Por fin conocía de donde provenía aquella sensación de sentirme observada, era ni nada más ni nada menos que ÉL.
HE'S POV
No creo que pueda sorprenderte al decirte que me llamo Aaron Parks. Mi hermana siempre me insiste en que suena sexy, doy gracias a que ella ahora trabaja en Alenania y solo me lo recuerda cuando la llamo desde el locutorio. Vivo en Seattle desde que tengo 8 años, justo cuando mis padres y mi hermano menor, Ryan murieron en un accidente de tráfico. Mi hermana me trajo aquí a vivir, y mientras ella estudiaba me quedaba en casa de una tía que vivía en el apartamento de al lado nuestro.
Hasta los 12 años no supe que era inmortal, ni que yo había sido adoptado. Aleia, mi hermana, venía del mismo lugar que yo, ambos éramos ángeles caidos o más bien expulsados del cielo. Hace un par de meses me desperté en una cama granate, la cual no era la mía. Mi hermana se encontraba sentada al lado de mis piernas y me contó que estaban haciendo un juicio en el que estaba en juego nuestra readmisión como ángeles. Resulta que nos habían echo pruebas, que obviamente no conseguimos superar y volvimos a ser expulsados.#FLASHBACK#
Me desperté adolorido, mis piernas estaban todas raspadas, y sentía un peso descomunal sobre mi espalda. Poco a poco abrí los ojos mientras me incorporaba en el suelo de grava. Logré sentarme, aun sintiendo el peso sobre mi espalda. Miré por encima de mi hombro y inclinandome hacia delante logré visualizar un par de alas negras que caían en el suelo, como la cola de un vestido de novia. Miré detenidamente el espacio que me rodeaba. Definitivamente, era un cementerio. En cuanto acabé de inspeccionar el lugar me percató un movimiento a varios metros delante de mi. Me levanté todo lo rápido que pude, y miré a aquella cosa que se acercaba a mi. Parecía un fantasma, una luz espectral le acompañaba a cada paso que daba. Se posicionó frente a mí y me dio una piedra verde, se podía ver su perfecta estructura, era como un diamante, pero verde. Cogí la piedra preciosa con ambas manos, y para mi sorpresa ésta empezó a brillar y a flotar sobre mis alas mientras se deshacía, haciendose polvo. La luz cesó y vi como el polvo caía sobre las alas, haciendo que estas se expandiesen. Cuando quise preguntarle a aquella cosa que era eso, ya no se encontraba ahí, ahora estaba mi hermana tirada en el suelo, en las mismas condiciones en las cuales me encontraba yo. Se levantó poco a poco mientras extendía sus alas.
Sus alas eran diferentes, eran blancas y a medida que se iban alejando de su espalda se volvían un blanco roto para acabar en un gris ceniza.
Me miró y me dedicó una sonrisa.
-Bien Aaron, entrenemos y acabemos con esto de una vez.
No lo acababa de entender, pero una parte de mí creía que se refería a las alas. Lógicamente no iba a ir por la calle mostrando unas alas negras como el maldito carbón.#FIN DEL FLASHBACK#
Desde mis 8 hasta el día de hoy viví con mi supuesta tía Emily em Seattle , ahora seguía viviendo en Seattle, pero solo desde que cumplí los 16, cuando me regalaron un ático bastante grande. Mi hermana trabajaba y estudiaba en unos grandes laboratorios alemanes, lo que hacía que tubiese suficiente dinero como para permitirse su apartamento y mi gran piso. Me llenaba de comodidades, después de todo me hacia de madre. Empecé la secundaria algo más tarde que los demás, pues no me convencía ningún instituto, hasta que finalmente me decanté por el Grave Yard HS. No he echo toda la secundaria en este instituto, de hecho, me inscribí pasados un par de meses de hace dos cursos. Ahora estaba en el último año. Cuando vine solo quedaba puesto en un clase, que fue la que me asignaron, pero al curso siguiente rehacieron las clases, haciendo que quedase en un grupo totalmente diferente. Y ahí fue cuando me percaté de que aquella chica estaba en el instituto, Alice Foster, nunca olvidaré su nombre.
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HE [ÉL]
Teen FictionNadie sabía su verdadero nombre, le llamaban HE o ÉL. Aquél chico era el más deseado de todo el Grave Yard High School, todas las chicas iban detrás de su ardiente cuerpo y de su fría mirada plateada. Sin embargo, la única chica que conseguía su mir...