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Miré para todos lados, no había nadie mirando, creí haber visto una sombra negra vigilándome, pero me parece que fue sólo una ilusión óptica, ¿o no? Volví a mi plato con confusión y comenzé a comer, me encanta la pizza de Fugazzeta.

Estaba sumergida pensando en que podría estar pasando cuando noté que Juan y Jesús me miraban y después miraban sobre mí y repetían en patrón con la boca abierta.

—¿Que?— Me dí la vuelta, atrás estaba Gustavo mirándome con una sonrisa.

—Hola Viky.— Dijo mientras se agachaba a mi altura y me daba un beso en la mejilla. —¿Qué hacés acá? ¿Sabías que íbamos a tocar acá? Creí que nadie sabía.

—Hola Gus, no, no me había enterado de eso, estoy comiendo con mis amigos nada más.— Dije y los apunté. —¡Pero que bueno que los voy a escuchar tocar che!, no me avisaste nada. . .— Dije haciéndome la dolida.

El rió —Perdón, es que no quería que nadie se enterada, para que nos conozca más gente.

—Claro.— Le dí un sorbo a mi gaseosa.

—¿No te enojaste no?

—No seas tonto, Gustavo, ¿Cómo me voy a enojar por una boludez así?

El y yo reíamos. De repente llegó un chico de pelo castaño y ojos verdes a hablarle a Gustavo.

—Gustavo, no podes andar ligando antes del show, tenemos que ir.— Yo me estaba empezando a tentar.

—Es una amiga mía pelotudo, ¿alguna vez me has visto ligar antes de un show Charly?— Dijo poniendo los ojos en blanco.

El otro chico subió una sola ceja como forma de "Si, te eh visto".

Y ahora llegó otro pibe a hablarles a los dos.

—Chicos, no discutan, tenemos que subir.— Dijo el otro chico.

—Si, hagámosle caso a Zeta, ya nos toca hacer la prueba de sonido.— Dijo el de ojos verdes.

—Bueno, chau Vic, espero que te guste como tocamos.— Dijo guiñandome el ojo para después irse atrás del escenario.

—¿Sos amiga del cantante de soda?. . .— Dijo Jesús haciéndome girar la cabeza para verlo.

—Si, nos conocimos hace. . . Cuatro días más o menos.— Dije sonriendo.

—Tenía razón.— Dijo Juan.

—¿En que?

—A vos si que te gustan los caramelitos ¿eh?— Dijo mientras reía. —Siempre son re "dulcesitos" los que te gustan a vos.— Dijo mientras se secaba las lagrimas de risa.

—Andate a la mierda Juan Pablo.

Se escuchó como anunciaban que la banda de Gustavo iba a entrar en acción. Cantaba increíble, tocaban increíble, de vez en cuando Gustavo me miraba mientras me sonreía o me hacía caras raras para intentar hacerme reír. Los otros dos chicos lo miraban a Gustavo, miraban al público y después clavaban la vista en mí o en sus instrumentos.

Juan y Jesús cantaban y me miraban con diversión.

Terminaron de tocar y Gustavo fue directo hasta mí con sus dos amigos.

—Ey, ¿Vos sos la amiguita de Gustavo?— Dijo el bajista.

—Si, me llamo Victoria, Vic.— Dije sonriente.

—Bueno, yo soy Zeta, el es Charly, y bueno, ya comocés a el boludo de Gus.

—¡Ey! Cuidadito eh.— Dijo Gus mientras lo abrazaba por el hombro, le tiraba un tincaso en la oreja y reía.

—Hola Gus.— Dije parándome de la silla y abrazandolo. —Tocaron muy bien, me encantó. Creo que tengo la necesidad de comprar su CD ahora.

El me sonrió algo sonrojado y miró al piso. —Muchas gracias Viky, tendrías que venir a el próximo ensayo, es mañana, nosotros practicamos en el quincho de la familia de Gabriel, el que está en un campito a veinte minutitos de la ciudad, ese mismo.

—¡Si! Es un muy lindo quincho, ahí fuimos por mis quince. Me encantaría ir a su ensayo, ¿Vinieron todos juntos de viaje?

—Si, vamos a dar un par de shows más, así que podrías venir a más espectáculos de nosotros, ¿te parece?

—Me encantaría ir al ensayo.

—¡Genial!

—Ey Gus, vamos a festejar al quincho de Gabri, ¿Te parece? Podes invitar a quien quieras.— Me miró. —Vos también podés ir si querés, vamos a festejar como nunca.

—Dale, ¿Alguien me puede llevar?

—Yo te llevo Viky.— Dijo Gus.

—Está bien Gus, vamos.

Nos subimos al auto y arrancamos, estuvimos escuchando David Bowie todo el camino, cantabamos y nos divertiamos mientras los chicos nos seguían atrás en el auto de Zeta, eso aproximadamente por veinticinco minutos hasta llegar al campo de Gabriel.

Entramos a el quincho y estaba todo preparado como para una fiesta, ¡Gabriel lo decoró en veinte minutos!, siempre me sorprende su velocidad para hacer las cosas. Ya habían un par de minas y pibes amigos de Gabriel o de los chicos, vi como Gustavo fue a saludar a un chico y después volvió.

—Bueno, toca divertirse ¿no?

—¡Si!

Me divertí mucho en la fiesta, los chicos armaron un mini escenario y se pusieron a tocar, Gustavo y yo bailamos juntos mientras escuchábamos canciones de Charly García y Spinetta. Yo, sin querer, me puse a tomar cerveza y bueno, terminé borracha durmiendo en el sillón del quincho. Después no me acuerdo de nada de lo que pasó aquella larga noche.

S I G N O S - Gustavo Cerati Y Tú Donde viven las historias. Descúbrelo ahora