- ¡Kropp, Kropp despierta!;
- ¡Despierta!; Escuchaba a lo lejos, sentí que estaba soñando, hasta que sacudieron mi hombro, casi golpeo a Baumer en la cara del susto que me dio.
-Lo siento, ¿Estas bien? -; Dijo el.
-Tranquilo no pasa nada, ve a dormir un rato, mereces descansar-; le respondí.
Baumer fue y se acomodó al lado de una torre de cajas, durmiéndose casi al instante.Me dispuse a ir hacia el bunker, que era donde me tocaba hacer guardia, antes de dar el primer paso sentí algo extraño en mi rostro, lo toqué con mis dedos y era desagradable, de seguro me había dormido con la cara en el barro, una combinación entre tierra, agua, y sangre que de seguro no me pertenece, como no tenía nada a la mano para limpiarme decidí usar la poca agua que quedaba en mi cantimplora, esto me ayudo también a salir del cansancio y la somnolencia que provoca estar aquí.
Esquivando todo tipo de obstáculos que se me cruzan camino hacia el bunker, también recuerdo que Baumer dijo que estaba cerca, de hecho es mi primera guardia en este sector, tengo que asegurarme de tener todo lo necesario en mi equipo, soy un imbécil, debería haberla revisado antes de partir, no importa, recogeré lo que falta de los cuerpos que se acumulan. Chequeo mi rifle, está limpio, "Igual de limpio como los mismísimos muslos de la virgen María", eso me dijeron la primera vez que me entregaron uno.
Mientras caminaba vi a un soldado que llevaba un reloj de bolsillo, no desperdicié mi oportunidad y entonces pregunté –Cabo ¿Qué hora es?;
A lo que este respondió -Son casi las 4 de la mañana-;
- ¿De qué día? - Le pregunte;
-Martes, 5 de noviembre- Dijo sin sorprenderse, no debia ser la primera vez que se lo preguntaban;
Él luce muy agotado y abatido, tenía una cara pálida, mirada sombría con cierta paranoia, además de un cansancio notorio, de seguro no lograba conciliar el sueño hace días.Finalmente llegue a mi destino, el bunker número 2. Me posicione al lado de unas escaleras que se usaban en caso de tener que salir de la trinchera para atacar. unos minutos después me encontraba apuntando hacia la nada a la espera de algún movimiento o algún sonido que pudiera percibir en ese lugar. En ese momento en el que yo miraba hacia la nada me cuestione un par de cosas, ¿Qué haría con mi vida al volver a casa?, mi Madre siempre quiso que después de la escuela yo fuera un doctor o algo así, pero... ¿De verdad era lo que yo quería?, pensándolo en ese momento, la verdad no era algo que me interesase mucho.
De la nada sentí un escalofrió recorrer mi espalda, quizá eso me alertaba de algo, al mismo tiempo sentí algo tocándome la bota, era una rata, una asquerosa, mal oliente y estúpida rata. Intente primero alejarla con cierta gentileza, hasta que ya no pude resistir el mal olor que atraía, por lo que tape mi nariz y luego pise con fuerza para aplastar al sucio animal, luego patee lo que quedaba de esa cosa lejos para asegurarme de que ese olor repugnante se fuera de una vez por todas.
De pronto todo se puso de color rojo al mismo tiempo que un pequeño silbido se escuchaba en el cielo, levante mi cabeza para divisar a lo lejos esa bengala enviada desde la trinchera enemiga, al unisonó de ese destello rojo, todos los soldados que dormían despertaron y comenzaron a mirar al cielo para luego tomar su rifle y prepararse para lo que ya era inminente.
- ¡Nos atacan!, Todos al bunker, repito todos al bunker-;
Grito uno de los Sub oficiales que estaban despiertos a esas horas
-Esperaremos a que pase y luego comenzaremos a avanzar para tomarlos por sorpresa-;
Como si de una sinfonía de muerte y sangre se tratara el silbido de las explosiones combinado con la fría noche francesa creaba un panorama que no le desearía ni a mi peor enemigo.Entre al bunker y me senté al lado de un joven de pelo naranjo que parecía muy asustado. De nada me servía intentar calmarlo ya que yo por dentro me sentía igual. Minutos después de un fuego constante, las explosiones cesaron.
- ¡Ataquen! -;
Toda la infantería comenzó a escalar para salir de la trinchera. Esquivando el alambrado todos empezamos a correr hacia el frente, en un panorama de niebla, oscuridad y la inseguridad de ser alcanzado por una de las balas, las cuales te hacían morir como un perro, muriendo sin dignidad y abatido como uno más del montón.De un segundo para otro caí fuertemente en un pequeño cráter hecho por una de las explosiones. En ese lugar vi al mismo soldado al que le pedí la hora, estaba tirado gritando y desesperado así que yo me aproximé a él para intentar ayudarlo.
-Hey amigo, ¿Qué te paso? –;
El sin decir una palabra levanto su chaqueta para que yo pudiera ver el disparo que este había recibido en su abdomen - ¿Luce muy mal? -; Dijo el
-No es tan grave. Déjame ayudarte-;
Entonces saque una de las vendas de la mochila, le limpie un poco la tierra con mi mano, para luego ponerle la venda y hacer presión. Mientras intentaba calmarlo un médico militar y otro soldado más llegaron al lugar con una camilla. -Ayúdame a subirlo-; Dijo el médico al soldado
- ¿Y tú qué haces aquí?, vuelve al maldito campo de batalla-;
Asentí con la cabeza, pero antes de eso tenía algo que preguntar -Cabo, ¿Cuál es su nombre? -;
El me miro y dijo -Fritz-;
-Un gusto haberte conocido Fritz. Yo soy Baumer-;
Sali del pequeño cráter y seguí corriendo hacia el frente. De pronto sentí una sensación de soledad por lo que me volteé para intentar divisar al médico o a Fritz, pero entre la oscuridad no logre ver nada. Empecé a ir un poco más lento, para luego detenerme totalmente y mirar a mi alrededor, sin poder divisar el frente ni a mis compañeros. Me encontré solitario en ese horrible lugar, ya sin ganas de nada.
Cuando amanezca de seguro los franceses me encontraran y de seguro que será lo que harán. Por ahora la única opción que veo viable es la de quitar todo rastro de mí en este mundo, hacer desaparecer todo lo que yo soy y todo lo que represento para este enfrentamiento de mierda.Cuando me encontraba dispuesto a hacerlo, a lo lejos los escuche a ellos, hablando ese idioma repugnante, con ese acento asqueroso que ellos hablan, de seguro venían a revisar si todavía quedaba alguien con vida, pero bueno, supongo que llegaron tarde. Tome mi cuchillo lo apunte hacia mi cuello y lo clave repetidas veces, un montón de sangre era la que salía haciendo que mi uniforme quedase manchado en esta. Casi no pude ver, pero sentí como lo franceses se acercaron a mí. Intenté articular alguna palabra, pero no pude, mi garganta estaba en pedazos y bañada en sangre, entonces la punta de unos de sus rifles me apunto hacia la cabeza. Un disparo destrozo mi cráneo e hizo volar mi cabeza en mil pedazos. Entonces sentí un frio abrazador el cual me ponía a dormir plácidamente otra vez.
Fin.

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La Trinchera
Historical FictionDias antes del armisticio entre Alemania y Francia un soldado inexperto llamado Kropp se ve involucrado en una de las ultimas grandes batallas de la primera guerra mundial.