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| ɴᴇᴄᴇsɪᴛᴏ ᴜɴ ᴛʀᴀᴊᴇ |
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Queens, New York Diciembre, 2015
Peter se encontraba luchando con las sábanas de su cama, ya llevaba tres horas intentando dormir, sin embargo, no lo lograba debido a que sus sábanas se pegaban en las palmas de sus manos y pies, además, el ruido de los autos en la calle lo ponían muy ansioso, pues perceptía esos ruidos diez veces más fuerte de lo que cualquier persona normal lo haría. Todo ésto aún era nuevo para él, pues llevaba ya un par de semanas sufriéndolo.
—Carajo, Peter, tan sólo cálmate e intenta dormir. —Se decía a él mismo con frustración.
De nuevo, no tenía resultados positivos. Tuvieron que pasar otras tres horas para que el joven Parker lograra conciliar el sueño. Sin embargo, para su mala suerte, una hora y media después sonó su despertador.
El castaño entreabrió los ojos y los cerró frustrado, para después colocarse completamente boca abajo y golpear la almohada con fuerza y con claro enojo. Acto seguido, apagó su despertador y se levantó de la cama.
Realizó su rutina mañanera, ésta vez siendo cuidadoso, con eso ya no tenía problema, pues se adaptó desde el segundo día. ¿Segundo día de qué? De la mordida que le hizo aquella araña ese día de su excursión escolar, hace casi tres semanas.
Salió de su habitación y se dirigió al comedor, dónde ya se encontraba su tía sentada leyendo una revista y con el desayuno listo en la mesa.
—Hola May —saludó el chico tratando de mostrarse calmado, y se acercó a su tía dándole un beso en la mejilla para posteriormente sentarse al lado de ella.
—¿Qué tal, Peter? ¿Cómo dormiste? —La castaña se mostraba alegre, como casi todo el tiempo.
Peter lo pensó un momento, recordando cómo estuvo su noche. Sin embargo, se aclaró la garganta y mostró una sonrisa. —Bien tía, muy bien, ¿tú qué tal?
Platicaron animadamente mientras ambos desayunaban y finalmente Peter se levantó, recogió su plato, se despidió de su tía y tomó camino a la escuela.
