Sabor a marihuana y alcohol parte 2

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-¿Esto está bien?- preguntó Moa con duda.

-Por supuesto- la tomé de la nuca y volví a besarla.

Las luces, la música y el ruido de la gente ahí abajo hacían del beso algo más sensual y "prohibido". Seguimos besándonos por largo rato, hasta que unas voces nos interrumpieron.

-Uy, esto está ocupado- dijo la chica entre risas.

-Son sólo unas lesbianas- dijo el chico, aparentemente borracho.

-Vámonos- le dije a Moa en el oído.

Nos levantamos, acomodamos nuestras ropas para estar presentables y bajamos rápidamente hasta llegar a la pista. Ahí abajo la música sonaba más fuerte, por lo que había que hablar casi a los gritos.

-¡¿Quieres irte o tomamos unos tragos más?!- le pregunté a Moa mientras nos movíamos entre la gente.

-¡Unas cervezas más no vendrían mal!- sonrió, tomó mi mano y fuimos de vuelta a la barra.

Pedimos dos jarras más de cerveza y nos pusimos a beber en silencio.

...

Llegamos a mi casa sobre la hora de cenar, mis padres y mi hermana estaban poniendo la mesa en el momento en el que abrí la puerta.

-Suzu, hija, ¿Se la pasaron bien?- papá fue a recibirnos.

-Si papá- sonreí y empujé levemente a Moa al frente.

-Hola señor Nakamoto- ella sonrió e hizo una reverencia.

-¿Van a cenar?- preguntó mi madre -Me imagino que no habrán comido nada-

-No mamá, gracias- me quité las zapatillas de una sacudida -Comimos unas pizzas en el auto de regreso- una mentira blanca no le hacía mal a nadie ¿Verdad?.

-Aunque no me vendría mal una porción de cerdo asado- Moa se relamía mientras se quitaba las botitas.

Todos reímos, Moa amaba la comida, sobretodo la de mi madre y la de su familia. Después de alegar que estábamos cansadas, subimos corriendo a mi habitación.

-¿Retomamos lo que dejamos en la fiesta?- pregunté mientras cerraba la puerta con el pie y metía mis manos en los bolsillos traseros su pantalón.

-No me parece mal- Moa me guiñó el ojo y la puse contra la puerta para así besarla, esta vez con deseo.

Saqué mis manos de sus bolsillos y fueron directamente a su cintura mientras sus manos iban a mi cuello; mordí su labio inferior y metí mi lengua en el momento en el que Moa jadeaba. Nuestras lenguas se encontraban y danzaban mientras nuestras manos hacían su propia danza.

-Dios- jadeé cuando nos separamos por falta de aire.

-¿Es normal que tu aliento a cerveza me excite?- Moa tenía las mejillas rojas y respiraba rápidamente.

-Puede ser- sonreí con sensualidad y agarré su cinturón para así desabrocharlo junto a su pantalón.

-Desnúdame a besos bebé- suspiró de deseo y volvió a pasar sus manos por mi cuello para volver a besarme.

Yo con algo de dificultad le seguí el ritmo mientras le bajaba el pantalón, ella se lo quitó con una maestría nunca antes vista y enredó sus piernas en mi cadera justo cuando mis manos fueron directo a su trasero para agarrarla con firmeza.

Entre besos, mordidas, tirones de pelo y nalgadas fuimos directo a mi cama con la torpeza de quien tiene sexo por primera vez. La dejé sobre el colchón y Moa ni me dio tiempo de tomar aire cuando me jaló de nuevo hacia ella, aunque esta vez me dirigí a su cuello.

-Su...- suspiró de placer cuando mi boca hizo contacto con su piel, sentía su pulso latir contra mi lengua, su piel erizarse ante la caricia de mis labios -Por favor Su...-

-¿Qué pasa Moa~chan?- pregunté contra su cuello, dejando más besos.

-Quítame la camisa por favor- soltó un gemido ahogado cuando dejé una mordida.

-Así que Moa~chan quiere que la desnude ¿Eh?- me senté entre sus piernas, acariciando su piel desnuda hasta llegar a aquella tanga negra que me estaba enloqueciendo.

Ella simplemente asintió y yo, sin mediar palabra, quité su camisa de un tirón y fui levantando su camiseta mientras dejaba besos en la piel que iba quedando expuesta. Cuando quedó en ropa interior, podía adivinar por sobre la tela del sostén sus pezones erectos y yo solo pude relamerme ante una imagen tan erótica.

Me quité la ropa y me acosté junto a ella besando su mentón, acariciando su abdomen y bajando hasta el tirante de su tanga.


-Su...- su mano se puso sobre la mía al comenzar a bajar el tirante.

-La fiesta de hoy es con la temática de no hacer ruido amore- mordí el lóbulo de su oreja y continué bajando hasta que llegó a sus rodillas.

Hice que abriera sus piernas mientras la tanga bajaba más por el movimiento, llevé mi mano hasta aquél edén y sonreí contra su oreja al sentir lo húmeda que estaba.


-Imagina que siguieramos en la fiesta, ahí arriba, con la música siendo nuestra ailada- le susurré mientras mis dedos jugaban con su clítoris.

Moa mordía su labio inferior, sus manos estaban estrujando las sábanas.


-Podría desnudarte ahí arriba y nadie se daría cuenta de que a Moa Kikuchi están haciéndole el amor durante una fiesta- mis dedos recorrieron su monte hasta llegar al lugar más ansiado.

Moa hacía esfuerzos por mantenerse callada, pero pequeños jadeos habían empezado a salir. Sonreí y, tomándola desprevenida, introduje dos dedos.

-Suzuka...- suspiró de placer y arqueó levemente la espalda.

-Ruega porque tus suegros y tu cuñada no te escuchen ahí abajo mi amor- volví a morder el lóbulo de su oreja.

Los ruidos de mis dedos entrando y saliendo llenó el ambiente silencioso mientras Moa hacia esfuerzos por no gemir de placer.

-Mierda...- susurró mientras jadeos salían de su boca -No pares Su-

Yo, queriendo que pierda la cabeza, sonreí con malicia y me puse entre sus piernas. Quité mis dedos y mi lengua se hundió en ella.

Un gemido, ni demasiado alto ni demasiado bajo, salió de su boca y, gracias a la poca luz que entraba desde la ventana, pude ver como se llevaba el puño a la boca.

-Dios- suspiró de placer contra su puño y arqueaba la espalda.


Yo seguí con mi trabajo, llevando mis manos a su trasero para así tenerla más cerca y poder llegar más profundo.

Después de varios minutos, el gusto salado invadió mi boca cuando Moa llegó al orgasmo, soltando un pequeño gemido. Cayó rendida al colchón mientras yo me relamía.


-Tuviste sexo oral con gusto a cerveza- sonreí y, sin importante nada, la besé.

-Suzuka, eso es anti higiénico- suspiró y se limpió la boca con las sábanas.

-Solo quería que probaras lo bien que sabes- le guiñé el ojo.

Sexo, alcohol, drogas y Rock & RollDonde viven las historias. Descúbrelo ahora