraba al Centro de Operaciones del Trío Potter, seguido por James.
Kiara ya estaba ahí, sentada en el piso, planeando algo que debía ser una de sus mejores bromas hasta ahora. Ya que Harrison estaba por empezar su primer año en Hogwarts. Y Kiara iría a Francia, por un programa para brujas jóvenes en la Academia Mágica Beauxbatons. Todas las mujeres de la familia Black habían ido a ese programa, el cual empezaba a los ocho años. Dorea logró conseguirle un cupo a Kiara, y pensó que sería una buena idea para arreglar un poco su carácter. Lamentablemente, Dorea les dijo que el programa era de septiembre a julio, y no tenían ni una semana libre durante el año escolar. Así que Kiara tendría que quedarse en Francia por los siguientes once meses. Y no podría ver a su hermano, James, o a su primo Harrison durante todo ese tiempo.
Por eso es que se esforzaban tanto en que esta broma fuera una de las mejores.
—¿Ya se te ocurrió algo? —preguntó James, mientras se sentaba en el piso y arrojaba su brazo alrededor de los hombros de su hermana, para ver qué estaba haciendo.
Kiara no le respondió, solo agarró uno de los pergaminos en el piso y se los mostró.
—¿Estás segura? ¿No podríamos hacer algo mejor? —cuestionó James, un poco dudoso.
—Yo creo que será divertido —sonrió Harrison, apoyando el plan de su prima.
