Todo el público contuvo la respiración. Todos estaban en silencio, expectantes. Esperando a que llegara el gran momento, a que nombraran al ganador.
—¡Lionel Messi! Enhorabuena, ¡suba al escenario, por favor!
Todos se giraron para mirarlo. El argentino no se levantó, supongo que la alegría le impedía reaccionar. Entonces Cristiano le sonrió cálidamente y lo empujó suavemente con la mano.
—Vamos, Leo. Sube, te lo mereces.
Messi se levantó y se dirigió al escenario. A medida que subía escalones, respiraba profundamente.
"¿Qué carajo voy a hacer? ¡No preparé ningún discurso!"
Pensó que improvisaría algo. Abriría su corazón y hablaría desde él. Sería fácil. Se colocó detrás de la mesa alta. Acarició el trofeo, lo besó. Ya iban ocho, estaba más que feliz.
—¿Nos concederías unas palabras, Lionel? —preguntó el presentador—.
—Faltaría más.
Leo se aclaró la garganta y habló:
—En primer lugar, quiero agradecerle a toda la afición que nos está viendo desde casa, nada de esto sería posible sin ustedes. En segundo lugar, dar las gracias a todos mis compañeros de equipo, a los entrenadores y al staff, que me brindan la oportunidad de seguir aprendiendo cada día. También a varias personas muy especiales para mí, gracias por su apoyo incondicional. Y, por último, felicidades a todos los demás futbolistas que están hoy aquí, no se rindan nunca. Puede que no hayan ganado hoy, pero habrán muchas más oportunidades, créanme. Valen mucho.
Leo no pudo evitar mirar de reojo a Cristiano al decir esto último, y él le sonrió.
—Muchísimas gracias —finalizó agachando la cabeza para despedirse—.
Toda la sala estalló en vítores y aplausos hacia el argentino, el cual sonrió feliz y volvió a su asiento.
—Enhorabuena —dijo el portugués sin mirarlo. Volvió a posar la mano en el muslo de Leo, lo que hizo que este volviera a tensarse—.
Cristiano sonrió de lado al notarlo. Era inevitable. Un simple e inocente contacto como ese causaba en Messi más cosas de las que le gustaría admitir. ¿Qué le estaba pasando?
***
Se entregaron varios premios más y la gala terminó. Pero, por supuesto, la noche de los futbolistas no lo hizo. Compañeros de equipo, selección, y otros que no se conocían de nada, saldrían juntos de fiesta.
Neymar vino junto a Messi para preguntarle si quería venir también, a lo que él aceptó gustoso. El brasileño no se había percatado de que Cristiano estaba también ahí, y cuando lo hizo, lo miró mal.
Se dispuso a irse, pero su mejor amigo se lo impidió con la mirada. Le hizo un gesto con la cabeza que Neymar comprendió enseguida.
—Hombre, Cristiano... estás aquí. Esto... —se aclaró la garganta—. ¿Querrás venir también? —dijo fastidiado—.
—Claro, muchas gracias —sonrió forzosamente el portugués—.
Neymar asintió y se fue, y Leo, que seguía serio hasta ahora, no pudo contener más su risa.
—¿Qué es lo que te hace tanta gracia? —el mayor lo miró miraba con una ceja alzada—.
—¿Qué le hiciste a Ney? No viste como te miró...
—¿"Ney"? —Cristiano alzo una ceja—. ¿Y has visto como te mira él a ti?
—Claro, es mi mejor amigo.
—Sí, claro... —comentó para irse, ignorando al argentino—.
Leo lo siguió, riéndose por lo bajo. Cuando alcanzó a Cristiano, el cual ya estaba fuera del edificio, se acercó sigilosamente a él por detrás. Posó las manos sobre sus hombros, se puso de puntillas y se acercó a su oído.
—No estarás celoso, ¿no? —le susurró, haciendo que el vello del otro se erizara—.
—Ni en tus mejores sueños.
"¿Qué si estoy celoso? Maldito brasileño guaperas..."
—Ah, vale. Pues me voy a la fiesta. Iré a pedirle a Ney que me lleve... —Leo suspiró y se giró despacio, mirando de reojo al otro—.
Cuando iba a irse, Cristiano lo agarró del brazo y lo giró hacia él.
—Está bien, un poco. Deja que te lleve...
Leo sonrió.
—Vale.
Los dos fueron al coche, Cristiano condujo hasta la discoteca en la que habían quedado. Cuando llegaron, aparcó, bajaron y entraron al local. Pasaron directamente al reservado, consiguieron no ser vistos.
Ya en el reservado ambos saludaron a varias personas y fueron a la barra a buscar algo para beber.
No tomaron nada con alcohol, ya que sus entrenadores no se lo permitían. Pero bueno, en realidad, no lo necesitaban para divertirse.
Después se separaron, ambos fueron a charlar con sus amigos, a los cuales no les importó tanto la prohibición de sus entrenadores. Casi todos estaban ebrios.
Messi estaba sentado con Neymar, Kylian y Donnarumma. Los dos últimos estaban peleando cual niños pequeños por algo que Leo no logró entender, así que él solo hablaba con su mejor amigo.
Reían y bromeaban muy a gusto, hasta que pudo sentir la mirada de alguien clavada en él.
Se sintió incómodo y se levantó del sillón.
—Ney, voy a bailar. Ya me aburrí.
—Vale. Te acompañaría, pero no creo que sea capaz de mantenerme en pie —rio su amigo—.
Él rio también y fue a la pista de baile. Bailó solo, tranquilo y a su ritmo. De repente sintió a alguien colocarse detrás suyo y poner las manos sobre sus caderas de forma posesiva.
No pensaba admitirlo en voz alta, pero reconoció enseguida a la persona de detrás suyo por su inconfundible tacto, sobre todo por lo bien que se sentía. El de atrás se pegó más al argentino, haciéndolo consciente del bulto en su pantalón.
"La puta madre..."
Después se acercó a su oído y le susurró:
—Lionel, ya no aguanto más. Vámonos, te lo ruego... Te necesito.
***
Ahhhhhh 🥴🥴.¿Os está gustando?
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Viejos amigos - Cristiano Ronaldo x Leo Messi
FanfictionAnte las cámaras, el crack portugués y el rey del fútbol solo son antiguos rivales, viejos amigos. En la intimidad, puede que sean algo más... Al menos, hacen cosas que unos simples viejos amigos no harían. ¿Quieres descubrir cómo llegaron a esto? *...