Sobreviviendo al pasado

Cordura

Carlos Salinas veía a su pequeño cachorro y estaba orgulloso de lo que había creado, aquella sustancia que había desarrollado junto con HYDRA era el éxito entre alfas dominantes y puros — Y Guillermo es el vivo ejemplo de ello — se dijo así mismo, sabía de la inestabilidad del joven mexicano. Pero era un precio que estaba a dispuesto aceptar, solo tenía que esperar el momento en que ese lobo carente de moralidad venciera al gemelo y la racionalidad del rizado. Scaloni miraba a ese joven alfa entrenar todos los días en situaciones realmente extremas bajo la vigilancia del mandatario mexicano y Lionel Scaloni, tenía que controlar su lado protector para no revelar el plan, sería algo extraño que un argentino desconocido estuviera protegiendo un "desconocido" y esta misión lo estaba valiendo todo.

Vamos a alcanzar el cielo azul.

— Señor... es la última dosis del extremis, después de ello entrara un largo coma para que su cuerpo pueda adaptarse — expresó uno de los médicos. Scaloni solo miraba todo en silencio con una expresión neutra, Guillermo por otro lado simplemente se retiraba su camisa para entrar a la cámara de enfriamiento.

— ¿No cree que sea muy pronto, señor? — preguntó Scaloni — De igual forma... inyectarle un fuerte supresor para controlar su celo lo mantiene como una zombi —

— No, es la última etapa del suero... — se limitó a responder Gortari mientras palmeaba el hombro de Memo, este simplemente mantenía una expresión seria y su mirada estaba vacía, ni siquiera prestaba atención a lo que pasa a su alrededor alarmando más al argentino — ¿Por qué lo dice? —

— La siguiente misión es en tal solo semanas... y debe estar en sus cinco sentidos para poder cumplirla, atacaremos la base de los vengadores para recuperar algunas armas y ... — Carlos se quedó en silencio y empezó a meditar aquellas palabras, había olvidado por completo la siguiente misión que sería muy peligroso, pero al mismo tiempo sería la oportunidad perfecta para poder realizar el estudio a la última dosis. Así que solo sonrió provocando un escalofrío a Scaloni y con una seña pidió continuar con el plan.

"Perdón Guillermo... Perdón Tony... Perdón Lio..." Fue lo que pensó al ver como Guillermo caía al suelo convulsionando por la fuerte dosis que recibía y de inmediato fue inducido a un coma para que su cuerpo no resintiera los efectos secundarios, aunque para su mala suerte, las voces internas se hacían cada vez más fuertes y molestas.

A esas alturas Lionel estaba inquieto sin saber porque y su cachorro se aferraba a él, le preocupaba esta sensación extraña ¿Todo estaba bien con Guillermo? Desde su regresó, podía notar como su sonrisa había cambiado a una de paz, tranquila sumando el hecho de traer un aroma desconocido. Por un momento se puso celoso al descubrir que era de otro omega, pero ¿Cómo podía reclamarle? Así que trató de calmar a su omega interior, inquieto, que exigía respuesta SU ALFA — ¡No es nuestro alfa! — dijo con dolor una tarde estando solo. Hasta que un fuerte abrazó le hizo salir de trance, era Guillermo que lo había buscado para poder olfatearlo descubriendo el malestar del más bajo.

— ¿Qué pasa? Te notó tenso y molesto... — Dijo mientras recargaba su barbilla en uno de sus hombros — ¿Arañita se anda portando mal? — preguntó.

El omega solo negaba sin verlo hasta que Paco Memo con su mano derecha le hizo verle, notando como sus ojos brillaban y estaban más claro. Le robó más de un suspiro a Messi que cerró los ojos para sentir ese suave aroma que tanto le gustaba y tranquilizaba su lado más primitivo — Estoy bien... — mintió, aunque el gruñido de Memo le hizo sonrojarse para confesar — Sentí otro olor en ti —

Guillermo solo se quedó en silencio mientras lo abrazaba más fuerte ¿Sería buena idea confesarle lo suscitado aquella noche? De como estaba confundido ante las palabras de Tony Stark y de su plan para tenerlo a salvo — Me encontré a Iron Man y tuvimos un dialogo... solo es eso, no mal pienses por favor pulga — Aquel sobrenombre provocó que el corazón del argentino latiera con fuerza se sonrojo bastante — Fue un encuentro extraño... revelador, pero me ayuda para crear mi siguiente movimiento, nada que temer — El argentino se volteó para mirarle con curiosidad pero sin despegarse de él, notando como cambiaba el brillo de sus ojos y lentamente ambos se iban acercando, deseando poder probar los labios de cada quién aunque la voz de Carlos les hizo detenerse de golpe y por instinto del alfa, este lo pegó más a él al notar la mirada de su líder.