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DESPEDIDAS.
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Dandelion logró pasar justo antes de que cerrarán la esfera de protección que habían formado los aurores, caminó hasta lo que quedaba de la entrada del metro y siguió los sonidos de una pelea que se escuchaba a lo lejos. Sostuvo en todo momento su varita con fuerza, llegó a tiempo para ver como Graves lanzaba un hechizo contra Newt mandándolo directo al suelo.
Sus gritos de dolor retumbaron por todo el andén. —¡Hey! —Intentó llamar su atención.
Graves lo soltó y giró, en el momento exacto en el que el adolescente volvió a perder el control lanzando un grito que hizo que el mayor se quedará inmóvil.
—Credence...
El obscurus lanzó otro alarido sobrenatural, mucho más fuerte y potente, antes de abalanzarse sobre él. Graves desapareció rápidamente al ser perseguido, dándole tiempo a Dede de acercarse a Newt al verlo tratar de recuperar aire.
—¿Estás bien?
Sin esperar respuesta, y por los mismos nervios, tomó el brazo del castaño para desaparecer lejos del obscurial. Le tomó unos minutos a Newt recomponerse para que ambos aparecieran y desaparecieran en distintos lugares, tratando de huir de la masa cinética negra que desintegraba lo poco que quedaba de pie. De repente, el obscurus se transformó en una ola gigantesca oscura que ocupó todo el espacio disponible hasta que salió volando a la superficie. Desde afuera, los magos y los nomajs no despegaban su mirada del espeluznante espectáculo, los cristales del rascacielos más cercano explotaron al ser traspasados al igual que los cables de electricidad cuando se cortaron, haciendo que la multitud saliera corriendo con desesperación buscando refugio en algún lugar.
Newt reaccionó con rapidez apuntando con su varita a Dede, alejándola del peligro al ver que el obscurus volvía a descender a la estación. La morena cayó de espaldas sobre las vías del tren y sintiendo su corazón latir por el miedo, se levantó rapidamente al notar como el joven mago se acercaba al castaño.
