Prólogo

5 0 0
                                    

Tras la devastadora noticia, rompí en llantos. No me lo creía. Era imposible que ella falleciera. No podía, ella era una guerrera. Tantos accidentes y siempre conseguía recuperarse. El destino no me podía separar de ella de una manera tan cruel. Tantos tiempos junto a ella. Éramos uña y carne. La tuve presente en mi vida desde que nací.

Aun recuerdo la manera en que nos peleábamos por las típicas tontadas. El préstamo de ropa sin el consentimiento de la otra, el desorden que causaba yo con todos mis libros y papeles, la música a tope de ella, el frecuente olor a tabaco de su novio... Debí imaginar que ese tío era algo malo y peligroso para ella. Lo pensé seriamente. Lo pensé millones de veces . Pero en ni un momento de esos mil pensamientos, se me ocurrió contárselo. Siempre pensé que ella, al ser la mayor, tomaba buenas y mejores decisiones que yo.

Nadie sabe la gran rabia interior que tengo, ni la rabia ni el rencor que siento. Tuve la posibilidad de salvarla. Todo estuvo en mis manos, nadie mas sabia de su relación aparte de mi, si tan solo pudiese retroceder el tiempo y ser, por muy poco que me guste serlo, una chivota, todo lo que quería en este mundo, no se habría ido.

Esto es lo que pasa cuando una se enamora de una persona. Prometo no enamorarme y aún menos de un tipo como con el que ella salía. No voy a cometer el mismo error. Lo prometo.

(El amor no es bueno. Solo en las películas, y desgraciadamente, vivimos en un mundo totalmente paralelo a lo que conocemos como felicidad. La vida es cruel y el karma existe, con lo cual prepárate porque se aproxima tu venganza.)

¿Fue el destino quien lo eligió?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora