VI - De compras

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Ya sólo quedan cuatro días para la entrega del Balón de Oro, y todos estaban muertos de nervios.

Cristiano se encontraba en su departamento, solo, pasando el rato.

Se acordó de algo: Todavía no tenía que ponerse para ir la gala.
Tenía que ir de compras urgentemente.

Tampoco tenía hermanos, ni ningún familiar aquí que pudiese acompañarlo.

Pensó en a quien pedirle que lo acompañara, y enseguida se le ocurrió.
Uno sonrisa tonta apareció en su rostro solo de pensar en él.

Messi:

Leo estaba en la cocina de su departamento, preparándose un café.

De repente escuchó su teléfono sonar, indicando una llamada. Se dirigió al salón para ver de quién se trataba, y cuando cogió su móvil un número desconocido apareció en la pantalla.

Tuvo curiosidad, así que decidió contestar.

-Hola, ¿Quién habla? -Preguntó con curiosidad-.

-¿No me tienes agregado? Me ofendes.

Una sonrisa tonta se formó en su rostro al reconocer aquella voz que tanto le gustaba.

-Hombre, Cristiano... ¿Cómo andas?

-Bien, bien, pero quiero proponerte algo.

-Te escucho...

-Verás, tenemos que asistir a una gala en sólo cuatro días, y yo todavía no tengo que ponerme. Te gustaría acompañarme a comprar algo?

Messi se tapó la boca con la mano, para intentar disimular los grititos de emoción que estaba pegando.

-Pues estás de suerte, yo tampoco sé que me pondré. Vení por mí en media hora, ¿Sí? -Leo sonrió, aún sabiendo que el otro no podía verlo-.

-Ahí estaré. Hasta luego, lindo -Leo había descubierto que Cristiano era la única persona capaz de hacerlo sonrojar con sólo un par de palabras-.

Colgaron la llamada. Messi corrió a su habitación para prepararse, pues todavía seguía en pijama.

Cuando acabó se dirigió al baño, se retocó el pelo y se echó desodorante.
Después fue al salón a esperar.

Unos minutos después pudo escuchar el pitido de un coche, supuso que Cristiano había llegado, así que salió.

En efecto, ahí estaba. Abrió la puerta del copiloto y subió.

-Buenos días -Cristiano le recibió sonriente-.

Al verlo, Leo no pudo evitar sonreír también.

-Buen día.

El caminó transcurrió en silencio. Un silencio bastante tenso, por cierto. Parecía que los dos querían decir algo, pero ninguno se atrevía.

Por fin llegaron al centro comercial. Después de hacerse algunas fotos con los fans, fueron a una cafetería a tomar algo.

Los dieron una mesa bastante resguardada, por suerte. Nadie los vería.

Los dos estaban muy a gusto juntos. Pero a Leo una duda lo mataba.

-Oye, Cris... Estamos teniendo... -Hizo una pausa y tragó saliva- ¿Una cita?

El moreno sonrió de lado al escucharle, y se inclinó levemente hacia él.

-Depende... ¿Te gustaría que así fuera?

Leo se relamió los labios, pensativo. La verdad, no lo sabía. Cristiano era... muy diferente con él, a comparación de con otra gente.

-Pues... Sí, creo que sí -El menor sonrió y miró al otro-.

Cristiano sonrió también, satisfecho. Miró a Messi a los ojos. No se atrevían a decir nada más, pero ya sabéis lo que dicen... Una mirada dice más que mil palabras.

Ninguno sabía que les pasaba, pero sí sabían una cosa: Los viejos amigos no se miran así...

***
-Leo, no pienso comprarme esto.

-¿Porqué no?

-No me queda bien...

-Vamos hombre. Salí, dejá que te vea.

Hace más de cuarenta minutos que estaban en la misma tienda de ropa, pero nada les había convencido.

Al final, le pidieron consejo a la dependienta, y ésta les dio dos trajes para que se los probaran.

A Messi, le encantó el primero que se puso, y decidió comprarlo. Era granate, con detalles en negro.

Pero Cristiano se había encerrado en un cambiador para ponerse el suyo, y se negaba a salir.

-Por favor... Quiero verte -Leo hizo un puchero-.

-Está bien, ya salgo... Pero no te rías.

Ay, Diosito.

Cristiano abrió la cortina del cambiador, dejándose ver. Él había optado por algo mucho más sencillo: Todo de negro.

Los pantalones eran algo ajustados, y resaltaban a la perfección sus trabajadas piernas, los muslos sobre todo.

Por otra parte, la leve transparencia de la camisa dejaba entrever sus también trabajadas abdominales.

Messi se mordió el labio inferior con fuerza al verlo así, tan sexy...

-Emm... ¿Qué te parece? -Preguntó Cristiano rascándose la nuca, nervioso-.

-¿Qué no te queda bien? -Preguntó perplejo el argentino- ¿Me tomas el pelo?

El mayor río:
-Me lo tomaré como un cumplido.

Leo se ruborizó. Amcompañó a Cristiano a pagar el traje, y ambos volvieron al coche.

Cristiano puso algo de música, y condujo concentrado.

-Cris... -Leo habló-.

-¿Sí? -Contestó el otro sin mirarle-.

-Esto... ¿Querrás venir conmigo a la gala? -Preguntó algo nervioso-.

El mayor se giró hacia él y le dedicó una sonrisa.
-Por supuesto, no pensé que tardarías tanto en preguntar -Le guiñó un ojo-.

Messi volvió a sonreír como un tonto. No entendía porqué, pero siempre que estaba cerca de Cristiano, lo hacía mucho.

A partir de ahí ninguno habló, Cristiano dejó a Leo en su casa y se fue, después de despedirse con un beso en la mejilla.

***
¿Que les pasa a estos dos? ✨✨

#Theloveisintheair jajajaja

Viejos amigos - Cristiano Ronaldo x MessiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora