IV - Partido difícil

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En el club parisino estaban nerviosos. Llevaban toda la semana entrenando intensamente. En dos días tendría lugar el esperado encuentro entre el Al-Nssr y el PSG, dos clubes de muy alto nivel.

La afición estaban como locos, no sólo se enfrentarían dos clubes importantes. Sinó dos jugadores importantes, Leo Messi y Cristiano Ronaldo, los mejores del mundo.

Otro motivo más de preocupación para el PSG, un partido con el portugués cerca significava muchos goles.

Desde el club árabe estaban igual. ¿Quién en su sano juicio no estaría muerto de miedo por jugar contra una de las mejores plantillas del mundo?

Es decir: Messi, Neymar, Mbappé, Marquinhos... En fin.

Pero intentaron no dejarse intimidar. El partido sólo sería un amistoso, pero obviamente querían ganarlo. Le daría muy buena fama al club.

Algo les daba seguridad, la estrella del equipo, su pieza clave. Confiaban en que Cristiano Ronaldo aportaría mucho a ese encuentro, como en todos los que jugaba.

El moreno, por su parte, estaba nervioso también, pero no por el equipo contra el que jugaría, exactamente.

Sinó por un jugador en específico.

Puede que... Cierto argentino de no más de metro setenta no hubiera parado de aparecer en la cabeza del número siete desde hace una semana.

Messi:

Lionel aparcó su coche en la entrada del Parque de los Príncipes y levantó su muñeca para mirar la hora.

Todavía quedaba una hora para el partido.

El argentino entró al estadio, y se dirigió a los vestuarios. Allí estaban ya la mayoría de sus compañeros. Se sorprendió bastante.

Dios, re puntuales son.

Los chicos hablaban entre ellos, riendo y haciendo alguna que otra broma.
Todos lo saludaron en cuanto lo vieron.

Messi se vistió, y se unió a la conversación de los demás.

Estuvieron un largo rato así, se les pasó el tiempo volando.

Ya sólo quedaban diez minutos para el partido.

Todos se fueron de los vestuarios, para dirigirse al campo. Su entrenador les dio una pequeña charla de motivación, y se colocaron en fila.

Los jugadores del Al-Nssr, en fila también, se paraban para saludar a sus rivales, uno por uno.

Después se sortearon los campos, y todos los hombres se colocaron en sus respectivas posiciones.

El sonido del silbato se escuchó, dando comienzo a este esperado encuentro.

Leo estaba un poco nervioso, había que admitirlo. Pero confiaba plenamente en su equipo.

El partido comenzó tranquilo, únicamente pases entre compañeros.

Pero no duró mucho, en el minuto 10, Talisca se hizo con la pelota, y se la pasó a Cristiano Ronaldo.

Éste echó a correr, regateó, encaró a portería y...

-Que paradón, señoras y señores, ¡Qué parada de Donnarumma!-.

Todo el equipo sonrió orgulloso ante la espectacular parada de su portero.

Pero parece que Cristiano tenía muchas ganas marcar, ya que solo tres minutos más tarde, en el trece, lo volvió a intentar. Y esta vez no falló.

Qué pelotudo, vaya golazo metió.

Exactamente lo mismo volvió a suceder después, dos goles más. Y a qué no sabéis de quién.

-¡Gooooooool, goooooool, gooooool, gol de Cristiano Ronaldo!

-¡Uno, dos, y tres! Hat-trick para el astro portugués.

Los del PSG escuchaban los vítores de la afición algo molestos. Pero no os preocupéis, no iban a dejarse ganar tan fácilmente.

El sonido del silbato sonó nuevamente, indicando la media parte.

Los del equipo parisino se fueron a los vestuarios nerviosos. El capitán no tardó en hablar:

-Qué está pasando, chicos? La afición confía en nosotros, y les estamos fallando.

Varios jugadores le dieron la razón.

Messi chasqueó la lengua. Pensaba remontar, y a lo grande.

El descanso acabó, y los jugadores volvieron a salir a la cancha. Esta vez, dispuestos a ganar.

Los rivales, por otra parte, estaban felices. Pero uno más: El goleador del partido sonreía con satisfacción.

Al verlo, las ganas de ganar de Leo aumentaron.

Cristiano, al ver que el argentino tenía los ojos puestos en él, le guiñó un ojo.

Ese gesto dejó a Lionel confundido, se giró al instante para intentar disimular. Se sonrojó un poco, y sintió una sensación extraña en el estómago.

¿Pero qué carajo me pasa? Tenés que ganarle Leo, no te distraigas.

El árbitro hizo sonar el silbato de nuevo, dando comienzo a la segunda parte.

A los pocos segundos, Mbappé robó la pelota. Salió disparado hacia la portería rival como una bala, con su objetivo bien claro.

Kylian Mbappé es un peligro cuando activa el turbo, y eso es lo que acababa de hacer. Al-Nssr, amárrense los cinturones.

El francés se quitó de encima a toda la defensa, regateando, y marcó un gol.

Todos corrieron a felicitarlo.

Dos minutos después, llegó el turno de Messi. Anotó un gol. Y más tarde, dos más. Realizó un hat-trick.

***

Minuto ochenta y seis, Messi iba a por el cuarto. Corría y corría, regateando de manera extraordinaria, y con Cristiano Ronaldo pisándole los talones para intentar robarle el balón.

No lo consiguió. Ni los defensas tampoco.

Lionel iba a encarar a portería, cuando un rival se le cruzó de manera agresiva.

El acto provocó que Leo cayese hacia atrás, encima de Cristiano, quedando sentado sobre él.

Seguía en shock, hasta que pudo reaccionar, y se giró para ver que estaba pasando.

Entonces, tuvo un Déjà vu:

***
¿De qué creéis que se acuerda?
¿Os está gustando? 😊😊


Viejos amigos - Cristiano Ronaldo x MessiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora