25. Natalie

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Bajé del escenario con el corazón lleno por los aplausos y el cariño de los presentes
Al hacerlo Kamila corrió hacia mí.

—¡Nat tengo noticias! ¡Damiano ha visto tu actuación y quiere hacer un remake de una de tus canciones con su grupo!
—¿Damiano? ¿Damiano el de Maneskin?
—¡Damiano el de Maneskin! —exclamó y ambas gritamos de alegría y emoción.
—Madre mía... Esto es increíble... —dije.
—¿A qué sí? —dijo una voz sumamente familiar que me hizo girarme.

Al hacerlo, pude ver a Loreen, Ale y Käärijä.
—¡Habéis venido! —exclamé corriendo a abrazarlos a los tres a la vez. —Sois los mejores.
—No nos lo habríamos perdido por nada —dijo Ale.
—Tiene razón —dijo Käärijä.
—Gracias —dije sin soltarlos.
—Nos has dejado boquiabiertos —dijo Loreen. —Ha sido... Un viaje por las emociones... No tengo palabras.
—Gracias. No os esperaba. Me habéis sorprendido...

Comenzamos a dirigirnos al backstage.
—Tengo algo más que decirte, cariño —dijo Kamila.
—¿Qué pasa?
—Em... verás...
—Kam... ¿qué pasa? Me estás asustando —dije girándome hacia ella.
—Natalie... —escuché detrás de mí quedando helada. Antes de girarme tomé la mano de Loreen y la apreté para ser consciente de que lo que sucedía era real.

Loreen asintió levemente y me giré, ante mí estaba ella, mi corazón latía más rápido que nunca y estaba segura de que había comenzado a sudar en frío.

Antes de que m diera cuenta, ella corrió hacia mí y me abrazo con fuerza dejándome completamente helada y paralizada. Pude notar como sollozaba en mi hombro abrazándome con fuerza.

—¿Qué... haces aquí? —musité.
—Siento no haber venido antes... —dijo. Yo me separé de ella y la miré con dolor.
—¿Por qué quieres hacerme daño? —pregunté mientras mis ojos se subrayaban de lágrimas.
—¿Qué? —preguntó ella.
—Cariño, escúchala —me dijo Kamila. —Os han manipulado. A las dos. Las dos sois las víctimas —la miré sin entender y volví mis ojos a los de Zahra.
—No quiero hablar aquí —dije secándome las lágrimas. —Y tampoco ahora. Tú misma lo dijiste Kamila —dije soltando a Zahra. —No debo pedir disculpas por cómo decido arreglar lo que otros rompieron —dije y me alejé rápidamente.

Me metí en mi camerino y respiré durante unos segundos tratando de procesar en vano todo lo que acababa de pasar. Tomé las llaves de uno de los coches y me coloqué un gran abrigo mientras Kamila tocaba en la puerta. Salí por otro lugar, subí al coche y conduje derramando lágrimas incontrolables hasta el apartamento en el que me quedaba.

Aparqué y subí las escaleras de dos en dos debido a la ansiedad que en esos momentos consumía mi cuerpo.

Durante una primera instancia, mientras entraba, nada más cruzar la puerta, me sentí sumamente mal por haberme marchado de ese modo sabiendo que Loreen, Ale y Käärijä habían venido cada uno desde lejos para verme. Pero no podía quedarme. El alma se me rompía por momentos. Necesitaba ese segundo a solas para poder respirar y poner levemente en orden mi cabeza.

Tras unos minutos escuché la puerta. Supuse que sería Kamila.

—Natalie —dijo Loreen entrando junto a Ale y Käärijä.
—Lo siento, no debí irme así. Me agobié y...
—Lo entendemos cariño, no te preocupes —dijo Loreen mientras los tres me abrazaban.
—Deberías escucharla —dijo Ale.
—Vosotros leísteis el mensaje, estabais ahí...
—Os engañaron a las dos —dijo Loreen. —Créeme —añadió con la mano en el pecho.

En ese momento Zahra y Kamila entraron al apartamento.

—Nat... —dijo Zahra. Yo tuve que tomar la mano de Loreen para no caer al suelo.
—No me llames así —pedí tajante.
—Nat, tienes que saber algo —interrumpió Kamila.
—Todo ha sido un malentendido —dijo Zahra.
—Escúchala —me dijo Loreen acariciando mi espalda con cariño.
—Bien —dije y Zahra y yo salimos al balcón del apartamento.
—Natalie... Todo ha sido un terrible... un terrible mal entendido —dijo acercándose a mí y tomando mis manos. —Ha sido el imbecil de Julian, lo ha preparado todo. Nos ha hecho creer cosas que... Lo tenía todo planeado. Siempre creyó que el amor era un obstáculo en mi carrera, sobre todo si este era con otra mujer.

Sus ojos estaban cristalizados. Mi mandíbula temblaba y ni si quiera me di cuenta de cuando comencé a derramar lágrimas.

—No sé de qué estás hablando.
—Natalie, me dijo que Kamila quería que nos separásemos al menos hasta una semana después del concurso para evitar a los paparazzi. Me dijo que tú estabas de acuerdo y... Días después me enseñó esto —dijo mostrándome un artículo falso con unas fotos con mi ex. —Me hizo creer que estabas con él, que me habías engañado... Me compró un pasaje a Canadá y me pidió que desconectara... Cada vez que recordaba ese artículo...
—Esas fotos tienen años —dije.
—Sí lo sé, me lo ha dicho Kamila.
—¿Pensaste que te estaba engañando?
—Me hizo creer muchas cosas. No sé cómo no me di cuenta. Fue tan rápido, tan bien pensado por su parte... No pensé que fuera tan cabrón.
—¿Entonces el mensaje...
—No fuí yo quien lo envió. Ni si quiera sabía dónde estaba mi móvil. Me dijo que sabías que me iría, que estabas de acuerdo.
—No era cierto...
—Ya, ya lo sé... Lo siento, no tendría que haberle creído una palabra.
—No, no es... Tu culpa... Has sido solo una víctima más... ¿Por qué has venido si pensabas que...
—Escuché tu canciones y... Vi los videoclip... Paniculata roja y... Y ese teatro... Supe que significaba algo...

Me acerqué a ella y la abracé con fuerza. Noté como si un nudo se hubiera deshecho en mi pecho. De mis ojos comenzaron a salir lágrimas de nuevo y mi respiración se volvió algo más agitada.

Ella me devolvió el abrazo del mismo modo y también noté como unas lágrimas empapaban mi hombro desnudo debido al vestido que llevaba.

—Nunca quise irme —me dijo.
—Ni yo... Cuando recibí el premio... Te busqué por todas partes...
—No tendría que haberme marchado, mucho menos haber confiado en él. Voy a despedirle... Lo siento por todo el daño que nos ha causado.
—No es culpa tuya... No te mortifiques...
—Natalie...
—Dime.
—¿Qué quieres hacer ahora?
—Lo he pasado tan mal... Joder —dije sincera escondiendo la cabeza en mis manos con los codos apoyados en el balcón. —Te he escrito un álbum...
—"In London, be here
But you're in Paris, and I break down
'Cause it's not fair that you're not around" —dijo repitiendo la primera canción que había cantado.
—No fue muy sutil... —reí levemente.
—No, ciertamente no —rió del mismo modo.
—No quiero perderte ahora que... todo está aclarado... Me gustaría poder empezar de nuevo.
—Encantada, soy La Zarra, Francia, aunque puedes llamarme Zahra. ¿Tú eres...? —rió tendiéndome la mano.
—Encantada Zahra, soy Natalie, Inglaterra. Es un placer conocerte —reí también.

FLOWERS IN THE BACKSTAGE (La Zarra)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora