Capítulo 23- Es solo una herida.

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Missa despertó exaltado, no estaba en la habitación de Máximus ni en algún lugar que conociera. Sus alas estaban muy dañadas y tenía una venda alrededor de la costilla, además que estaba sin camisa.

  Era claro, estaba en el hospital, Juan dijo que los angeles no morían, no que no se lástimaban. Se cubrió la cara con las manos tratando de calmarse.

– Buenos dias– una chica muy bonita paso por la puerta.

– Buenos dias– devolvió el saludo.

– Tus amigos ya van a venir– le dijo la chica– Cualquier cosa, mí nombre es Laura–

– Okey, gracias– la joven se retiró.

Missa se acomodo mejor en la cama, tocó su cuello y se alarmo al no sentir su collar, nunca se lo sacaba, solo para bañarse y dormir pero siempre lo dejaba a mano, ahora no sabía dónde estaba.

– Hay Cucurucho...– Missa se tapo la cara y empezó a soltar pequeñas lágrimas que trato de parar.

Era obvio, todo cuadraba, Spreen, Roier y Bobby estaban secuestrados para atraerlo a el y a Cucurucho también lo habían secuestrado para que Missa valla hasta allí.

Rubius Ángel paso por la puerta desesperado asustando al menor.

– ¡Missa!– el híbrido se sento
junto el en la cama.

– Hola...– Saludo desanimado conteniendo las lágrimas.

– Solo estoy yo Missa, puedes llorar...– Rubius le dijo.

El menor se largo a llorar con fuerza apoyándose en el hombro de Rubius quien le acariciaba la cabeza.

– ¡Todo es mí culpa! Si no hubiese sido por mí el estaría vivo...– Hablo con la voz entrecortada.

– No, no es tu culpa, es la culpa de la federación, ellos son los malos no tu...– lo consolo el híbrido magico– Además, ¿Quien te dijo que estaba muerto?–

  Missa lo miro con los ojos iluminados.

– Es cierto... ¡Es cierto!– celebro.– También salvaré a Melissa, Tilin, Bobby, Roier y Spreen–

– ¿Bobby, Roier y Spreen? Yo leí una noticia sobre que estaban muertos– Recordo.

– Cuando hice el hechizo y me quería comunicar con Tilin, pude ver qué seguían vivos pero que los estaban usando como juguetes... Tal como a toda la isla– le explicó Missa.– ¡Tengo que salvarlos ahora! ¿¡Sabes todo lo que le pueden hacer a todos?!–

–  Adoro tu entusiasmo, pero nesesito que te quedes en cama, estás muuuuy herido– le dijo Rubius señalando sus alas y sus costillas.

– ¡Dame tu libro de hechizos!– le ordeno.– ¡Ahora!–

– Pero Missa, no puedes husar magia– lo freno el híbrido.

– ¿Por qué?– pregunto desepcionado.

– Por qué Rubius Demonio te maldijo, cuando tus manos quemaron era por Rubius quien te estaba maldeciendo para que tu magia no funcione bien... Si haces magia vas a sufrir, créeme, yo pasé por una de esas– informo Rubius.

– Pero, si tu pasaste por una de ellas, ¿Sabes cómo sanarla?–

– Nesesitas a la persona que te maldijo y digamos que en este caso es bastante difícil–

Missa recorrió la habitación con la mirada encontrándose con su cetro en una esquina. Trato de llamarlo tal como lo hizo Carre y como antes había practicado, pero sus brazos se tiñieron de el negro que tuvo anteriormente y le empezó a quemar.

- Otra perspectiva- Missa, QSMP-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora