Capítulo 20 No te ahogues por lo que paso en verano si ya es invierno

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Hermione daba vueltas de un lado para otra en la sala de estar de su apartamento, cada tanto se detenía a mirar por la pared de vidrio que le daba una hermosa vista, siempre se sentía atraída por el increíble paisaje de los muelles de Coal Harbour, las montañas de la costa Norte y el parque Stanley. Y no era para menos pues vivía en un penthouse en el corazón de Vancouver, ubicado en lo más alto de la lujosa torre Fairmont Pacific Rim, con 6.400 pies cuadrados, cuatro baños, cinco habitaciones y una de las terrazas con la vista más envidiable de toda la ciudad. A Harry le había costado cerca de cien mil galeones pero no lo pensó ni dos veces en cuanto vio como su amiga se había enamorado de la vista que ofrecía la terraza, pues justo cuando les mostraban el apartamento el sol se estaba ocultando dando paso a un hermoso atardecer. Al chico le había bastado esa pequeña sonrisa por parte de su amiga para animarse a comprarlo, después de todo tenia meses que no la había visto sonreír.

Hermione acaricio su copa que sostenía en un mano izquierda, ya habían pasado cuatro largos años y aun no conseguía el valor para regresar, sabia que tan solo retrasaba lo inevitable, pero regresar significaba muchas cosas, ver a la familia Weasley, aquella familia que durante muchos años la acogió en su casa como un miembro mas y que ahora muy seguramente creían que Harry había dejado a Ginny por causa de ella. A un no podía perdonarse eso, si ella no hubiera actuado como maniática psicópata Harry no habría tenido la necesidad de sacarla del país y romper su compromiso. Pero lo que realmente le doblaba las rodillas era saber que se toparía con Draco, eso era un hecho, sabia que el también seria un invitado más al cual no le perdonarían su ausencia.

Suspiro mientras se abrazaba a si misma, no entendía como todo le había salido tan mal, si bien profesionalmente había rebasado sus expectativas al ser miembro vital del Wizengamot, lo cual le daba como ingreso una suma escandalosa de galeones de oro cada mes, suficientes como para vivir cómodamente por años, por lo cual el 50% de sus ingresos iban a parar a los fondos de estudios mágicos para los niños huérfanos o de bajos recursos que no podían pagar su educación en Hogwarts, un 20% iba a parar a la bóveda de su hija en Gringotts, 10% a su bóveda personal y el resto lo ocupaba para sus gastos. Como madre no podía pedir más, su pequeña Jane era su verdadero tesoro, era una niña sumamente inteligente, a sus escasos tres años acababa de aprender a leer, le gustaba dibujar y si bien tenía un carácter caprichoso y altanero como el de su padre también era muy tierna y cariñosa.

Pero simplemente como mujer se sentía hecha un desastre, no había puesto sus ojos sobre ningún hombre y no permitía que ninguno se le acercara, y contrariamente a lo que todo el mundo especulaba o aseguraba, ella no tenia ningún tipo de relación amorosa con Harry, era verdad que ella daría su vida por el y viceversa, se tenían un enorme cariño, un cariño de amigos, de hermanos, un cariño que había sido forjado en el miedo, en el peligro, en la soledad y en la locura, un cariño que constantemente era demostrado y que siempre todos mal interpretaban. A esto se debía a que no se dejara fotografiar junto a Harry, no quería echarle mas leña al fuego y porque le gustaba mantener su vida personal al margen de la prensa, una sola foto de su pequeña cuando tenia pocos meses de nacida había logrado publicarse en el Profeta Mundial, gracias a Merlín su hija posaba dormida pues de no haber sido así esos ojos precios que la niña tenia habrían logrado levantar muchas dudas o sospechas en la comunidad mágica.

Lo que más temor le causaba era estar frente a frente con Draco Malfoy y confirmar que aun lo amaba de la misma forma como aquella noche de primavera en que se entregara a el en cuerpo y alma.

-¿Sabes por que hay flores que solo duran un verano? - la voz de Harry la saco de sus pensamientos, el moreno tenia varios minutos observándola desde las escaleras, fue y tomo asiento en un sillón cerca de ella y le hizo una seña para que se sentara junto a el.

Ella negó con la cabeza y fue a sentarse junto a el, Harry estiro su brazo izquierdo para atraerla hacia el y abrazarla, la pobre temblaba - Porque la vida es así, porque los ayeres jamás podrán convertirse en mañanas - le hablo con voz suave, el jamás cuestionaba las decisiones de su amiga, pero le dolía ver como ella misma se atormentaba por las malas decisiones de su pasado.

-Querrá quitármela - confeso su mayor temor la castaña.

-No lo permitiré - le contesto muy seguro Harry, el jamás dejaría que la pequeña niña que ahora tomaba su siesta fuera separada de su madre.

-No solo a Jane y a el afectaron mis decisiones, también a ti Harry, perdiste al amor de tu vida por causa mía - se reprocho una vez mas ella mientras comenzaba a llorar.

- No te ahogues por lo que paso en verano si ya es invierno - le dijo este mientras la abrazaba fuertemente - ahora date prisa, Jane no tardara en despertar y el traslador en el Ministerio ya esta listo.

Esa noche en Paris

-¿En verdad crees que vengan? - una hermosa mujer de cabellera negra y esbelto cuerpo se abrazaba al pecho fornido de su futuro prometido.

-No lo se - contesto sinceramente este, sabia lo que significaba para su amiga tener que asistir y de cierta forma se sentía culpable por ponerla en esa encrucijada.

En ese momento una lechuza marrón entraba por la ventana que estaba frente a ellos, en sus patas cargaba el diario vespertino del Profeta, se detuvo cerca de la chica, esta tomo el diario y le coloco unas monedas sobre el costalito que la lechuza cargaba amarrado en su pata izquierda. La joven desenvolvió el diario y abrió como platos sus ojos al leer la notica que abarcaba la primera plana.

-Ron, mira - le tendió el periódico a su prometido.

El primer gran titular que se veía decía "La familia Potter hace su primer acto de presencia en familia al arribar por una de las salas exclusivas que tienen como destino los trasladores en el Ministerio de Paris" bajo el titular se mostraba como iban apareciendo, Harry sonriendo con lo que parecía una hija en sus brazos dormida y cubierta con una cobija y tomada de su mano derecha aparecía Hermione. Ambos con gafas negras, jeans y cazadoras a juego, parecía la imagen de un hermoso cuadro familiar.

La nota decía: Tras varios intentos de capturar a la familia Potter por fin el periodismo de Paris logra lo que en Toronto no consiguieron, una foto de una de las familias mas poderosas del mundo Mágico y no solo por los montones de oro que esta familia tiene seguramente en sus cuentas bancarias, si no porque no olvidemos que la señora Potter es miembro del Wizengamot y el mismos señor Potter es jefe del el departamento de aurores del ministerio que rige todo América. La afamada familia hace acto de presencia en Paris seguramente para asistir a lo que se considera será el evento del año, el tan esperado compromiso entre el empresario dueño de las tan prestigiosas tiendas "Sortilegios Weasley y perteneciente al trio dorado, el joven Ronald Weasley y la hermosa modelo y talentosa diseñadora considerada una de las 10 mujeres mas influyentes de los últimos años, la señorita Pansy Parkinson.

Ron torció los ojos al leer lo exagerada que podía ser la prensa, el era de las pocas personas que sabia la verdad, volteo a ver a su novia que seguía callada. - Si vendrán

Pansy se quedo helada al saberlo, no es que fuera egoísta, sabia que eran los mejores amigos de su Ron, y que tarde o temprano los vería, de hecho se le hacia raro que Ron nunca la invitara cuando viajaba a Toronto a visitar a sus amigos, o el hecho de que ellos jamás lo visitaran, pero deseaba con todo su corazón que su amigo del alma Draco no tuviera que volver a ver a Hermione, ella y Draco eran confidentes desde que eran muy niños y sabia el amor que el rubio le profetizaba en silencio a la castaña. Sabia que seria muy doloroso para su amigo ver a Hermione con su esposo e hija, aunque para ser sincera no entendía porque los Potter actuaban de esa manera, tan sigilosa.

A tres habitaciones de ahí.

Una pelirroja lloraba en silencio mientras contemplaba la fotografía del profeta vespertino que recibiera a penas unos segundos atrás.

"La regla es, no enamorarse Malfoy" #DramioneawardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora