Quería ser visto realmente por ti,

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Su gran propuesta fue que se reunieran en el restaurante que está a unas calles de su casa, los cuatro juntos.

Sí, Jimin y Yoongi otra vez los acompañarían. Y pese a que el rubio aún se siente secretamente enojado por lo que pasó en el taller de música, su mejor opción es ir con él para no perder tanto tiempo.

Aunque la urgencia que tenía de separar a Jungkook de Taehyung parecía cada vez más lejana.

Es decir, aún no le agrada del todo su futuro noviazgo, le da repelús el solo hecho de verlos siendo cursis entre ellos, pero la necesidad de intervenir en su relación ya no está tan presente en él.

Y hasta ese punto, a Taehyung tampoco se le hace extraño ver que esos dos llegan juntos al restaurante. O tal vez eso era porque estaba a punto de desmayarse en su mesa.

Jimin y Yoongi fueron hacia él para tratar de calmarlo —más el primero que el segundo—, hasta que un mensaje entrante lo pone peor.

Jungkookie💜

TaeTae... no creo poder ir hoy, me siento muy enfermo

Lo siento mucho...

Y luego de eso venía un sinfín de excusas como que le había dado gripe porque no se había abrigado lo suficiente de camino a su casa ese día.

Al menos así era para Jimin. Porque es verdad que al estar a finales de octubre, el invierno ya quería hacer acto de presencia con los retazos de viento que lanzaba, pero uno no se enfermaba tan gravemente de un momento a otro.

Sin embargo, se abstuvo de hacer esa observación.

—Es mejor que ya nos vayamos.

Yoongi no tenía la intención de sonar tan frío, pero era cierto. No había nada más que hacer ahí. Aunque claro, eso también le pareció extraño viniendo de un chico que casi nunca se enfermaba. Ya luego hablaría con Jungkook.

—No, no —replica Taehyung enseguida, con las lágrimas bordeando sus ojos cafés—. Ya los hice venir hasta aquí, al menos disfrutemos de la comida.

Jimin y Yoongi se miran por unos instantes, pero igual aceptan quedarse con un ligero asentimiento de parte de cada uno.

—Entonces... me disculparán por un rato, necesito... —Taehyung da un parpadeo, mientras les muestra una débil sonrisa—. Necesito ir al baño.

Se levanta de su asiento, sin ni siquiera prestarle atención a su celular. Lo último que quería era mirarlo en ese momento.

—Debes estar feliz —dice Yoongi apenas Taehyung desaparece de su vista.

Jimin frunce el ceño ante sus palabras.

—¿A qué te refieres?

—A que Taehyung al final no pudo declararse a Jungkook. —Yoongi parecía acusarlo con la mirada—. Así que todo sigue marchando como lo planeaste.

Jimin se esfuerza en no mostrarse ofendido.

—Aunque no lo creas, no lo estoy disfrutando en absoluto —le contesta a la defensiva—. Sé lo difícil que es para él toda esta situación.

—¿Que alguien pueda rechazarlo? —pregunta Yoongi con cierta ironía—. Sobrevivirá, créeme.

Jimin rodó los ojos. Cuando no el idiota centrándose en él mismo.

—Ahí donde lo ves, TaeTae es muy inseguro consigo mismo. Incluso se tardó años en poder confesarle a sus padres que también le gustan los hombres. Temió decepcionarlos. A ellos, a la pareja que desborda libertad por todos lados, a quienes me llenaron de abrazos cuando les dije que soy gay a los 13 años. —De acuerdo, esa última información se la pudo haber reservado. Se pudo haber reservado todo eso en realidad—. ¿Te imaginas la magnitud de su problema? —continuó de igual modo.

Yoongi estaba aturdido. No sabía desde qué dato en específico.

—Pero... ¿por qué?

Jimin se encogió de hombros. No podía parar de hablar.

—Cada uno tiene sus propios miedos. Por más absurdos que parezcan, no dejan de ser importantes para quienes viven con ellos día con día.

Yoongi abrió sus ojos de par en par. Era la segunda vez que Jimin dejaba escapar, sin ningún tipo de disfraz de por medio, un pensamiento que parecía ser realmente suyo.

Tal vez por eso no se frenó en decir lo siguiente:

—A mí realmente no me importa cómo sea o luzca la persona que me guste, pero estoy seguro que a mi abuela le da un ataque si se entera de que es un hombre.

Jimin parpadeó en su sitio, no esperando a que Yoongi mencionara otra vez a su abuela y se abriera de esa forma con él. Tampoco pudo ignorar a esa parte suya que saltó de emoción.

—A mi padre igual, así que supongo que comparto el sentimiento.

«Jimin, ya cállate», pero esa voz en su cabeza volvió a imperar en él.

—Por suerte tienes a los señores Kim para apoyarte.

Aunque unas simples palabras siempre podrían contra esta. Jimin lo descubrió al no lograr contener una sonrisa.

—Lo sé. Ellos no tienen idea de lo mucho que me han ayudado.

Una sonrisa que fue decayendo al pensar en la razón que hubo detrás de esa decisión: Heesoo. No hubiera soportado la idea de decepcionarla si no encontraba a quien más decírselo a esa edad.

—Justo cuando creo que al menos alguien aquí está haciendo avances, solo estás presumiendo de mis papás.

Taehyung se sentó con desgano en su asiento, pero con una divertida sonrisa surcando en sus labios. Adoraba ver cómo Jimin ama a su familia. Casi tanto como ellos lo aman a él.

Jimin negó con la cabeza, avergonzándose de pronto por lo que "avances" significa para su mejor amigo.

—Es que ellos son asombrosos —dijo en su lugar para evadir el tema y sentarse a su costado.

—Eres tan penoso~ —canturreó Taehyung, sintiéndose un poco mejor ahora.

Yoongi se ríe de manera discreta, observando cómo Jimin y Taehyung tontean el uno con el otro mientras esperan a que algún mesero se acerque para pedirles su orden.

Aunque debe admitir que su mirada se queda más tiempo en el rostro sonrosado de Jimin que en el de Taehyung.

•••

Sí, por si quedaba duda y si quieren ponerle una etiqueta, Yoongi es pansexual en esta historia. 

Alianza Equivocada | yoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora