Beckman estaba en shock, no pensó que vería a su amigo tan alterado por un simple viaje escolar, pero seguro era algo que llevaba un peso incluso mayor, algo que él no comprendía aún por no estar en los mismos zapatos que su amigo. Tomo con cuidado el documento que acabo nuevamente en el piso para poder leerlo con detenimiento, la razón por la cual no fue la menor a clases ese día era porque los alumnos lo ocuparían para descansar y realizar su equipaje de la manera adecuada, ya que estarían 5 días y 4 noches en un hotel de Kyuushuu pero para ser más exactos en Fukuoka, ese lugar era una zona turística, además de tener un sin fin de actividades recreativas para los estudiantes, fue por ello que, rápidamente metió dinero en un sobre, ni siquiera contó la cantidad pero para volver aquel pedazo de papel algo tan relleno seguramente era una cantidad bastante generosa, posteriormente corrió hacia el padre e hija que trataban de aclarar sus diferencias para esos momentos, si bien Shanks ahora caía en cuenta de que a su hija le era más fácil mentir para que él no notará sus carencias, era momento que, como su mejor amigo actuará.
---Uta, Shanks, es mejor que se calmen, el viaje es mañana, aún tiene tiempo de ir y no, el dinero no es problema ahora--- señalo a la menor para luego sonreír, --- déjaselo todo a papi, el siempre encuentra la forma de solucionar las cosas, ahora, mientras Shanks firma tu permiso arregla tu maleta y duérmete, que mañana vas a salir muy temprano.
---pero...
---sin peros--- sonrió.
La menor no dijo nada, solamente asintió para luego subir a su habitación dejando solos a los dos adultos quienes de inmediato se miraron.
---¿De-de donde voy a sacar dinero para enviarla?--- tartamudeo.
---eso déjaselo al tío Ben por todos estos años donde no le di un regalo de cumpleaños, tu firma ese permiso y escribe una carta de disculpa para los maestros porque tu hija se tomó las molestias por pensar en ti--- posteriormente se acercó a abrazarlo,--- no te enojes con ella Shanks...algunas veces los niños hacen todo tipo de cosas por pensar en el bienestar de sus padres, te tocó una maravillosa hija.
Por su parte el pelirrojo no dijo nada, solo se limitó a corresponder al abrazo que le brindaba su mejor amigo al mismo tiempo que se mentalizaba, sabía mejor que nadie que su hija era una persona maravillosa que daba lo mejor de sí, no se quejaba, le ayudaba en los deberes del hogar, además de que siempre le dio ánimos desde el día del accidente, aquella joven de cabello bicolor era una maravillosa persona y él estaba orgulloso de ser su padre.
Sin embargo, mentiría si decía que no le dolía ser incapaz de darle el mundo entero.
No sé arrepentirá de salvar a Luffy, pero si de no poder darle más a su única hija.
Fue por ello que con su única mano se aferró a la ropa ajena mientras asentía más rápido, no quería llorar, sin embargo de alguna forma las lágrimas se escaparon de sus ojos---, ya lose...mi hija es increíble--- fue lo que dijo para posteriormente aclarar su garganta después de una alargada pausa, ya que si seguía hablando su voz se terminaría fragmentando quedando en un inútil suspiro al aire.
Por su parte, Beckman se negaba a soltar al pelirrojo quien se encontraba oculto entre sus brazos, en su interior existía el miedo de que si lo soltaba desaparecería, lo que menos quería el adulto era perderlo una vez más.
Y sin duda alguna aquella noche fue bastante larga, Uta se sentía mal por no haber quemado aquel papel como se lo recomendaron sus amigas, mientras que el pelirrojo se sentía como un mal padre por ser incapaz de llenar a su hija con los lujos que se merecía, ya que para él, aquella joven de cabellos bicolor era una princesa, sin embargo algo que compartían como padre e hija, era que no aclaraban sus ideas con rapidez, por lo que esa noche cada uno se fue a sus respectivas habitaciones sin mencionar palabra alguna, claro a eso se le sumaba que Ben no se sentía del todo cómodo por aquella situación tan incómoda que le tocaba vivir estando entre un padre y una chica cercana a la pubertad.
Al llegar la mañana los tres salieron al punto de encuentro, el cual sería la escuela de la menor, ambos adultos llegaron corriendo para posteriormente pedir una disculpa a los profesores y explicar sobre lo sucedido, Shanks tenía miedo de que simplemente no aceptarán a su hija en el viaje escolar, pero grande fue su sorpresa cuando aquella amable maestra les indico que había lugares de sobra por lo que Uta podría viajar con el grupo sin problemas.
Fue así como se llevó acabó una despedida un tanto incómoda, según Beckman, ya que ambos no supieron que decir, ni mucho menos fueron capaces de verse directamente a los ojos, por lo cual se limitaron a darse un abrazo para luego ser la menor quién subiría al autobús, mientras los dos adultos solo debían de volver a casa.
.
.
.---soy un mal padre...--- fue lo que murmuro Shanks mientras caminaba con la mirada fija en el piso, ahora no tenía ánimos para hacer algo,---- nunca me di cuenta que mi hija se abstenía a tanto...
---ella pensaba en ti, no es culpa de nadie--- fue lo que le respondió Beckman tratando de animarlo, pero sus palabras no servían de nada ya que el pelirrojo suspiro---, vamos hombre eres un buen padre, se nota por la forma en la cual haz criado tu solo a tu hija, eres alguien a quien admirar...no cualquiera acepta esa tarea.
----si tú estuvieras casado y tuvieras una hija harías lo mismo--- fue lo que respondió el pelirrojo, solo que ahora caminaba un poco más lento, cosa que noto el pelinegro por lo que alentó su caminar.
---en primer lugar no estoy interesado en casarme, no está en mis planes eso, segundo en dado caso que me descuidará tanto ayudaría económicamente a la mujer--- Shanks lo miro con duda---, porque la única forma en la cual yo me casé o crié junto a una mujer a un pequeño por mi descuido, sería porque la persona que amo ya tenga a alguien más.
Los ojos del pelirrojo se centraron unos instantes en su amigo, posteriormente suspiro al mismo tiempo que apartaba la mirada---- ¡Eso no me ayuda Beck!---, el nombrado ante tal reacción solo se limitó a reír.
El nombrado solo sonrió para luego revolver los cabellos ajenos, era algo que siempre hacia cuando lo molestaba, posteriormente miro a su izquierda notando que había una pequeña tómbola siendo atendida por un animado hombre, seguro era una lotería común, de vez en cuando en su juventud participó en aquellos sorteos, siempre teniendo la mala suerte de sacar premios pequeños como cupones para dulces o comida instantánea, no le molestaba ya que el precio era un equivalente a lo que conseguía, fue por ello que miro al más bajo para posteriormente señalar el pequeño puesto, Shanks entendió y de inmediato fueron, quizás un premio ridículo le daría algo de ánimos con las pocas monedas que siempre cargaba en sus pantalones.
---¡Muy buenos días guapos!--- exclamó el sonriente hombre,---- ¿Gustan participar?
---yo tengo muy mala suerte--- mencionó Beckman con una sonrisa, pero estaba dispuesto a pagar por el turno de su amigo, sin embargo el pelirrojo rápidamente coloco las monedas en la mesa.
---¡Entendido! Para el chico pelirrojo será--- y sin más giro la ruleta por unos segundos hasta que una pequeña pelota roja cayó----, vaya ¡Muchas felicidades!
----¿Enserio?--- sonrió el menor,---- ¿Qué gane?
Para Ben por unos instantes fue aterrador el color de la pelota, ya que recordó que en una ocasión una joven de posiblemente un poco mayor en edad que Uta, hace varios años había sacado una pelota del mismo color, el premio de esa niña fue un vibrador, recordaba claramente la cara de la menor cuando tuvo el premio en las manos por lo que rápidamente con un rubor desvío la mirada.
---¡Un viaje todo pagado a las mejores aguas termales! Dos noches y tres días con todo incluido para dos personas---- pero cuando dijo aquello el hombre se sintió un poco mejor, aunque extrañamente decepcionado.
Por primera vez no le pareció un premio tan estúpido.
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I'm hanging in your hands.
Hayran KurguLa vida de Shanks no va más que cuesta abajo desde un accidente que sufrió en el trabajo donde rescató a un niño de unos secuestradores. Pareciera que la misma vida, que Dios o cualquier deidad se niegan a que sea feliz, sin embargo su hija Uta, sab...