El presente es comúnmente de los momentos que dejamos ir sin más ni más, ignorando que es realmente el presente esto a lo que llamamos vida, momento irrepetible y necesariamente distinto incluso al pasado, y distinto incluso al futuro.
También es; aparte de ignorado, restructurado para luego ser visto como pasado, anexándole lo bueno, o lo malo, para ser recordado, pero ya no es presente.
Entiendo que la vida suele ser compleja, muchas veces asusta, como puede asustar el amor, como pueden asustar los miedos, pero difícil de comprender y difícil de analizar, mucho más cuando no prestamos atención y nos pasa justo frente a nuestros ojos, porque muchas veces estamos distraídos, pensando en el futuro, pensando en lo que ya paso, pero muy pocas veces, pensando en lo que está aconteciendo frente a ti, en el aquí, y en el ahora. Creo infinitamente en la eternidad de los momentos, aunque por instantes sean también ignorados.
También creo en el amor, y en lo que es capaz de convertirte, en lo que eres capaz de lograr una vez deseas alcanzarlo. Creo también en lo simple que puede ser la felicidad, y lo verdaderamente irrepetible que son los momentos, ¿Se han puesto a pensar? Somos tan minúsculos, incluso en el tiempo, tan insignificantes, incluso en lo que sentimos, y, aun así, nos ha costado ser felices.
Miles y millones de años para llegar a donde estamos, como raza, como especie, pero solo unos pocos momentos, para ser.
Cuesta ser, cuesta también dejar de ser, e irnos.
Alguna vez me enamoré, y entendí, que el amor es otra forma de distraernos, otra forma de ser felices, y otro de esos tantos momentos de la vida. Es parte de un presente, es parte de un futuro, y no queremos que sea pasado. Puedes amar y ser amado, o puedes amar, y entonces comprendemos que el amor, no lo es realmente todo, es una porción más. También existen los miedos, muchas veces tuve miedo, tuve miedo al despertar, y antes de dormir, tuve miedo de no ser feliz, tuve miedo de la vida, pero nací, y tuve miedo de la muerte.
Y entre tantos miedos y amores, tantos presentes distintos llenos de ilusiones y temores, entre tantas veces que pude ser feliz, todavía no me he comprendido nada, me ha costado entenderme, y saber quién quiero ser, me ha costado poder ser, y también poder irme. Muchas veces miré al cielo, buscando alguna señal entre tantas estrellas, buscando algún mensaje quizá ocultado del que no me había dado cuenta, quise creer que había voces en mi cabeza intentando decirme algo, para poder entender lo que aún no he entendido, para quizá comprender la vida y sus misterios.
He sido bueno analizando, en darme cuenta de lo que está ocurriendo, prestando poca atención, y deducir. He tenido una gran capacidad de ver un poco más allá, es increíble que sea tan malo en el ajedrez, pero supongo que no se me dan los juegos de mesa, o quizá, no les preste realmente atención y me contradigo.
Con esta capacidad que he tenido de ver lo que otros no han podido ver, llegue a distintas conclusiones, intentando convencerme a mí mismo, de que hay algo más allá, incluso después de la vida, o quizá sea la vida, lo que estaba más allá. Es que nos distraemos, particularmente yo, me distraigo, me distraigo con amores, con temores, e intentando ser feliz y sin vivir, creyendo fielmente que la vida se acaba.
Creí que vi más allá, y me hice amigo del presente, entendí que existía, que existe, y es lo único que realmente está contigo por las noches cuando estás solo, en el día cuando estás triste, cuando escribes, cuando lees, cuando juegas y te diviertes, cuando finges que eres feliz, cuando dices amar y ver el sol brillar, estás tú, y el presente, y nada más, quizá varios millones de átomos, materia, energías, algunos otros humanos, pero realmente eres tú, y el presente, y hablando del presente, permítanme mentirles diciéndoles que creo que esconde algo.