M. P. C. S

Capítulo 2.5

Tan pronto como entré en la habitación, me acosté como si me fuera a desplomar. Mi cuerpo se calentó con extrema excitación. El pene obstruido me dolía por la excitación, pero no traté de apretar los dientes.

Afortunadamente, el suelo estaba fresco.

Es una fría noche de otoño, pero no puedo esperar que Jeong Jihyeok sea tan considerado en poner la calefacción en la habitación del esclavo. Su indiferencia fue bastante afortunada. Me quedé dormido.

Y me desperté sintiendo frío. A medida que se enfriaba el calor de las feromonas, el frío del otoño se transmitía tal como era. Sentí que me quedé dormido por un rato, pero cuando me desperté y miré mi celular, eran las 8:38 a.m.

Mientras tanto, dormí bien en medio de todo esto. Desafortunadamente, su feromona funcionó perfectamente con mi cuerpo como una panacea. Una panacea llena de ingredientes afrodisíacos.

Primero tendré que bañarme. Cuando saqué mi ropa de la caja y me desnudé, la puerta se abrió.

—¡Maldición!

Tan pronto como Jeong Jihyeok abrió la puerta, soltó un grito. Sus ojos de repente se nublaron y me miró como si fuera a comerme en cualquier momento.

Fue entonces cuando sentí que mis feromonas se extendían por toda la habitación. Mientras dormía, supongo que me emocioné y las liberé sin darme cuenta.

—¡Fu,Fuera!

Corrí e intenté cerrar la puerta. Pero Jeong Jihyeok me agarró del brazo.

—¡Jeong Jihyeok!

Traté de apartar mi brazo, pero él me jaló de mi cintura y me acercó a él.

—¡Te dije que no tocaras mi cuerpo!

Grité, pero él agarró mi trasero con ambas manos. La carne abultada de Jeong Jihyeok se sintió vívidamente a través de sus pantalones.

—¡No hagas...!

Cerré mi boca intentando hablar. Sus ojos estaban fuera de sí. Estaba envuelto en la lujuria y perdió la cordura.

¡Maldita sea!, dijiste que yo no soy inmune a las feromonas, ¡pero tú eres peor!

En el momento en que comprendí la situación, sus dedos abrieron mi ano con todas sus fuerzas.

—¡Ack...! ¡Je,Jeong Jihyeok!

No era una protesta, era una llamada para que recobrara el sentido, pero en lugar de eso metió el dedo en el ano.

—¡Argh! ¡Ugh! ¡No hagas eso!

Las pequeñas heridas en la pared interior que habían sido rasgadas y arañadas a la fuerza en el hotel se sintieron. Grité con una mezcla de líbido, dolor y picazón.

—¡No lo hagas! ¡Señor!

Mordí el hombro de Jeong Jihyeok. En ese momento, un puño voló hacia mi cara y mi cuerpo rodó por el suelo frío. Tal vez porque todo el cuerpo estaba lleno de calor o por no llevar ropa, pero el suelo de mármol blanco se sentía más frío y duro.

—¡Hijo de puta! ¿¡Qué es esto!?

Las palabras que yo quería decir salieron de la boca de Jeong Jihyeok. Dejó escapar un suspiro áspero cuando tocaba el punto que yo había mordido. Parece sorprendido al saber que yo trataba de marcarlo.

—Trata de calmarte. Si fuera a marcarte, mordería tu cuello en lugar de un punto grueso...

—¡Ven afuera!

Jeong Jihyeok gritó y salió. No es que le convenciera lo que dije, sino que se fue porque no podía estar en una habitación llena de mis feromonas.

—¡Hijo de puta! ¡Sucio bastardo omega!