Capítulo 20

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Sirw

Seungmin vestía completamente de negro pero la falda sólo le llegaba hasta los muslos; con todo, logró hacer que su atuendo pareciera adecuado para el funeral. Mi elegía salió bien, o lo mejor posible dadas las circunstancias. Nadie lloró por el Canciller, lo cual me pareció triste, pero yo tampoco pude derramar ni una lágrima.

El funeral tuvo lugar en una de las salas de juntas más grandes del palacio; el lugar fue decorado con velas y flores negras. No supe quién organizó la ceremonia, pero era como si un muchachito gótico hubiera preparado la antesala de un concierto de The Cure.

Después de las formalidades se llevaron el cuerpo del Canciller para enterrarlo en el cementerio del palacio, pero la mayor parte de la gente prefirió no asistir. El funcionario no tenía familiares ni amigos, así que no me era fácil entender cómo había logrado que lo eligieran para el cargo.

El ambiente era bastante sombrío pero no creí que tuviera relación con el funeral. Los asistentes murmuraban y conversaban en voz baja por los rincones; no dejaban de mirarme. Oí la palabra «pintura» flotando en el aire.

Me aparté del salón y sólo hablé con  Seungmin y Minho. En una situación ordinaria los nobles habrían estado interesados en conversar un poco conmigo, pero esta vez todos trataban de evitarme. Me pareció lo más adecuado porque de cualquier modo no tenía nada que decirles.

—¿En qué momento crees que podremos retirarnos sin romper con la etiqueta? —preguntó  Seungmin, agitando el champán en su copa. Me pareció que ya había bebido más de lo necesario porque vi que le daba hipo y tenía que cubrirse la boca con la mano—. Disculpad —dijo.

—Creo que ya hemos permanecido aquí el tiempo suficiente. — Minho escudriñó el salón; ya había menos gente. Sus padres no habían podido asistir, y mi madre ni siquiera podía moverse; seguía recostada en su habitación.

—Cuando os parezca —dije.

—Genial. — Seungmin dejó su copa en una mesa cercana y un poco del burbujeante líquido rosado saltó por el borde; me tomó del brazo para conservar el equilibrio, y ambos salimos del salón.

—Vaya, pues creo que todo ha ido muy bien. —Respiré hondo, y mientras caminábamos por el pasillo me quité la flor negra que llevaba en el cabello.

—¿Tú crees? —preguntó  Minho—. Porque pienso que ha sido bastante penoso.

—Estaba siendo sarcástico.

—Ah. — Minho metió las manos en los bolsillos y continuó caminando a mi lado—. Supongo que podía haber sido peor.

—Debiste haber bebido más —me dijo  Seungmin—. Así es como he logrado soportar todo este asunto. Y tienes suerte de ser mi mejor amigo, porque si no ni siquiera habría asistido.

—Tienes que empezar a participar más en este tipo de actividades,  Seungmin —le dije—. Eres muy bueno tratando con la gente, y algún día podrías tener que hacerlo de manera oficial.

—No, ese es tu trabajo —sonrió—. Yo tengo suerte porque sólo soy el amigo ebrio de el príncipe.

Traté de discutir con Seungmin sobre la importancia de ser un buen ciudadano Trylle. Sostener conversaciones triviales se le daba mucho mejor que a mí, y además era un excelente aliado cuando se esforzaba. No obstante, ahora estaba demasiado bebido para razonar.

3.Renacimiento - Hyunlix/ChanlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora