Agua Grande. Zona Restringida. (Completa)

Capítulo 22. En busca de mis amigos.

Muy en la mañana, me levanté. Tomé algunas cosas y las guardé en un bolso. Fui a donde según dormía Kioto. Abrí la puerta y entré. Él aún dormía.

—Kioto, amigo, debemos salir de este lugar.

—Robert?. ¿Qué haces aquí y a dónde vas?— Me Preguntó encendiendo la luz y sentándose en la cama.

—Si sigo un minuto más aquí me volveré loco. Esta gente es Argelia Corp disfrazada.

—Confío en mi padre.

—Tu padre no es tan bueno... Aunque nunca lo ví como alguien bueno. Aquí siguen experimentando y lo seguirán haciendo.

—No puedo ir. Si quieres te vas tú. Creo que, de todas maneras, es mejor que desde aquí adentro averigüe cosas. Trataré de ponerme en contacto contigo.

—Está bien. Yo buscaré a los chicos y saldremos a el túnel del que Max habló. Hay que salir de aquí.

—Ven, te acompaño. Sé donde están los carros.

Kioto salió conmigo en sigilo por los pasillos hasta llegar aún andén donde habían algunas naves rústicos. Mientras él abría la puerta, yo me subía en esa pequeña nave. En este vehículo solo entraban cuatro personas, era una mezcla entre cristal y metal, eran silenciosos y rápidos. Me despedí de Kioto y me adentré al bosque. Ya me había puesto los lentes arcoíris para poder ver bien. El vehículo tenía vista panorámica lo que me permitía apreciar mejor el camino por aquella arboleda.

Así pasé toda la mañana, manejando, sin un rumbo porque no sabía dónde específicamente se encontraba la casa de Max. Pero me guiaba por los ríos. La casa de Max estaba en un río caudaloso hacia el sur.

Al mediodía me detuve porque me dio hambre, saqué algo para comer que había guardado en la mochila, y saqué el libro aquel.
La nave era de cristal todo alrededor y el techo, así que solo recosté un poco el asiento y me puse a leer mientras comía algo.

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"La aeronave llega al aeropuerto de Los Ángeles, allí se separan Sebastián y Mary-Kate; se verían en el transbordador, en el lugar del aeropuerto estaban reuniéndose todos los turistas del transbordador. Ya habían diecinueve faltaba uno que llegó media hora después. Un automóvil privado se los lleva hasta el Cabo Cañaveral. Se reúnen en una sala con el Director General de la NASA, Martin Freeman, él les da la bienvenida y buenas noticias.

—Sean bienvenidos a la misión número veinticinco al Planeta Leviatán. La primera misión con turistas. Personas incrédulas e ignorantes hablan en el mundo que el Planeta Leviatán no existe, que la NASA durante cincuenta años ha inventado su existencia y que Leviatán es producto de la imaginación, una forma de los Estados Unidos para seguir siendo potencia mundial y ahora universal, solo los países que han explorado el universo saben cual es la verdad, y el miércoles Colombia enviará su primera misión con tripulantes a un Planeta más con el objetivo de crear su propia colonia, solo ellos saben la verdad y ustedes son parte de todos estos logros, ahora es el momento para que se comuniquen con sus familiares y amigos y se despidan de ellos porque son cinco años que estarán fueran, las únicas redes sociales que utilizarán en Leviatán serán Facebook 5G, Twitter Golden Friend y Plasflash Google.

—¿No podremos realizar llamadas?— preguntó un turista.

— Si claro, pero solo a través de Plasflash Google. El vuelo lunar los estará esperando en diez minutos, sigan instrucciones del personal autorizado.

— ¿Vuelo lunar?— preguntó Sebastián.

—Sí, volarán hasta la Luna, será allí en la Estación Espacial Lunar donde esta esperando el transbordador Destino. Así ahorramos tiempo, combustible y ustedes estarán el próximo martes llegando a Leviatán. Sin nuestra tecnología tardaríamos años para realizar este viaje...