M. P. C. S

Capítulo 4.10

Una tensa batalla de nervios estalló entre los dos conmigo en el medio. Como el personaje principal de un drama romántico atrapado en un triángulo amoroso, sentí que tenía que gritar: "¡No peleen por mí!" Por supuesto, ninguno de ellos me amaba.

—Secretario Kwon, no pasa nada.

Fingí estar lo más tranquilo posible.

—Pero...

El secretario Kwon sabía que mi habitación estaba dividida, pero no creo que supiera qué había dentro. Sin embargo, estaba más preocupado que antes, si estaba al tanto de este incidente o si estaba sorprendido por la lesión en sí.

—Está bien. Iré.

—Si pasa algo, llámame de inmediato.

—Sí.

Tan pronto como el secretario Kwon soltó su mano, Jeong Jihyeok arrastró mi mano bruscamente.

—... duele.

Sentí que me iba a romper la mano porque lo agarró con tanta fuerza. Mientras aguantaba y abría la boca, Jeong Jihyeok se sorprendió y me miró fijamente.

—¿Te duele?

—Sí.

—¿Te gustaría regresar?

—Me duele la mano.

—ah...

Relajó su mano avergonzado. Pero no resolvió el problema.

—No creo que te sientas bien todavía. Hablemos de eso más tarde.

—Tengo que hacerlo ahora. No puedo hacerlo a menos que sea ahora...

—¿Qué?

—Vamos.

Envolvió sus brazos alrededor de mi cintura y tiró de mí suavemente. Jeong Jihyeok parecía tener algo que decirme de inmediato. Pero tan pronto como subió al auto, se quedó en silencio.

—... yo manejaré.

—Está bien.

Traté de hablar de nuevo, pero luego cerré la boca y saqué la máscara de mi bolsillo. Jeong Jihyeok me miró mientras me ponía la máscara y abrió la boca.

—¿Qué quieres comer?

— Ya comí.

—Sé que no has comido.

Creo que lo escuchó del secretario Kwon. Estaba sentado en el pasillo justo después de que se despertara, así que sabía qué tipo de conversación iba y venía.

—No tengo hambre. Come lo que tú quieras, amo.

Jeong Jihyeok parecía insatisfecho con mi respuesta, pero encendió el motor sin volver a preguntar.

Se hizo el silencio dentro del coche. Jeong Jihyeok frunció los labios, pero al final no habló. Miré por la ventana mientras esperaba que él hablara. Pero el paisaje exterior no llamó mi atención. ¿Qué intenta decir Jeong Jihyeok? Tal vez diga que rescindamos del contrato.

Lleno de una convicción infundada, el automóvil se alejaba cada vez más de la ciudad elegante. Me preguntaba adónde íbamos, pero no iba a preguntarle.

Después de trasladarnos durante dos horas en el silencio donde solo se escuchaba el sonido de la respiración, se abrió un amplio mar. Fuimos solo nosotros dos los que visitamos la playa en la noche de noviembre.

Jeong Jihyeok permaneció en silencio incluso después de detener el auto.

—... ¿debería traerte un poco de café o algo?