"Capitulo 2 "

20 3 1
                                    


“Isaiyak”

«New York, City»
«USSS»
7:46 AM.

—Ya todo está pautado —se levanta Bryant Smith, el jefe del servicio de seguridad de Estados Unidos—. Nuestra única función aquí es proteger el país y al Presidente.

Nos entrega carpetas con nombres y líderes de las mafias más temidas del continente europeo y americano.

—Quiero que observen bien y se anden con cuidado, ya que estarán caminando por un campo minado. Cualquier mínima falla los hará desaparecer del planeta.

—Jefe —habla Karla—, ¿cómo haremos para entrar en la mafia italiana sin que se den cuenta?

—Eso ya está más que listo —responde el jefe con un tono de orgullo—. Mi hombre más listo lo consiguió.

Me sonríe.

—Así que mañana temprano los quiero en el aeropuerto. En cada carpeta está el rol en el que van a destacar cada uno.

—Doy por cerrada la reunión.

—Isaiyak —me llama Karla mientras me levanto de mi asiento—, quería decirte que hoy haremos una pequeña reunión donde cenaremos todos los miembros y quería preguntarte si querías ir.

—No creo que vaya, Karla. Sabes que hay mucho trabajo y yo no dejo nada a medias —digo serio—. Además, todos deberían ponerse a repasar para que no haya ninguna falla en el trabajo. De esto depende el país y el gobierno.

—Ah, bu-bu-bueno, solo era una invitación —dice tragando saliva y mirando hacia la ventana, roja como un tomate.

Camino sin despedirme de nadie, solo quiero hacer mi trabajo, acabar con los hijos de perra que quieren acabar con nuestro gobierno y tomarme unas largas vacaciones en Las Vegas rodeado de mujeres con un cuerpo de infarto.

Muchas horas de trabajo. Acomodando lo que falta, investigando más a fondo la mafia italiana. Algo que conozco como la palma de mi mano, pero siempre se me escapan pequeños detalles, y a mí nunca se me escapa nada.

—Entonces, el tipo es un asesino que se llama Leonardo, pero es alias “el Leo”. Dicen que es un hijo de perra cuando se lo propone y es el peor de todos. Manda a la mafia asiática y latina también. Es como un fantasma que se mueve con su gente sin que el gobierno los vea —dice Luna señalando la pantalla—. Aquí fue donde lo vieron por última vez, estaban en Roma.

Se sienta en la silla. Al igual que ella, todos estamos cansados. Todo el día la hemos pasado trabajando como burros, pero aquí lo que se quiere es resultado, y eso por sí solo no se obtiene.

—Se pueden ir ya, recuerden que tienen que descansar. Mañana es el día más largo de todos —entra Bryant en el salón.

Todos nos levantamos, y cada quien agarra camino a sus casas. Otros se van a cenar, y yo me voy a donde siempre: los callejones. Amo pelear cuerpo a cuerpo, y aunque sea ilegal lo que hago, me gusta este pasatiempo.

Llego, y ya está la gente apostando, putas, alcohol, drogas. Hay de todo aquí, y puedo ser yo mismo aquí y ganar dinero, aunque no me haga falta.

—Benvenuto, è arrivato il nostro serpente più grande —dice en un perfecto italiano.

Me acerco como lo que soy, quitándome mi suéter azul y quedándome solo con mis jeans negros. La gente comienza a gritar, unos al que se hace llamar el tigre, y otros a mí; el tipo es más alto que yo, pero eso no me quita lo maldito, y a la hora de pelear puedo ser un grano en el culo.

Comenzamos a pelear, el tipo tira el primer golpe, yo lo esquivo y le lanzo sin pensarlo en la cara. Él me asesta uno en el estómago, me saca el aire, pero aún así no le doy la oportunidad de que me tome, y me le escabullo, y le doy una patada que le da en la mejilla, y como la maldita serpiente que soy, astuto.

"Cenizas" (Libro Nro¹) (Trigologia Fuego)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora