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Alexa POV


Tragué el nudo de mi garganta. La pantalla de mi celular estaba encendida y después de indagar en mis contactos, mamá salió en la lista y no pude evitar pensar en ella. 

¿Sabrá lo que me pasó? Seguramente Fernando tuvo que decirle, no creo que se haya quedado callado. 

Suspiré pesadamente tocando su nombre para que la pantalla mostrara las opciones. ¿Realmente iba a llamarle?

Dios. ¿Por qué estaba tan desesperada por conseguir una pizca de afecto de su parte? Ella no quería amarme. ¿Por qué seguía sintiendo la necesidad de buscarla?.

Cerré los ojos con fuerza y agité la cabeza lanzando mi celular lejos de mi alcance. Cayó cerca del borde de la cama y Petunia solo lo miró confundida antes de regresar su vista a mi. 

Comencé a llorar. Me sentía terriblemente frustrada por no tener el amor de mi mamá. Creo que todo me vino de pronto porque estaba llorando tan fuerte que Petunia se levantó del costado de mi piernas y se acercó a mi lamiendo mi rostro. 

Llevaba meses sabiendo que mamá no me quería y aún seguía doliendo tan horrible como la primera vez que tuve que aceptarlo. ¿Cuando iba a parar?

Además, no podía salir de casa. Al menos no todavía. Seguía caminando con lentitud y la cicatriz que comenzaba a sanar en mi abdomen ardía de vez en cuando. Me estaba volviendo loca. 

Desesperada me levanté sintiendo molestia en mi interior pero dispuesta a salir de la habitación para al menos salir al jardín. Entre mis lagrimas miré con duda la escalera y tomé una gran bocanada de aire antes de comenzar a bajar con lentitud. 

En algún momento logré salir al jardín y continué llorando con mi trasero en el césped. Al menos estaba recibiendo aire y sol directo del exterior. 

Logré tranquilizarme un poco algunos minutos más tarde. Sentía un vacío tan enorme en mi pecho y necesitaba que alguien viniera a recordarme que estaba bien sentirme así de vez en cuando.

Mi celular había quedado olvidado en mi habitación y no subiría por el ni ahora ni nunca. Me había arriesgado demasiado al bajar en la manera en que lo hice. 

Así que si alguien me buscaba, no me encontraría. 

Había estado todo el día en cama haciendo cosas de mi trabajo y planeando bien todo lo que haría para la galería.

Yo estaba bien, perfectamente bien. Hice un montón de llamadas telefónicas y aún así, en el momento en que vi el contacto de mamá en la lista mi ánimo bajó al infierno. 

No sabía perfectamente que hora era, pero quizás eran las cuatro de la tarde y Luke mencionó que solo estaría unas horas más en el estudio después de la hora de comida. Lo que significaba que no tardaría demasiado. 

Dejé de llorar en algún momento. Me había agotado lo suficiente y me quedé ahí observando el amplio lugar en nuestro jardín trasero. Amaba este sitio. 

Lo habíamos creado para ser un lugar donde relajarse y poder indagar en nuestros pensamientos con tranquilidad. Era de mis lugares favoritos pero no por encima del estudio que Luke había diseñado solo para mi. 

Podría decir con firmeza que esta casa era la casa de mis sueños. 

Los minutos avanzaron, el sol comenzó a bajar lentamente y Petunia terminó en algún momento junto a mi dormida con mucha tranquilidad. La envidiaba. 

𝐁𝐥𝐨𝐨𝐝𝐥𝐢𝐧𝐞 | 𝐋𝐑𝐇Donde viven las historias. Descúbrelo ahora