Eran pasada las nueve de la noche de ese fatídico día, donde juro no volver a escribirle, pero (hecha la ley, hecha la trampa) pudo evadir su juramento improvisando con su guitarra herida, cómplice del dolor con el tono triste de un Si menor:
"Ven, que la lluvia no es excusa, ven..Haz un eclipse total entre mi alma y tu piel.Ven, que esta lluvia no es excusa, ven...La única lluvia la he creado yo, suplicando por su amor.Ven, calma mi ansiedad con tu miel,funde mis labios en tu fuente y hazme desvanecer.Ven... "
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Vehemencia Poética
RomanceCada página es un poema, una historia, un sentimiento...o miles.