capitulo uno

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Capítulo uno.

Jaemin se despertó por un fuerte dolor de cabeza, como estaba sucediendo desde hacía varios días. Soltando un quejido abrió los ojos y miró a su alrededor, percatandose de que llevaba puesta ropa diferente a la que tenía cuando se durmió en la madrugada. Casi se sintió complacido, pues sabía a quién pertenecían, pero el dolor en todo su cuerpo no se lo permitió. Se acomodó en la cama para estar tapado correctamente con las frazadas y se dijo a sí mismo que quizá dormir un poco más no le vendría mal, ya que, de todas formas, más no podía hacer debido a la fuerte gripe que había contraído una semana atrás.

Murmuró un poco con los ojos cerrados, deseando que jaehyun estuviera allí con él para abrazarlo. Si así fuera, lo más probable sería que lo echara de encima suyo por el malestar físico que tenía, pero tenerlo cerca le daría la seguridad y contención que necesitaba, al menos no estando del todo bien en sus cinco sentidos. Muy a pesar de que podía llegar a costarle admitir ese tipo de sentimientos en voz alta.

El ruido de la puerta de su habitación abriéndose casi lo hizo sonreír. En cambio, se limitó a abrir los ojos y mirar con aprensión al alfa que no estaba del todo seguro cómo había enamorado. Jaehyun era un encanto en todos los y que estuviera allí, cuidándolo, no hacía más que aumentar sus sentimientos hacia él.

-Hey, buenos días. No sabía si estarías despierto pero vine a traerte un té -dijo jaehyun con una pequeña sonrisa, acercándose y dejando la taza en la mesita de noche que estaba al lado de la cama.

-No tengo ganas de tomar eso. Quiero mi café.

Jaehyun río un poco y se sentó a su lado en la cama. Jaemin cerró los ojos cuando le puso una mano en la frente para tomar su temperatura.

-No puedes beber café, cariño.

-Pues tampoco té, entonces -respondió medio en broma y medio en serio. Nunca le había gustado mucho el té, pero según jaemin era indispensable en las gripes, al igual que la sopa, y por eso mismo se sentó y alcanzó la taza.

-No era tan complicado, ¿verdad? A veces resulta más fácil ser un buen omega obediente.

-Lo hago solo porque te tomaste el tiempo de prepararlo -se excusó con un mohín.

Bebió el té con tranquilidad, sin darle mucha importancia a la constante mirada de jaehyun encima de él. No le molestaba en lo absoluto, muy a pesar de que estando engripado probablemente no tenía la mejor imagen, pero se suponía que en un futuro jaehyun lo marcaría y tendría que acostumbrarse a que no siempre se viera bonito, y que de todas formas lo estuviera mirando con ojos llenos de amor... era una verdadera caricia al alma. De a poco se estaba acostumbrando a ser tratado así.

Tiempo atrás no hubiera pensando en lo absoluto que podía llegar a pensar o sentir algo así. Incluso estaba negado a encontrar un alfa que lo quisiera como jaehyun lo hacía, pues creía que no era más que una etapa que se veía al principio de la relación y luego llegaba lo que normalmente se veía en los noviazgos serios entre alfas y omegas: relaciones en las que predominaba el maltrato o la dominación sobre el otro. Sin embargo, en los últimos siete meses, jaehyun había logrado demostrar que no era de tal manera, al menos no con él, y por ello jaemin se sentía capaz de decir que quizá pronto tendría una marca en su cuello. Ciertamente, solo lo detenía el hecho de que a veces le causaba cierto rechazo y pánico pensar que podía estar atado a alguien para toda su vida, a un punto que era irreversible. Le costaba un poco dejar de lado ese tipo de ideas, aunque de a poco iba mejorando.

- ¿Tú no tenías que ir al trabajo? -preguntó cuando acabó de beber el té. Dejó la taza en la mesa de noche y se volvió a tapar hasta el cuello frente a la mirada de jaehyun.

Mordida Equivocada- NOMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora